A pesar de que se crió en el campo, Amalia Etcheverrigaray vivió en Montevideo desde los 16 años hasta los 43, desempeñándose la mayor parte de ese tiempo en lo laboral como informática. En octubre de 2018 se convirtió en la segunda presidenta mujer en la historia de una de las entidades rurales más importantes del país, la Asociación Rural de San José. A pesar de que confiesa que cuando trabajaba en la capital "ganaba más" y al terminar el horario de trabajo se iba para su casa, siempre consideró que estaba de paso y que lo de ella "era el campo". En una charla con El Observador, Etcheverrigaray habló de los problemas que están afrontando los tamberos en una importante cuenca como la que hay en su departamento, de la preocupación de que cada vez haya menos familias en el campo y de como el abigeato no solo implica un golpe económico para el productor, sino que también "afecta el ánimo".
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