El cambio climático y la contaminación han incrementado la prevalencia de la alergia al polen.

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¿Cómo detectar si eres alérgico al polen?, estos son sus principales síntomas y cómo disminuirlos

Esta condición también es conocida como polinosis o fiebre del heno.
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18 de marzo de 2024 a las 02:00

En primavera y verano, España se llena de color y vida. Sin embargo, para muchos, este cambio trae consigo la lucha contra la alergia al polen, un trastorno que afecta a alrededor de 6,6 millones de personas en el país, convirtiéndose en un problema de salud no mayor, pero sí de gran interés para gran parte de la población.

Conocida también como polinosis o fiebre del heno, la alergia al polen se ha convertido en una de las alergias más comunes, afectando a un 15% de la población española según el Sistema Nacional de Salud (SNS). ¿Te has preguntado si eres alérgico al polen o cómo puedes aliviar sus síntomas? A continuación, exploraremos cómo identificar esta alergia y qué medidas se pueden tomar para minimizar su impacto en nuestro día a día,  según menciona el medio Mejor con Salud.

Alergia al polen: cuáles son los principales síntomas y qué puede causarla

La alergia al polen surge como una reacción desmesurada del sistema inmunológico frente al contacto con el polen. Este polvo fino, esencial para la reproducción de las plantas, se vuelve un agente irritante para ciertos individuos, desencadenando una serie de síntomas molestos.

La alergia al polen afecta a alrededor de 6,6 millones de personas en España.

Esta alergia se debe a uno o varios tipos de polen, principalmente de gramíneas, árboles como el abedul, el roble y el cedro, y malezas como la ambrosía. Las principales causas de esta problemática, son las siguientes:

  • Sensibilización inmunológica: el sistema inmunológico de algunas personas identifica erróneamente al polen como un agente peligroso, desencadenando una reacción alérgica.
  • Tipos de polen: especialmente de gramíneas, árboles (como el abedul, el roble y el cedro) y malezas (como la ambrosía).
  • Dispersión por el aire: la polinización se facilita a través del viento, así como por aves e insectos, incrementando la exposición al polen.
  • Factores ambientales: el aumento de la contaminación y el cambio climático han exacerbado la prevalencia y severidad de las reacciones alérgicas al polen.

Los síntomas de la alergia al polen varían desde leves a graves. Es importante destacarlos para saber en el día a día cómo defenderse en esta época del año:

  • Respiratorios: estornudos, congestión nasal, goteo nasal (rinorrea), tos e irritación de la garganta.
  • Oculares: ojos llorosos, hinchazón alrededor de los ojos y picazón.
  • Otros síntomas: picazón en la garganta, pérdida temporal del olfato o el gusto y presión sinusal que puede provocar dolor facial.
  • Asociación con el asma: en algunos casos, la alergia al polen puede coexistir con el asma, agudizando síntomas como la dificultad para respirar y las sibilancias.

Cómo disminuir los síntomas y atacar la alergia al polen en primavera y verano

Afrontar la alergia al polen implica, ante todo, minimizar el contacto con el alérgeno. Dada la variabilidad de la polinización según la especie vegetal, que puede extenderse desde enero hasta mitad de año, adoptar medidas preventivas es crucial para aliviar los síntomas. Aquí te presentamos algunas estrategias efectivas:

La liberación de histamina por el cuerpo provoca los síntomas de la alergia al polen.

  1. Limita las actividades al aire libre: evita salir, especialmente en días de alta concentración de polen o cuando el viento pueda incrementar la dispersión del mismo.

  2. Mantén las ventanas cerradas: impide que el polen entre a tu hogar o coche manteniendo cerradas las ventanas, especialmente durante las primeras horas de la mañana y al atardecer, que son los picos de mayor concentración de polen.

  3. Instala filtros antipolen: usa humidificadores o aire acondicionado con filtros antipolen en tu hogar y en el coche para filtrar el aire sin permitir la entrada de polen.

  4. Usa gafas de sol al salir: protege tus ojos del polen y de los rayos UV con gafas de sol que ofrezcan filtrado de partículas.

  5. Cámbiate de ropa y dúchate al volver a casa: elimina las partículas de polen de tu cuerpo y ropa para reducir la exposición en el hogar.

  6. Adapta tus tareas domésticas: prefiere la limpieza húmeda para atrapar el polen y usa aspiradoras en lugar de escobas para evitar levantar polvo y polen del suelo.

  7. Cuida tu jardín inteligentemente: elige plantas hipoalergénicas y evita actividades que puedan dispersar polen, como cortar el césped.

  8. Utiliza mascarillas o filtros nasales: protege tus vías respiratorias del polen con el uso de mascarillas o filtros nasales al salir.

  9. Pulveriza agua en las habitaciones: un ambiente húmedo puede ayudar a reducir la movilidad del polen en el aire de tu hogar.

Además de estas medidas, consultar a un especialista para obtener un diagnóstico adecuado y un plan de tratamiento personalizado es fundamental.

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