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Blancos temen una “naturalización” del sector de Juan Sartori

Lacalle Pou y Larrañaga intentan desactivar peligros como los coqueteos de la intendenta Adriana Peña con el millonario
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18 de julio de 2019 a las 05:04

Los líderes nacionalistas Luis Lacalle Pou y Jorge Larrañaga están transpirando en pleno invierno para impedir algo que no solo lastimará a una de las alas principales del partido, sino que puede llegar a complicar las chances de esa colectividad para llegar al gobierno.

El riesgo en estas horas tiene la cara de la intendenta de Lavalleja, Adriana Peña, pero el enemigo final no es otro que el multimillonario Juan Sartori, quien a fuerza de promesas de tarjetas gratuitas MedicFarma y asesorado por el capo de las campañas sucias JJ Rendón logró colarse como segunda fuerza blanca en las pasadas internas y representa un enigma oscuro para buena parte de la grey nacionalista.

La intendenta Peña, quien apoyó fervorosamente a Larrañaga en la campaña hacia el 30 de junio, reconoció que está teniendo conversaciones con Sartori, quien salió a recorrer el país y, por el camino, va tentando a dirigentes locales para que se sumen a su cruzada.

“Hubo (conversaciones con Sartori), como normalmente se hace en esta época de pases, como ha habido de otros sectores políticos. Hubo conversaciones. Nuestro grupo político está estudiando los panoramas nacionales que hay para esta otra instancia, pero no se ha tomado resolución”, dijo Peña este miércoles en radio Montecarlo. Las razones del cambio de rumbo de Peña tienen, al menos, un objetivo. La dirigente minuana quiere que su pareja Gastón Elola sea candidato a intendente en las municipales de mayo, pero Alianza Nacional no juntó los votos necesarios en Lavalleja como para que la departamental blanca lo proclame. Por eso necesita los votos de los convencionales sartoristas o los de Lacalle Pou.

Lacalle Pou ya ha sido claro frente a estos movimientos políticos que –como el de la amenaza del intendente de Colonia, Carlos Moreira, de abandonar Alianza Nacional– le complican la vida como candidato presidencial del partido. Allegados al líder nacionalista dijeron a El Observador que al candidato le preocupa que el ala liderada por Larrañaga se desinfle, puesto que la necesita fuerte para que el partido vote bien en octubre y acceda al balotaje, y para gobernar luego sin demasiados sobresaltos en caso de ganar las elecciones.

Todo hace prever que los esfuerzos de Lacalle Pou y de Larrañaga por un partido pacificado y libre de cimbronazos, exigirán un espalda con espalda impensado antes de las internas del 30 de junio  

En ese sentido, tanto desde el sector de Lacalle Pou como del de Larrañaga advierten que la deserción de Peña hacia el sector de Sartori puede empezar a “naturalizar” a un candidato que la noche de las elecciones fue silbado y llamado “comadreja” por buena parte de quienes vivaban al resto de los dirigentes en la puerta de la sede de la calle Juan Carlos Gómez. Hasta el 30 de junio, aquellos que apoyaban a Sartori, como la senadora Verónica Alonso, eran sospechados en la interna blanca de llegar a acuerdos en los que la política poco tenía que ver y donde lo importante era el reparto de miles de dólares. 

En público y en privado se consideraba que quienes apoyaran a un empresario que había destratado a sus compañeros y al que se acusa de lanzar campañas sucias contra Lacalle Pou y Larrañaga estarían firmando el final de su carrera política. 

Pero en filas nacionalistas se entiende que si Peña se suma a la avanzada sartorista, puede empezar a avalar al empresario en su campaña de captación de dirigentes para apoyar planes que aun no están muy claros.

Por eso, se entiende que una solución a las pretensiones de Peña en Lavalleja pasaría por una decisión de Lacalle Pou de darle en la departamental los votos que necesita la pareja de la intendenta para ser candidato, pero a cambio de que la jefa comunal descarte cualquier posibilidad de respaldar a Sartori.

Riesgos

Entre otras cosas, el crecimiento dentro del Partido Nacional del grupo liderado por el empresario le dará razones al candidato colorado, Ernesto Talvi, para cuestionar a los blancos por tener en sus filas a una persona que, considera, tiene oscurísimas intenciones.

“Todas las señales que tenemos es que este personaje es de lo peor. Alguien que no respeta nada, no va a respetar ni la Constitución, ni las leyes, ni la Justicia. Va a ir deformando la democracia hasta vaciarla de contenido”, dijo a El País.

Lacalle Pou retornó este martes de unas vacaciones de diez días en las que intentó desconectar su cabeza de los rompecabezas políticos. Larrañaga, tras su derrota en las internas, rompió el silencio el viernes 12 a través de un mensaje en el que dijo que defenderá al partido de “los arribismos, las malas artes y el abuso de poder de cualquier naturaleza”.

“Vamos a salir con nuestra lista al Senado y trabajaremos intensamente para lograr el triunfo del Partido Nacional. Para que Luis Lacalle Pou y Beatriz Argimón sean la fórmula elegida por los uruguayos”, agregó 

Lacalle Pou le respondió a través de un tuit: “Hombro con hombro”, escribió. Todo hace prever que los esfuerzos de Lacalle Pou, particularmente, y de Larrañaga por un partido pacificado y libre de cimbronazos exigirán un espalda con espalda impensado antes de las internas del 30 de junio.  

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