Agro > ENTREVISTA

"Necesitamos que el tema sindical en Conaprole deje de ser un tormento"

Walter Frisch Ferrando, presidente de la ANPL, afirmó que en Uruguay "tenemos todo para ser los fenicios de los mercados internacionales de los lácteos"
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25 de abril de 2019 a las 20:50

¿Qué significa presidir la Asociación Nacional de Productores de Leche? 

Es una linda responsabilidad, un desafío personal y lo asumí con el respaldo de la familia y de muchos compañeros y amigos, en una tarea que la encaramos con un buen equipo. Tuve la suerte de trabajar en cinco presidencias y en todos los casos se generaron buenos ambientes, incluso pasando por situaciones difíciles, pero también de las agradables. Cuando uno pasa raya, al cabo de cada período, siempre concluimos que se genera mucha relación humana, mucho aprendizaje, es extraordinario lo que te transfieren cada uno de los actores, uno a diario conoce realizaciones personales o colectivas de gran valor. Esta actividad nos enriquece, como personas y empresarios, uno adquiere una visión de la importancia de la lechería en la macroeconomía, hay contacto con legisladores, con gremiales, con ministros, porque hay que atender temas productivos, de infraestructura, los de regulaciones, aspectos sociales y todo eso te hace aprender y crecer, sobre todo cuando con base en el cooperativismo se puede ayudar. ANPL otorga, por ejemplo, 100 becas para ayudar a que hijos de tamberos estén en Montevideo estudiando, los chicos que atienden a la gente que llega a la sede de la ANPL son dos hijos de productores que tienen su primera experiencia laboral, en un horario reducido y por seis meses, para tener un ingreso y que les sea más fácil estar acá estudiando. 

 

¿Qué enfoques clave decidió esta nueva directiva? 

Hay temas que desde la directiva anterior, liderada por Wilson Cabrera y de muy buena gestión, quedaron en el tintero porque son muy importantes y de lenta solución. Uno es la deuda de Venezuela –US$ 31 millones– con Conaprole, sobre lo cual tengo confianza en que en estos dos años la vamos a cobrar. Otro tema es crear un Fondo Nacional Anticíclico para el financiamiento de los productores, con el $ 1,30 que se recupera de lo que se obtiene del precio del litro de leche fresca al público y que no la cobramos, o sea no pasa a precio en el litro de leche, queremos capitalizar eso para que el productor reciba un dinero adelantado por tres años sin que por ese período deba pagarlo, debido a que el monto estará garantido por ese ingreso derivado de la leche fresca que se vende al público. Un tercer tema es lograr una defensa plena de nuestra industria para un buen funcionamiento. 

 

¿Qué significa esto último? 

Estamos pasando repetidamente por conflictos sindicales y lograr una defensa plena del buen funcionamiento de nuestra industria busca no solo que los números den, sino que en ese escenario esté cómodo el productor remitente, esté cómodo el funcionario  trabajando a gusto y estén cómodos cada uno de los cinco compañeros que integran el directorio para administrar la cooperativa. Queremos que haya una convivencia armónica en un complejo agroindustrial que tiene todo para ser un modelo. Necesitamos que el tema sindical en Conaprole deje de ser un tormento. Que los directores se puedan concentrar en capturar los mejores mercados y los mejores precios para que eso nos movilice a todos. 

 

¿Cómo ve el posicionamiento uruguayo en los mercados? 

Tenemos 70 destinos y muy pocos tratados, hay con el Mercosur, está el acuerdo con el gobierno de México con una cuotificación porque solo podemos entrar con quesos y hay algo con Colombia y Estados Unidos, pero son pequeñas cuotas. Si habrá cosas en las que trabajar en vez de distraerse en resolver otros problemas que no les vemos razón. Como dice Ruben Núñez –gerente general de Conaprole–, tenemos todo para ser los fenicios de los mercados internacionales de los lácteos, tenemos calidad, podemos colocar mejor la producción, pero debemos poder concentrarnos en avanzar en acuerdos y posicionamientos como en China, donde Conaprole tiene una vendedora, una contadora de 29 años que habla perfecto el español, que viene una vez al año a Uruguay. Cuando fuimos como parte de una delegación oficial comprobamos que solo Conaprole tiene un gerente de ventas local en un mercado que no lo estamos atendiendo desde ahora, este esfuerzo viene de hace años e incluso contemplando en su momento el no ganar en pos del objetivo de conquistar un mercado al que le enviamos leche en polvo, pero también envasados para el consumo e incluso sorprende ver el mismo envase de leche larga vida de Conaprole con letras chinas. Directivos de Conaprole de hace muchos años tuvieron esa visión, como la de buscar fletes de retorno para abaratar o considerar una canasta de productos amplia y no apostar solo al que esté redituando mejor. 

