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Cinco personas murieron durante una protesta por la demolición de una mezquita en India

Se trata de la última demolición de una serie dirigida contra viviendas, escuelas y sitios religiosos de la minoritaria comunidad musulmana del norte del país
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09 de febrero de 2024 a las 12:39

No menos de cinco personas murieron y decenas resultaron heridas como consecuencia de la represión policial con munición real y gases lacrimógenos durante una protesta en la ciudad de Haldwani, en el estado de Uttarakhand, por la demolición de una mezquita y una escuela religiosa ordenada por las autoridades locales, la última de una serie dirigida contra infraestructura de la comunidad musulmana.

Según la Policía local, los residentes musulmanes incendiaron vehículos y les arrojaron piedras durante la protesta que siguió a la destrucción de los edificios que, según Vandana Singh, magistrada del distrito, “no estaban registrados como un sitio religioso y educativo, ni habían recibido tal reconocimiento".

Los residentes, sin embargo, afirmaron en declaraciones al periódico local The Indian Express que la mezquita y la escuela tenían casi dos décadas de antigüedad y que fueron demolidas injustamente en el marco de una política deliberada contra la minoría musulmana desplegada por el gobierno nacionalista del partido Bharatiya Janata Party (BJP), que lidera el primer ministro Narendra Modi.

"La Policía recibió instrucciones claras para tratar estrictamente a los elementos rebeldes. Se está identificando a todos los alborotadores que provocaron incendios intencionales y arrojaron piedras. No se salvará ningún malhechor que perturbe la armonía y la paz”, dijo el primer ministro de Uttarakhand, Pushkar Singh Dhami,

En enero del año pasado, hubo protestas generalizadas en Haldwani, ciudad del Himalaya ubicada a 270 kilómetros al noreste de Nueva Delhi, después de que las autoridades ordenaron la demolición de casi 4.000 viviendas que supuestamente habían invadido tierras propiedad de los ferrocarriles estatales, iniciativa que suspendió el Tribunal Supremo, que afirmó que “50.000 personas no pueden ser desarraigadas de la noche a la mañana”.

Los grupos supremacistas hindúes se envalentonaron en su campaña contra los musulmanes y sus estructuras religiosas desde que Modi asumió el poder hace una década. El mes pasado, en un gesto interpretado como una provocación, Modi inauguró un templo hindú en la ciudad norteña de Ayodhya, construido en el sitio de una mezquita centenaria de la era mogol, destruida por fanáticos hindúes en 1992.

En dos informes publicados esta semana, el grupo de Derechos Humanos Amnistía Internacional (AI) documentó la demolición “punitiva” de al menos 128 propiedades musulmanas entre abril y junio de 2022, lo que dejó no menos de 617 personas sin hogar o sin medios de subsistencia.

“La demolición ilegal de propiedades musulmanas por parte de las autoridades indias, promocionada como 'justicia de excavadora' por líderes políticos y medios de comunicación, es cruel y atroz. Están destruyendo familias y deben detenerse de inmediato”, afirmó Agnes Callamard, secretaria general de AI.

“Las autoridades socavaron repetidamente el Estado de derecho, destruyendo hogares, negocios o lugares de culto, mediante campañas selectivas de odio, acoso, violencia y el uso de excavadoras como armas. Estos abusos contra los Derechos Humanos deben abordarse urgentemente”, añadió Callamard.

Los analistas locales señalan que las topadoras llegaron a simbolizar la opresión de los musulmanes en la India, particularmente después que Yogi Adityanath, el primer ministro de Uttar Pradesh, conocido por su intolerancia hacia la minoría musulmana, iniciara la política de destruir propiedades de aquellos acusados de crímenes para impartir justicia instantánea.

El documento denuncia que las demoliciones se registraron en las provincias de Assam, Gujarat, Madhya Pradesh, Uttar Pradesh y Delhi como “castigo” tras episodios de violencia religiosa o protestas de musulmanes contra “políticas gubernamentales discriminatorias”, en el marco de la “retórica antimusulmana” de BJP, que gobierna en cuatro de las cinco provincias.

Grupos de Derechos Humanos también acusaron a Modi de hacer la vista gorda y en ocasiones permitir discursos de odio contra los musulmanes, que representan el 14% de los 1.400 millones de habitantes de la India.

 

(Con información de agencias)

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