Quizás muchas personas soñaron alguna vez poder generar cerveza automáticamente, como por arte de magia, sin necesidad de comprar botellas y latas para consumirla. Por increíble que parezca, eso es posible, pero es una enfermedad y parece no ser un asunto divertido.
El fenómeno se conoce como "síndrome de fermentación intestinal", y fue encontrado y estudiado por un grupo de gastroenterólogos en un hombre de 46 años, que tuvo varios problemas por culpa de esta enfermedad, según informa el portal Science Alert.
El ciudadano de Ohio, Estados Unidos, renunció a su trabajo en 2011 por constantes mareos y pérdida de memoria, que habían comenzado luego de que consumiera antibióticos por una lesión grave en un pulgar.
La situación del hombre no mejoraba, y los médicos no encontraban la solución. En 2014 tuvo un accidente de tráfico, y se rehusó a hacer el control de alcoholemia. En el hospital se encontró que tenía 200 miligramos de alcohol por decilitro de sangre. Los policías y médicos se rehusaban a creer que el paciente no había tomado alguna bebida.
Luego de ese incidente, volvió meses después al hospital por una caída que le provocó un sangrado intracraneal. Cansado de que nadie le creyera, buscó ayuda en internet, donde encontró a los gastroenterólogos Fahad Malik, Prasanna Wickremesinghe, Jessie Saverimuttu, que comenzaron a estudiar el caso.
La investigación, que se puede leer completa en BMJ Open Gastroenterology, concluye que el paciente sufría el "síndrome de fermentación intestinal", que produce una fermentación de los carbohidratos dentro del sistema digestivo por culpa del patógeno Saccharomyces cerevisiae. En otras palabras, ese hongo convertía los carbohidratos que él consumía en alcohol etílico (etanol) dentro de su intestino.
"Creemos que los síntomas de nuestro paciente se desencadenaron por la exposición a antibióticos, lo que resultó en un cambio en su microbioma gastrointestinal que permitió el crecimiento excesivo de hongos. Es ahora cuando estamos comenzando a reconocer la complejidad de este raro y probablemente poca diagnosticada condición", afirma el estudio.
Los gastroenterólogos tardaron en encontrar la solución, pero finalmente gracias a una combinación de terapias antifúngicas y de probióticos pudieron darle al afectado una vida normal que se mantiene, un año y medio después de comenzado el tratamiento, revisando su nivel de alcohol en sangre diariamente.
Esta enfermedad fue nombrada en una investigación de Barbara Cordell y Justin McCarthy, que estudiaron en 2013 el caso de un ciudadano de Texas de 61 años internado por manejar ebrio con un nivel de alcohol en sangre de .37, seis veces el límite aceptado en ese estado, a pesar de que él también negara haber ingerido bebidas alcohólicas.
En ese estudio explicaron que solo se han encontrado cinco casos en los últimos treinta años, y concluyen en que "es crucial que se reconozca –esta enfermedad– porque estar borracho conlleva muchos efectos negativos, como la pérdida del trabajo, las dificultades de relación, el estigma e incluso el posible arresto y encarcelamiento".
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