Rodrigo Amaral está jugando en Nacional todo lo que se esperó de él cuando Gustavo Munúa lo ascendió a Primera división en 2015. En aquel momento la ilusión era enorme con la joyita de la cantera, que también era figura en las selecciones juveniles. Los hinchas tuvieron que esperar cuatro años, uno y medio en Racing de Argentina donde lo bajaron a Cuarta división porque había subido de peso, para deleitarse con su talento. El sobrepeso, el mismo motivo por el que no pudo consolidarse en los tricolores y tuvo que cruzar el Río de la Plata.
Esta nota es exclusiva para suscriptores.
Accedé ahora y sin límites a toda la información.
¿Ya sos suscriptor?
iniciá sesión aquí
Inicio de sesión
¿Todavía no tenés cuenta? Registrate ahora.
Para continuar con tu compra,
es necesario loguearse.
o iniciá sesión con tu cuenta de:
Disfrutá El Observador. Accedé a noticias desde cualquier dispositivo y recibí titulares por e-mail según los intereses que elijas.
Crear Cuenta
¿Ya tenés una cuenta? Iniciá sesión.
Gracias por registrarte.
Nombre
Contenido exclusivo de
Sé parte, pasá de informarte a formar tu opinión.
Si ya sos suscriptor Member, iniciá sesión acá