"Es un verdadero milagro que nadie haya muerto", fueron las primeras palabras del sargento de Policía Shane Carringer a The Washington Post al referirse al un incidente ocurrido en un club de striptease de Anaheim (California). En la noche del 31 de octubre tres jóvenes de entre 20 y 34 años fueron expulsados del boliche por negarse a usar tapabocas, medida que cada persona que ingresa debe cumplir de forma obligatoria.
Pese a que las autoridades los habían echado, los sujetos volvieron en auto a los pocos minutos y realizaron 15 disparos con una AK-47 a la fachada del lugar.
A partir de allí, la policía local comenzó a investigar el hecho y detuvo a tres hombres, uno de 34 años, otro de 22, y uno de 20, quienes ante Fiscalía se declararon no culpables, consigna RT en Español.
De ser probada su falta, los dos primeros cumplirían una condena perpetua por intento de asesinato premeditado, asalto con arma de fuego y balazos a un edificio ocupado, mientras que el último, a quien se lo acusa de participar en las últimas dos causas, podría estar en prisión por 17 años.
Los imputados, que fueron buscados durante seis semanas por la policía, no presentaban antecedentes antes del ataque. Su fianza será de US$ 5 millones.
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