 

A propósito de lo que hace un rato definió como tormento sindical, ¿se apagó el reclamo de vender Conaprole? 

No. Lamentablemente ese es un fantasma que nos ronda en las cabezas, cada tanto hay directivos que reflotan esa discusión porque están cansados de correr el riesgo y ser un protagonista fundamental en la cadena y convivir con trabas sin recibir lo que merecen por su esfuerzo. Y eso no quiere decir que no valoren o no quieran a Conaprole, todo lo contrario. 

 

¿Lo que recibe hoy en promedio el productor cubre los costos? 

Recibe $ 10,15 por litro, claro que depende de los índices de grasa y proteína, muchos que están un poco por debajo, en $ 9,50 y eso no estaría cubriendo los costos, aunque hay que tener en cuenta que para saber cómo está cada empresa hay que considerar su productividad, la realidad de cada sistema productivo, los litros que por hectárea se obtengan y los componentes de la leche, hay que ver si se paga renta o no, inciden muchas cosas. Pero la producción está bajando y eso dice mucho. 

 

¿Se sigue percibiendo que hay quienes ajustan su capital, con achique del rodeo o del campo? ¿Qué sucede con la cantidad de los tamberos y con el recambio? 

No tenemos datos muy exactos, estamos preguntando para evaluarlo, pero tenemos la sensación de una caída en la cantidad de animales por el desestímulo económico que caracterizó a este sector en estos años. Hay gente que apostó a tener vaquillonas preñadas y terminó malvendiendo los animales a un frigorífico y esos vientres se perdieron. Las exportaciones no están bien y eso deriva en que el rodeo en general tienda a bajar. En el tema del recambio, acá hay un promedio de 58 años, como el de Estados Unidos y en estos años de malos resultados económicos hubo una pérdida de un tambero cada tres días, 150 cada año, es mucho. Conaprole está en 1.700 y algo y cuando yo entré a la directiva, hace siete años, eran 2.000. El volumen de la producción no bajó tanto, somos más eficientes y las empresas son más grandes porque cuando un tambero sale sus vacas van en parte a la industria frigorífica y en parte a otro tambo que crece. Estamos tratando de conseguir datos sobre qué pasa con la tierra, pero no se estaría perdiendo tanta área.

 

¿Entiende que el valor de los productores es reconocido de la manera adecuada? 

Sí. La verdad es que uno no ve en general eso con todos los sectores del agro, pero con el productor lechero sí y reconforta. Pasa por el sacrificio del productor, por el producto que aporta que es muy noble y de alto valor y porque las gremiales han realizado una muy buena tarea. Otro tema que nos distingue es la integración que como cadena agroindustrial tenemos y eso no lo veo por ejemplo en la carne y yo me inicié en el tema carne, donde cuando hay menos pasto y el productor está más complicado se le paga menos. En ese escenario uno no se puede sentir cómodo y sé que no es fácil ser industrial en una cadena en la que no hay un cronograma para entregar la materia prima, como sí lo hay en la lechería donde todos los días entregamos la producción, pero está la fortaleza de Conaprole. La lechería se distingue por su fidelización, por lo mucho que genera para la gente y el país. Hay que cuidarla más.

 

El perfil
Datos: Nació el 25 de febrero de 1965 en Montevideo. Está casado con Marta Braga y tienen dos hijos, Martín que estudia medicina y María Jesús que estudia veterinaria.
Profesión y actividad: Es ingeniero agrónomo y dirige el establecimiento Santa Isabel –agrícola ganadero y con un tambo que remite a Conaprole–, próximo a Mercedes, donde reside.
Pasatiempo: Andar a caballo.
Antecedentes: Es hincha de Nacional. 

 

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