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Carámbula en ASSE: aciertos, deudas y una presidencia que no repetiría

Balance de los primeros 12 meses de gestión de directorio que suplantó al equipo de Susana Muñíz
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25 de marzo de 2019 a las 05:00

Las aguas estaban bastante revueltas en la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE) cuando el presidente Tabaré Vázquez levantó el teléfono y discó el número de Marcos Carámbula, a comienzos del año pasado. El mandatario tenía una oferta que realizar. Y también un favor que pedirle a un amigo. Es que el repentino despido del directorio a cargo de Susana Muñiz por orden directa del propio jefe de Estado, había dejado un vacío que alguien debía llenar, y también limpiar.

La propuesta se sintió honrada, confesó Carámbula a El Observador. Fue una gran muestra de confianza, agregó, aunque también supo que se trataba de una invitación difícil. Poner la cara y levantar la imagen del gigante de la salud no era tarea fácil en aquel entonces, considerando que una comisión investigadora estaba a punto de esclarecer una red de comportamientos ilícitos que, aparentemente, se habían tejido en la gestión de Muñiz. Y si no fuera por la confianza que une al canario con Vázquez, probablemente Carámbula no hubiera aceptado el reto.

Ha pasado un año del día que Carámbula dio el sí y con orgullo hoy reconoce que su equipo –al cual halaga y agradece de forma permanente- ha conseguido, en poco meses, mejorar la salud pública de los uruguayos. Y con ese acierto duerme tranquilo. Sin que le tiemble el pulso reconoce que aún existen deudas y que además son muchas, pero eso no opaca la satisfacción de haber mejorado la sanidad de quienes menos tienen y de haber contribuido, dijo, por primera vez en la historia de ASSE, a crear una cultura laboral en las 33.000 personas que allí trabajan.   

“El compromiso con la salud pública lo tuve y lo tendré siempre, pero en 2020 habrá otro que cumpla esta función”, reveló Carámbula entre risas, un poco en broma y otro poco enserio. “Es que dentro de un año yo aspiro a ser el abuelo de todos los nietos que tengo. Es allí donde quiero estar”, confesó conmovido.

Las deudas

Profesionalizar la gestión fue los buques insignias de este directorio. Dejar de elegir los cargos a dedo y que el peso recaiga en el mérito y los antecedentes antes que el amiguismo. Se lazaron, entonces, 16 direcciones de hospitales públicos a concursar en agosto y que gane el mejor. La expectativa fue alta pero se desinfló rápido. Solo se otorgaron seis, porque diez cargos quedaron sin postulante ganador.

“Los salarios que ofrecemos no están acordes a los que, por ejemplo, cobra un director de hospitales en el sector mutual”, reconoció Carámbula. En la mano el director del Hospital Maciel, dijo, puede llevarse cerca de $ 90.000 pesos. “Hoy un gerente en una institución mutual gana muy por encima de eso. Seguramente es más que el doble de lo que se paga en ASSE”, comparó el presidente del organismo público.  

Fortalecer la auditoría y la transparencia dentro de la gestión fue otra de las metas que mantuvo inquieto al nuevo directorio. “Si estás de un lado del mostrador no podés estar del otro”, enfatizó Carámbula. Un reto complejo, dado que cuando él asumió habían salido a la luz varios indicios que vinculaban casos de corrupción dentro del organismo. El presidente aseguró que hoy existe una dinámica de control permanente que corrige fallas de forma inmediata.

Pero la empresa Siemm, la misma que vendió servicios de traslados a ASSE entre 2013 y 2016 y que era propiedad de tres jerarcas del organismo, le volvió a facturar a ASSE bajo la gestión de Carámbula. “Fueron algunas instancias estrictamente justificadas por razones de emergencia y último recurso. Los traslados de la región Norte los cubrimos con recursos públicos”, argumentó el presidente.

¿En deuda con la calidad?

Cárambula dijo sentirse conforme con la mejora en la calidad de la asistencia aunque reconoció que todavía existe un cuello de botella importante. “Tenemos que trabajar las listas de espera”, disparó. Dependiendo de la especialidad que un paciente necesite, el tiempo de demora para llegar al consultorio del médico puede ser de dos, tres, cuatro meses, o hasta incluso un año como sucede, por ejemplo, con los anestesistas.

De todos modos, ese tal vez no sea el dolor de cabeza más grande para Carámbula. Desde la Sociedad Uruguaya de Pediatría reclaman que existe una “tremenda inequidad” asistencial entre ricos y pobres en lo que refiere a su especialidad. 

En las policlínicas públicas de la periferia, como en Piedras Blancas o en el Cerro, ASSE no alcanza a cubrir las horas de guardia pediátrica, o lo que es lo mismo, quedan sin asistencia especializada entre 80 y 100 horas a la semana, según datos a los que pudo acceder El Observador. Esto  implica que un médico general orientado al tratamiento de adultos es el responsable de tratar a un niño enfermo. Cosa que no sucede en los barrios más pudientes del sur de Montevideo.

“Es imprescindible que en zonas donde existe vulnerabilidad social y biológica hayan pediatras como médicos de referencia. Las consultas allí no son rutinas que hace un niño sano, son de niños enfermos que muchas veces llegan con una patología avanzada porque no tienen el habito del control”, explicó a El Observador Andrés Alves, secretario de la Sociedad Uruguaya de Pediatría (SUP).

“Tenemos dificultades en esas dos zonas, lo asumo, es real. Hacemos llamados de forma continua, pero no han sido llenados”, admitió el presidente. Pero Alves retrucó que esos llamados hayan sido frecuentes. “Quiséramos ver esos llamados con ofertas atractivas, no de dinero, sino de condiciones de empleo, de plantas físicas, que ofrezcan seguridad laboral. La vocación del pediatra es ir a trabajar donde se da la pelea, pero es necesario hacerlo en un marco seguro y atractivo”, denunció el secretario de la SUP.

Hacia el futuro

Carámbula entiende que el trabajo debe continuar y en ese sentido el próximo mes de abril se lanzará la creación del Sistema Nacional Integrado de Traslados, orientado a mitigar las dificultades a la hora de mover pacientes graves por todo el territorio nacional. Asimismo, la incorporación de la telemedicina como recurso para aumentar la capacidad de cobertura y rapidez en los estudios, es otro recurso que Carámbula destacó como elemento que mejora la calidad asistencial de los pacientes de ASSE.

En este sentido el directorio tiene planeado un plan de inversión para aplicar en los próximos 12 meses –último tramo de la gestión- para acabar de pulir los compromisos que asumieron en marzo de 2018 ante el Parlamento y posicionar a ASSE como un gran prestador de salud.

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