Agro > OLA DE CALOR

Altas temperaturas complican el manejo del ganado

No se han detectado pérdidas de peso, pero se adoptaron medidas para evitar el estrés calórico y cuidar los recursos; los ovejeros, tras el exceso de lluvias, están atentos para combatir enfermedades
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29 de enero de 2019 a las 17:44

Las altas temperaturas registradas en los últimos días en todo el territorio nacional también impactaron en la actividad ganadera, cuyos operadores en pocos días pasaron de un enero con lluvias muy superiores a las habituales a una secuencia de días secos y de intenso calor.

En el caso de los vacunos, si bien no se han detectado aún mermas de peso, el intenso calor obligó a los ganaderos a adoptar medidas de manejo tendientes a minimizar el estrés calórico en los animales y cuidar los recursos.

En el caso de los productores de ovinos, con base en un relevamiento realizado este martes, el calor no afectó, pero se afrontan consecuencias del exceso hídrico de inicio del año, lo que generó condiciones propicias para la aparición de enfermedades gastrointestinales y podales.

Mariel Romero, productora ganadera del norte del país, explicó a El Observador que la ola de calor ha sido “tremenda” en su zona. Relató que hay que retirar a los animales de los tajamares y también de los campos que tienen bebederos porque éstos se meten dentro y eso hace “imposible" conversar el agua limpia, pero además los rompen y eso, de suceder, deriva en costos inesperados a afrontar.

Por ahora los animales no han perdido peso. La criadora explicó que comen más horas a partir del atardecer, hasta la noche y a primera hora de cada mañana.

Añadió que en los lugares donde los animales no acceden al agua o a la sombra el estrés calórico se siente mucho e incide en el estado de los mismos.

En el caso que fuera necesario trasladar a los animales de lugar, se lo hace en la noche o en las primeras horas de la mañana. De lo contrario, declaró, "sería una tortura para los pobres animales”.

“Llevo una vida en el campo, pero se siente diferente en estos días. Nos quejamos de las lluvias excesivas, pero hoy está todo con agua. Las benditas sombras están a pleno y siempre repletas”, comentó.

El exceso hídrico generado al comienzo del año dejó campos verdes y buenos rebrotes, lo que da una mano a los productores ganaderos que disponen de una buena oferta de comida para sus rodeos.

 

“En mi zona se ve abundante (disponibilidad de pastura), pero sé que hay lugares que están muy verdes y con un precioso rebrote, aunque sin abundancia”, explicó Romero.

En tanto, la productora Lucía Zerbino, de Durazno, comentó que se intenta mover el ganado lo menos posible y realizar pocas tareas en las mangas. De igual forma, se monitorean los potreros procurando que las aguadas estén bien y curando animales abichados.

En esa zona al momento tampoco se ha detectado pérdidas de peso ni estrés calórico, justamente porque solamente fueron dos o tres días de altas temperaturas, el resto de enero dio tregua al calor.

“Las vacas están con un estado imponente de toda el agua que cayó en diciembre y enero, acá hizo un verano espectacular para la ganadería”, explicó Zerbino a El Observador.

 

Majadas en alerta

Martin Garicoïts, productor ovejero del centro del país, explicó por su parte que el calor trata de diferente manera a los lanares según cada predio y cada zona en la que están.

De igual forma, comentó que todos viven un exceso de humedad que ha provocado que haya que estar muy alerta en el tema de los parásitos gastrointestinales, con diferentes situaciones según la vulnerabilidad de las diferentes razas a los problemas podales.

En su caso particular, Garicoïts es criador de Highlander, una raza que tiene una gran fortaleza, con “muy buen comportamiento para enfermedades podales”.

“Si bien no somos inmunes, no estamos con muchos problemas”, declaró a El Observador.

Por un lado, se recomienda poner los animales en sulfato de zinc para fortalecer los vasos y, por otro, tratar de que las ovejas estén en zonas altas para tener la menor humedad posible.

De todos modos, Garicoïts aseguró que la situación “no está buena” y hay que tratar de cambiarla. En este sentido, mencionó que el mejor comportamiento de la oveja se da en veranos secos y no en veranos húmedos y de alto crecimiento de las pasturas, por la aparición de hongos o enfermedades de parásitos, entre otras.  

Finalmente, Fernando García Pintos, productor ovejero del departamento de Lavalleja, coincidió en que al momento las majadas están bien, pero advirtió que hay que estar atentos por los brotes de parasitosis que pueda haber dadas las condiciones ambientales y con pasturas cada vez más altas.

"Esto puede traer problemas tanto de lombrices como de patas. Por ahora, en general, se ven bien las majadas, pero hay que tener cuidado. Las bicheras han avanzado mucho en todos lados; venían muy tranquilas hasta el mes de diciembre, pero en enero con las lluvias y humedades han estado complicadas", concluyó.

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