Economía y Empresas > CONECTIVIDAD AÉREA
Aerolíneas en alerta por costos y pérdida de rutas en Uruguay
La conectividad aérea uruguaya ha recibido noticias más negativas que positivas en el último tiempo. Sobre fines de 2017 la compañía Air France dejó de cubrir ruta Montevideo-Buenos Aires-París, mientras que hace dos semanas la compañía Avianca anunció el fin de la ruta directa entre Montevideo y Bogotá desde el próximo 1° de marzo. También la brasileña Gol abandonó la ruta Montevideo-Porto Alegre y utilizó ese avión para conectar San Pablo con Quito. Además, esa aerolínea prácticamente cortó los vuelos chárter que solía hacer con frecuencia Uruguay.
Los gremial que agrupa a las compañías aéreas que tocan suelo uruguayo están “preocupadas” por esa realidad y la pérdida de atractivo frente a otros aeropuertos y busca sensibilizar al gobierno para buscar soluciones. El ministro de Transporte, Víctor Rossi, está trabajando en el tema y fue clave para que Ancap enviara una señal para reducir la tarifa del combustibles desde enero, pero los privados dicen que todavía falta.
La actividad del Aeropuerto Internacional de Carrasco cortó una racha de expansión de cinco años en 2018 con un descenso de poco más de 1% (casi 28 mil pasajeros menos), según consignó El País. El año pasado por la principal terminal aérea del país poco más de 2 millones de pasajeros. En tanto, en enero la retracción de la actividad fue del 2,9% con casi 86 mil pasajeros, según datos de Migraciones.
En diálogo con El Observador el gerente Cámara Cámara de Comercio de la Aeronáutica, José Luis Hernández, dijo que el sector está preocupado por los “altos costos” que deben afrontar las compañías aéreas cuando tocan suelo uruguayo.
“Uruguay es un país muy caro para la aviación. El combustibles es el más caro de la región, al igual que las tarifas aeroportuarias y el manejo de rampas. Todo eso termina impactando en la ecuación de costos”, aseguró Hernández. El gremialista consideró como natural que si una ruta “no da resultado”, es “lógico” que se levante -como acaba de ocurrir con Avianca- el tramo Montevideo-Bogotá.
La cámara está insistiendo con poner estos temas sobre la mesa de las autoridades del gobierno y los servicios de empresas conexas para “intentar cambiar esta realidad” a corto plazo. “El mercado uruguayo es chico. Es difícil pensar en que una compañía va a permanecer a largo plazo porque sea un mercado inmenso que no puede abandonar. Por ello, no queremos que se siga poniendo en peligro la actividad”, alertó.
El Poder Ejecutivo ha hecho gestiones en distintos niveles para captar el interés de nuevas aerolíneas de largo alcance con destino a Montevideo, pero sin mayores concreciones. En 2017 se anunció que para 2018 era factible que la aerolínea Aeroméxico llegara a Carrasco, pero ello todavía no se ha materializado. También en su momento se manejó la posibilidad de que Qatar Airways cubriera la ruta entre Doha y Montevideo, pero tampoco se cerró.
Acuerdo con Ancap
La Asociación Latinoamericana y del Caribe de Transporte Aéreo (ALTA) logró un acuerdo con Ancap en enero para reducir los costos de los combustibles y aumentar la previsibilidad y transparencia a la hora de fijar las tarifas.
Hasta diciembre de 2018, Ancap fijaba el precio de manera arbitraria, llegando a cobrar incluso un adicional sobre el precio internacional (Jet A1) de más de US$ 1 por galón de combustible. Según Hernández, ahora ese sobreprecio es de unos 50 centavos de dólar por galón respecto al precio de referencia del Golfo de México. Dijo que si bien ello fue una mejora, todavía Uruguay “sigue siendo el más caro” de la región. Este componente es el responsable por entre el 25% y 35% de la estructura de costos de una aerolínea.
