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¿Quién era Younes Abouyaaqoub, el autor del atentado en Barcelona?
Estaba solo, refugiado en unos viñedos y llevaba explosivos falsos; célula fue desarticulada
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22 de agosto de 2017 a las 05:00
Solo, con falsos explosivos y refugiado en unos viñedos en una desolada zona rural alejada del centro neurálgico de Barcelona, donde el jueves pasado había conducido la furgoneta con la que atropelló a una multitud de paseantes en Las Ramblas de la ciudad y mató a 13 personas y dejó heridas a 120.
Así estaba este lunes el marroquí de 22 años, Younes Abouyaaqoub, cuando la policía catalana lo descubrió y mató a unos 50 kilómetros de la capital de Cataluña, luego de una búsqueda de cinco días.
El hombre –al que el Estado Islámico identificó como uno de sus soldados– estaba oculto entre las localidades catalanas de Subirats y Sant Sadurní, donde algunos vecinos identificaron su presencia y avisaron de inmediato a las autoridades.
Distintos medios españoles informaron que al ser descubierto abrió su camisa y dejó ver algo parecido a un cinturón de explosivos que llevaba pegado al cuerpo, y que resultó ser falso, confirmó el jefe de la policía catalana, Josep Lluis Trapero.
Antes de ser alcanzado por las balas de la policía, el terrorista gritó "Alá es grande". Abouyaaqoub también llevaba varios cuchillos. Algunos vecinos, convertidos en imprevistos testigos, narraron haber escuchado una sucesión de disparos, no menos de 12 o 12, informó el diario español El Mundo.
Helicópteros de los Mossos d´Escuadra (la policía de Cataluña) apoyaron la acción del escuadrón que enfrentó al terrorista.
La identidad del joven marroquí fue comprobada una vez que lsa pericias dactilares coincidieron con las huellas encontradas en la furgoneta utilizada el jueves para concretar el ataque en la céntrica avenida de Barcelona.
Con la muerte de Aboouyaaqoub la policía y los catalanes seguramente respiraron aliviados, porque de esa forma concluyó la desarticulación de la célula terrorista responsable de ese ataque y también del ocurrido en el balneario Cambrils, donde cinco jóvenes a bordo de un auto modelo Audi 3 atropellaron a siete personas, una de las cuales murió, tras lo cual fueron abatidos en un tiroteo con la policía.
El joven marroquí era intensamente buscado desde el jueves.
Ese día, después de conducir la furgoneta, se marchó corriendo aprovechando la confusión tras el atentado y se trasladó unos seis kilómetros al sur de Barcelona.
En ese lugar, le robó el auto a un hombre de 34 años, al que apuñaló y mató, tras lo cual escapó y sorteó un control policial.
La célula terrorista, que vivía en la localidad de Ripoll, estaba integrada por 12 personas, de los cuales seis fueron muertos por la policía y cuatro están detenidos.
Los otros dos, entre quienes se incluye el imán de Ripoll –acusado de haber lavado el cerebro al resto–, Abdelbaki Es Satty, habían muerto el miércoles pasado en una finca de Alcanar, a unos 200 kilómetros de Barcelona, donde preparaban explosivos, con los que pensaban consumar atentados de mayor magnitud.
En esa casa, la policía había encontrado más de un centenar de recipientes de gas butano, que los jóvenes compraron con dinero producto de robos o de sus propios trabajos legales, con los cuales no generaban sospechas.
Younes Abouyaaqoub creció en Ripoll, una pequeña localidad de Cataluña, ubicada junto a los Pirineos, donde estaba bien "integrado", al igual que su hermano de 17 años, que integraba la misma célula terrorista que sembró el terror en Barcelona.
Abouyaaqoub, de 22 años, murió en Subirats, 50 km al oeste de Barcelona, cuando era objeto de una intensa búsqueda por la policía.
"Estoy contento y al mismo tiempo triste", expresó en diálogo con AFP Hassan Azzidi, un marroquí de 39 años, en la localidad catalana de Ripoll, donde habitaba la mayor parte de la célula terrorista.
"A este chico tan joven alguien le había lavado la cabeza", indicó este obrero que trabaja en una fábrica cercana. "Younes vivía normalmente, tenía trabajo, todo. ¿Cómo hacen para comerles el cerebro?", se preguntó Azzidi.
En la noche del jueves a viernes pasado, el hermano menor de Younes, Houssaine, de 17 años, había sido abatido por la policía durante un atentado en la localidad turística de Cambrils.
El joven formaba parte de un comando de cinco jóvenes, de los cuales tres eran menores, que atropellaron turistas y se estrellaron contra un vehículo policial, armados con cuchillos y hachas.
Desde el doble atentado en Barcelona y Cambrils, Ripoll – donde residen 11.000 personas (5% de ellos, marroquíes)– la población, que vio crecer a los "chicos", no sale de su estupefacción.
El mayor de los hermanos Abouyaaqoub nació en Mrirt, una localidad marroquí de 35.000 habitantes en el centro del país.
