Economía y Empresas > RÉGIMEN LABORAL CUESTIONADO

China: trabajadores del sector tecnológico están hartos de la cultura "996" del esfuerzo

Los magnates más ricos del internet del gigante asiático creen que sus empleados deberían trabajar más, pero el régimen actual ya está despertando un fuerte rechazo
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01 de mayo de 2019 a las 18:44

Por Lin Qiqing y Raymond Zhong, New York Times News Service

En China, los magnates más ricos del internet creen que sus empleados deberían trabajar más.

Jack Ma, uno de los fundadores de Alibaba, el titán del comercio electrónico, dijo que las largas horas de trabajo eran “una inmensa bendición”. Richard Liu, quien dirige al rival de Alibaba, JD.com, afirmó que las personas que desperdician sus días “no son mis hermanos”.

En China, los trabajadores tecnológicos de base, quienes se sienten desalentados por un mercado laboral debilitado y pesimistas por las probabilidades que tienen de unirse a la aristocracia digital, piensan diferente.

Se están organizando en línea contra lo que se conoce en China como la cultura “996”: de 9 am a 9 pm, seis días a la semana.

Durante años, los empleados del sector tecnológico en China han trabajado tal cantidad de horas que hacen que los adictos al trabajo de Silicon Valley parezcan mimados.

Ahora, están exponiendo y abochornando a los empleadores que les exigen trabajar hasta altas horas de la noche. Algunos programadores incluso están manteniendo sus creaciones fuera del alcance de las empresas que, según su opinión, ponen demasiado énfasis en la cultura 996.

“Hace diez años, la gente no solía quejarse sobre la 996”, comentó Li Shun, exempleado de Baidu, el gigante de las búsquedas, quien dejó la firma para fundar una empresa emergente de medicina en línea.

“En algún momento, esta industria estaba en auge, pero ahora es más bien una industria normal. Ya no hay utilidades financieras gigantescas. No es realista esperar que las personas trabajen un horario de 996 por sí solas como antes”, admitió. 

A diferencia de lo que suele suceder en China —donde están prohibidos los sindicatos independientes y el gobierno ejerce mano dura en contra de los levantamientos populistas que no controla—, el movimiento está ganando terreno.

Ma atenuó sus comentarios. Ha comenzado una conversación dentro de la industria. El lunes, el Ministerio de Recursos Humanos de China recibió una carta abierta firmada por 74 abogados de todo el país que insta al gobierno a hacer cumplir las leyes laborales de forma adecuada.

Incluso los medios del Estado chino han pedido a los empleadores que relajen sus exigencias.

“Bajo las presiones de una economía desacelerada, muchas empresas enfrentan cuestionamientos sobre su supervivencia, y su ansiedad es comprensible”, decía un comentario en el Diario del Pueblo, el vocero del Partido Comunista. “Pero la solución es que los empleados trabajen la menor cantidad de horas extras posibles”.

Un problema mayor

La preocupación por las semanas laborales de 72 horas es la evidencia de una penumbra más profunda en las industrias digitales de China.

Hace no mucho tiempo, la cultura 996 simbolizaba las posibilidades para los empresarios tecnológicos de China. Su país tenía un mercado enorme. Además, cada vez generaba más talento ingenieril. El ingrediente secreto, el que en teoría diferenciaba a las empresas chinas de las de Silicon Valley, era el esfuerzo.

Aunque China exige el pago de las horas extras, las leyes se hacen cumplir de una forma descuidada y la industria tecnológica suele insistir en que los trabajadores inviertani su tiempo de manera voluntaria.

Sin embargo, es más difícil exigir un esfuerzo a los trabajadores en un mercado bajista. Los predilectos del internet han despedido empleados. El torrente de la inversión de riesgo en el sector tecnológico se ha convertido en un goteo. A medida que madura la industria del internet en China, las empresas gigantescas como Alibaba y Tencent parecen más monopolistas con un dominio que se devora al mundo y deja poco espacio para las empresas emergentes.

En China, “ya no hay mucha esperanza para los segundos lugares”, mencionó Max Zhou, cofundador de MetaApp, una empresa emergente de software móvil con sede en Pekín. Como resultado, señaló, las empresas más pequeñas ya no pueden usar el sentimiento de un propósito más grande para motivar a sus trabajadores a que sacrifiquen sus vidas personales.

“La mayoría de las empresas ya no tienen un sueño”, opinó Zhou. “Solo pueden hacer el intento por inventar algo para sus empleados”.

Debate en auge

El debate sobre la cultura 996 comenzó el mes pasado con una simple publicación en GitHub, una comunidad en línea donde los programadores de todo el mundo comparten código y herramientas de software. Un usuario anónimo realizó una publicación bajo el nombre de “996icu”, una referencia al lugar donde terminan los ingenieros después de trabajar esa cantidad de horas: la ICU (unidad de cuidados intensivos, en español).

Desde entonces, el repositorio 996.ICU de GitHub —en esencia una carpeta para archivos de proyectos— ha recibido “estrellas” más de 230.000 veces, un indicador del nivel de interés de las personas. Cientos de trabajadores del sector que están hartos han contribuido al proyecto de GitHub. Otros se han reunido en aplicaciones de mensajería y de redes sociales, con una coordinación poco centralizada.

El gobierno chino siempre tendrá miedo de los espacios donde se pueda acumular el descontento en masa. Desde hace tiempo, prohibió el acceso a Facebook, Twitter y otras plataformas globales. Hace años, también bloqueó por poco tiempo a GitHub, pero los ingenieros protestaron y el sitio fue desbloqueado. GitHub, una plataforma propiedad de Microsoft, tiene una política de publicar cualquier solicitud de desmantelamiento que le dé el gobierno.

Nagi Zhuge, un ingeniero que trabaja en una empresa emergente ubicada en la provincia austral de Hunan, ha vivido la experiencia 996 durante los últimos dos años.

“Mis colegas tienen mucho miedo de ir a su casa después del trabajo”, afirmó Zhuge. “Como empleado nuevo, no puedo ser el primero en irme”. Ahora es un colaborador activo del proyecto en GitHub.

En los distintos grupos, la estrategia básica es presionar, pero no tanto como para que el gobierno chino se sienta obligado a reaccionar.

Esto quiere decir que no habrá huelgas ni manifestaciones. En un grupo de la aplicación de mensajería Telegram, están prohibidas las referencias a Marx y a Lenin. Las filosofías de las eminencias del comunismo suelen ser contrarias a la forma en la que se maneja China actualmente. Este año, el gobierno reprimió un movimiento a favor de los derechos laborales en el centro tecnológico de Shenzhen.

En vez de hacer sentadas, los trabajadores del sector están empleando el poder de los memes, las calcomanías y las camisetas. Algunos han presionado para crear un día feriado que celebre a los atribulados ingenieros de software. Zhuge está incitando a los trabajadores a que le manden copias en papel de la ley laboral de China a Ma de Alibaba.

“Nos estamos expresando de una manera muy cuidadosa, como lo suelen hacer los programadores”, mencionó Suji Yan, el fundador de Dimension, una empresa emergente con sede en Shanghái.

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