El Índice de Inversión en Maquinaria Agrícola (Idima) presentó en 2018 una baja de 11% en comparación con lo ocurrido en 2017, considerando que las inversiones en importaciones de tractores, cosechadoras y sembradoras –base para la elaboración del índice– totalizaron US$ 93 millones.
Con base en el estudio que a partir de 2009 elabora Carle & Andrioli Contadores Públicos, se puede establecer que los niveles de inversión de 2018 llegaron a sólo el 31% de los máximos históricos.
Hasta 2013 hubo cifras récord de inversiones en maquinaria agrícola, mientras que en 2015 y 2016 presentaron significativas caídas, interrumpidas por un incremento en 2017.
En el período 2008/14 estas inversiones alcanzaron valores récord, mientras que en 2015 y 2016 tuvieron fuertes caídas, 53% y 38%, respectivamente. La tendencia a la baja del indicador se había interrumpido en forma transitoria en 2017 con un incremento de 22%, para volver a caer en el último año.
El nuevo descenso del nivel de inversiones agrícolas determina que el índice en 2018 sea el segundo más bajo de la última década.
En el informe elaborado por Carle & Andrioli, remitido a El Observador, se establece que las decisiones de la inversión agrícola de 2018 tuvieron como contexto problemas de rentabilidad, baja del área de siembra y de los rendimientos productivos, así como de dificultades de financiamiento.
La superficie de la agricultura tuvo un nuevo descenso de 4% y en la zafra 2018 se sitúa en el 71% del máximo histórico (2014).
El mal rendimiento del cultivo de soja determinó una significativa caída en la productividad agrícola del último quinquenio, de acuerdo con el índice de Productividad Ponderada Agrícola (IPPA) que elabora la consultora.
En la trayectoria de la inversión incide el deterioro de la relación precios de los productos agrícolas con respecto a los costos de producción de los últimos cinco años.
En particular en la zafra 2018, en un marco productivo y de rentabilidad adverso, además de bajar los niveles de inversión, los productores necesitaron reprogramar el pago del servicio de deuda y tuvieron dificultades para acceder a financiamiento para los nuevos cultivos.
La baja de la inversión del año se dio en el marco de un estancamiento general de la inversión de las empresas, ya que la inversión privada según datos de cuentas nacionales descendió 1% en los primeros nueve meses de 2018.
Otro indicador de interés es la inversión anual de máquinas y equipos agrícolas en dólares corrientes por hectárea cultivada. En 2008/14 se alcanzaron valores máximos, ubicándose en la mitad de esos niveles en las campañas siguientes (ver en el cuadro).
La inversión por hectárea en 2018 fue 5% menor al año anterior. El desempeño del año no permite alcanzar niveles de reposición de inversiones, ya que se ubica en el 58% de los valores estimados por hectárea de depreciaciones de las máquinas agrícolas.
Los créditos bancarios al sector agropecuario a fines de noviembre de 2018 se ubicaban en U$S 2.363 millones, con un descenso de 2% en los últimos 12 meses, según informó el BCU.
Confirmando la tendencia de los últimos años, la superficie total cultivada en 2017/18 tuvo una baja de 4%, según informó la Dirección de Estadísticas Agropecuarias del MGAP.
Fuente: IDIMA / Carle & Andrioli
A continuación, el informe completo de Carle & Andrioli:
Informe IDIMA 2018 by on Scribd
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