La modesta vivienda familiar de los Abouyaaqoub, desde donde la familia partió a Ripoll, recibía cada verano la visita del joven para ver al abuelo. "Hace dos años que Younes y Houssaine comenzaron a radicalizarse" bajo la influencia del imán", contó el abuelo.
Así estaba este lunes el marroquí de 22 años, Younes Abouyaaqoub, cuando la policía catalana lo descubrió y mató a unos 50 kilómetros de la capital de Cataluña, luego de una búsqueda de cinco días.
El hombre –al que el Estado Islámico identificó como uno de sus soldados– estaba oculto entre las localidades catalanas de Subirats y Sant Sadurní, donde algunos vecinos identificaron su presencia y avisaron de inmediato a las autoridades.
Distintos medios españoles informaron que al ser descubierto abrió su camisa y dejó ver algo parecido a un cinturón de explosivos que llevaba pegado al cuerpo, y que resultó ser falso, confirmó el jefe de la policía catalana, Josep Lluis Trapero.
Antes de ser alcanzado por las balas de la policía, el terrorista gritó "Alá es grande". Abouyaaqoub también llevaba varios cuchillos. Algunos vecinos, convertidos en imprevistos testigos, narraron haber escuchado una sucesión de disparos, no menos de 12 o 12, informó el diario español El Mundo.
Helicópteros de los Mossos d´Escuadra (la policía de Cataluña) apoyaron la acción del escuadrón que enfrentó al terrorista.
La identidad del joven marroquí fue comprobada una vez que lsa pericias dactilares coincidieron con las huellas encontradas en la furgoneta utilizada el jueves para concretar el ataque en la céntrica avenida de Barcelona.
Con la muerte de Aboouyaaqoub la policía y los catalanes seguramente respiraron aliviados, porque de esa forma concluyó la desarticulación de la célula terrorista responsable de ese ataque y también del ocurrido en el balneario Cambrils, donde cinco jóvenes a bordo de un auto modelo Audi 3 atropellaron a siete personas, una de las cuales murió, tras lo cual fueron abatidos en un tiroteo con la policía.
El joven marroquí era intensamente buscado desde el jueves.
Ese día, después de conducir la furgoneta, se marchó corriendo aprovechando la confusión tras el atentado y se trasladó unos seis kilómetros al sur de Barcelona.
En ese lugar, le robó el auto a un hombre de 34 años, al que apuñaló y mató, tras lo cual escapó y sorteó un control policial.
La célula terrorista, que vivía en la localidad de Ripoll, estaba integrada por 12 personas, de los cuales seis fueron muertos por la policía y cuatro están detenidos.
Los otros dos, entre quienes se incluye el imán de Ripoll –acusado de haber lavado el cerebro al resto–, Abdelbaki Es Satty, habían muerto el miércoles pasado en una finca de Alcanar, a unos 200 kilómetros de Barcelona, donde preparaban explosivos, con los que pensaban consumar atentados de mayor magnitud.
En esa casa, la policía había encontrado más de un centenar de recipientes de gas butano, que los jóvenes compraron con dinero producto de robos o de sus propios trabajos legales, con los cuales no generaban sospechas.
Creció en un pueblo y estaba "integrado"
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Younes Abouyaaqoub creció en Ripoll, una pequeña localidad de Cataluña, ubicada junto a los Pirineos, donde estaba bien "integrado", al igual que su hermano de 17 años, que integraba la misma célula terrorista que sembró el terror en Barcelona.
Abouyaaqoub, de 22 años, murió en Subirats, 50 km al oeste de Barcelona, cuando era objeto de una intensa búsqueda por la policía.
"Estoy contento y al mismo tiempo triste", expresó en diálogo con AFP Hassan Azzidi, un marroquí de 39 años, en la localidad catalana de Ripoll, donde habitaba la mayor parte de la célula terrorista.
"A este chico tan joven alguien le había lavado la cabeza", indicó este obrero que trabaja en una fábrica cercana. "Younes vivía normalmente, tenía trabajo, todo. ¿Cómo hacen para comerles el cerebro?", se preguntó Azzidi.
En la noche del jueves a viernes pasado, el hermano menor de Younes, Houssaine, de 17 años, había sido abatido por la policía durante un atentado en la localidad turística de Cambrils.
El joven formaba parte de un comando de cinco jóvenes, de los cuales tres eran menores, que atropellaron turistas y se estrellaron contra un vehículo policial, armados con cuchillos y hachas.
Desde el doble atentado en Barcelona y Cambrils, Ripoll – donde residen 11.000 personas (5% de ellos, marroquíes)– la población, que vio crecer a los "chicos", no sale de su estupefacción.
El mayor de los hermanos Abouyaaqoub nació en Mrirt, una localidad marroquí de 35.000 habitantes en el centro del país.
La modesta vivienda familiar de los Abouyaaqoub, desde donde la familia partió a Ripoll, recibía cada verano la visita del joven para ver al abuelo. "Hace dos años que Younes y Houssaine comenzaron a radicalizarse" bajo la influencia del imán", contó el abuelo.
