“Hay que estar preparado para caer; lo que no está permitido es quedarse en el suelo”

Con locales en Pocitos, Carrasco y Punta Gorda, además de Punta del Este y en Asunción de Paraguay, el gran desafío como empresa fue que, al ser pioneros en spas urbanos, debieron “abrir el camino explicándoles a las personas la importancia de cuidarse no sólo por estética sino por su salud y también enseñarles que no era necesario tomarse un avión o irse 15 días a internarse a un spa, sino que podían vivir esa experiencia a cuadras de su casa, incluso en días laborales, en ese ratito que le quedaba libre entre el trabajo y las ocupaciones diarias que tenemos todos, nuestra casa, nuestros hijos, nuestra familia”.

En plena expansión también con una nueva unidad de negocios -el instituto de formación Bethel-, Rapalin asegura que es la escuela con más egresados del país.

Pero no todo fue color de rosa en su camino como mujer emprendedora en Uruguay. “Tuve que aprender a no escuchar críticas o comentarios de quienes jamás crearon ni generaron nada. Tuve que aprender que vivimos en tiempos en los cuales solo unos pocos tienen el hábito del trabajo, adaptarse a eso y buscar la mejor forma de lograr un equipo comprometido”, explicó Rapalin.

En tanto, refiriéndose a las obligaciones que exige el Estado para cualquier empresa en Uruguay recordó haber tenido ”muy malas experiencias cuando vinieron a controlar nuestra empresa, te tratan como a un enemigo al que solo deben sacarle dinero y se olvidan que somos las empresas las que damos trabajo y movemos elpaís”.

Más conectados

Con el avance de la tecnología y el acceso cada vez mayor de los uruguayos a internet y redes sociales, el impacto se siente en una empresa que trabaja con la estética.

En este sentido Rapalin dijo que el cliente es mucho más exigente porque hoy llega al spa ya sabiendo qué tipo de tratamiento quiere hacerse, en qué consiste y cuál puede ser el resultado.

“Antes no era así, por eso nosotros tenemos que estar a la altura de sus necesidades y expectativas para seguir siendo elegidos y recomendados”, comentó.

Mujer empoderada

En un momento único de empoderamiento para la mujer en todo el mundo Rapalin sostuvo: “cuando empecé con la empresa no era normal que una mujer estuviera al frente, por eso cuando un hombre vena a ofrecernos algo servicio o negocio, siempre preguntaban por mi marido, dando a entender que yo no estaba capacitada para hablar de negocios”.

En este sentido los tiempos cambiaron: “de a poco cada vez más las mujeres nos vamos ganando un lugar. Si estamos preparadas, sabemos lo que hacemos y estamos convencidas de hacia dónde vamos, ahí es donde vemos una mujer capaz de llegar a

la meta que se proponga. La oportunidad la tenemos hoy por eso no podemos desaprovecharla”, agregó.

Emprender sin miedo

Para aquellos que están emprendiendo, sobre todo siendo mujeres, la empresaria les aconsejó “que estén preparados para caer, que sepan que no es un problema caerse, está permitido y les va a pasar más de una vez. Lo que no está permitido es quedarse en el suelo”.

Su fe en Dios es su gran bastón cuando vive malas rachas, por eso ella asegura que “cada una de las cicatrices no desaparecen porque forman parte de su historia y de un aprendizaje, pero como creyente puedo verlas cerradas y no sangrando"

“Cuando me va bien, gano. Cuando me va mal, aprendo. Esa es mi actitud ante la vida”, concluyó.