Álvaro Gutiérrez asumió el lunes en Los Céspedes como nuevo entrenador de Nacional. Dio una conferencia de prensa y luego saltó a la cancha Schubert Gambetta para ordenar su primer trabajo físico al frente del plantel. Como en 2014, cuando llegó en lugar de Gerardo Pelusso, desembarcó en el club en un contexto de crisis. Pero con ideas claras: una idea de juego definida y un objetivo final bien marcado: ser campeón uruguayo.
La realidad indica que su equipo está último en el Torneo Apertura a 10 puntos del líder Fénix y a nueve de Peñarol.
“La realidad dice que hace dos años que no ganamos el Uruguayo y lo ganó el tradicional rival, por eso le daremos mucha importancia al Uruguayo”, dijo Gutiérrez en la conferencia de prensa.
Pero el DT sabe que para la definición falta y que lo primero que debe encontrar es un funcionamiento basado en la solidez defensiva que el equipo de Eduardo Domínguez jamás tuvo cuando intentó asumir un rol protagónico a nivel local.
Es el mismo discurso de hace cinco años cuando después de ganar el Apertura con un juego efectivo pero poco vistoso declaró a Referí: “Jugamos así porque nuestro margen de error era cero y esa fue la estrategia que elegimos para este campeonato. Para eso había que estar bien seguros atrás y salir rápidamente al ataque”.
El contexto ahora es igualmente crítico. En cinco partidos por el torneo local, Nacional recibió cinco goles y dejó condicionada la chance de pelear el Apertura.
El Guti destacó el potencial del plantel actual, recordó que es un técnico que se adapta al material del que dispone y dijo que defenderá con cuatro jugadores pudiendo utilizar como variantes sistémicas el 4-3-3, el 4-2-3-1 o el 4-4-2.
La gran interrogante que se plantea es si Gutiérrez podrá hacer jugar a este Nacional como hizo jugar al de aquella temporada 2014-2015 donde terminó campeón uruguayo al vencer a Peñarol 3-2 en la final.
El equipo del Apertura 2014 se caracterizaba por su juego directo, por la salida en largo desde el fondo, por la agresividad con la que peleaba la segunda pelota y por su capacidad para aprovechar los espacios con velocidad.
El equipo se hacía fuerte de atrás hacia adelante y protagonizó sus mejores actuaciones dándole pelota y terreno al rival para atacar los espacios por sorpresa.
Gustavo Munúa, Santiago Romero, Rafael García, Diego Polenta, Alfonso Espino; Gonzalo Porras, Diego Arismendi; Henry Giménez, Gastón Pereiro, Carlos De Pena; Iván Alonso. Ese fue el equipo base de Nacional en aquel Apertura.
El equipo sufrió un montón de bajas por lesión pero encontró siempre respuestas desde el banco. Gutiérrez tuvo la gran virtud de esperar a que Diego Polenta se pusiera en forma para hacerlo debutar en la cuarta fecha.
La prisión domiciliaria que sufría Arismendi en el comienzo del torneo le permitió darle la titularidad a Porras con el que encontró un gran organizador de juego.
La lesión de rodilla de Jorge Fucile lo llevó mover al Colo Romero al lateral devolviendo al equipo a Arismendi con el que ganó peso en el juego aéreo. “Si tenés dos jugadores del mismo nivel vas a poner al más alto”, le dijo a Referí en una visita a la redacción en medio de aquel Apertura.
También se lesionó la espalda Juan Manuel Díaz –de notable arranque– y Espino lo suplantó con rendimientos muy regulares.
Los desgarros de Leandro Barcia, Sebastián Fernández e Ignacio González llevaron al técnico a colocar a Gastón Pereiro por el centro y a De Pena por la banda izquierda. El 1-2 que generaban por ese sector Espino y De Pena fue imbancable para varios equipos. También estaba el Chino Recoba que desde el banco destrababa partidos con goles olímpicos o pinceladas como el impresionante gol clásico de tiro libre para la inolvidable remontada en tiempo agregado.
Otro fuerte del equipo estuvo en la parte física con la presencia de Marcelo Giarrusso quien tras el Apertura emigró y el equipo lo sintió para el Clausura.
Gutiérrez volverá a contar con ese profesional para preparar al equipo: “Lo que sí van a ver en todos mis equipos es que el jugador que no corre o no se esfuerza al 100% no va a jugar, eso es evidente. Quiero un equipo que sea solidario, que se muestre cuando tengamos la pelota pero cuando no la tenemos todos corran”.
Gutiérrez necesita encontrar el compañero de zaga ideal para Rafa García que vistos los últimos partidos es el mejor atrás. No tiene laterales como Romero o Espino que se desdoblen con intensidad (salvo Matías Zunino, cuya mejor versión en el club se vio como volante).
Agustín Sant'Anna se suelta bien en ataque pero ha dejado dudas en defensa. Guillermo Cotugno no conformó. Por izquierda, Álvaro Pereira dejó ver que le falta mucho desde el punto de vista físico mientras que Matías Viña tuvo una acción aislada yendo al ataque que terminó en un importante gol para el triunfo ante Atlético Mineiro, por la Copa.
El DT gusta de un doble 5. ¿Será Gabriel Neves-Joaquín Arzura? ¿O podrán pelear su lugar Felipe Carballo y Mathías Cardacio?
“Lo que sí van a ver en todos mis equipos es que el jugador que no corre o no se esfuerza al 100% no va a jugar, eso es evidente. Quiero un equipo que sea solidario, que se muestre cuando tengamos la pelota pero cuando no la tenemos todos corran”.
Tiene como opciones para jugar como extremos a Zunino, Kevin Ramírez, Gonzalo Castro y Pablo García. A Santiago Rodríguez y a Rodrigo Amaral para jugar detrás del punta. Gonzalo Bergessio será la referencia neta de ataque. Y está Papelito Fernández, un viejo conocido, al que le sacó mucho jugo colocándolo detrás del punta.
Ahora el Guti debe meter mano en el equipo. Y empezar a apagar otro incendio.
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