Debate presidencial: un Montón de nada

El debate comenzó con un buen primer bloque de seguridad de Patricia Bullrich a tal punto que consiguió que todos le quisieran saltar a la yugular en su tema más fuerte. Lo que no tenían que hacer bajo ningún punto de vista. Regla uno del debate, no se ataca a un candidato en su tema favorito. Lejos de bajarlo ante el público lo levantan.

En el Bloque de trabajo Massa habló como alguien que recién llegara al país y no fuera el ministro de economía y parte de este gobierno desde hace cuatro años. El candidato de Unión por la Patria lucía un bronceado que a más de uno lo remitía al yate de Insaurralde en Marbella tuvo una noche para el olvido. A diferencia de la semana pasada, esta vez no se lo permitieron Bullrich, ni Schiaretti, ni Bregman, mientras que Milei se mostraba sospechosamente benévolo con el ministro de economía del dólar blue a 900 pesos. 

De hecho, Milei, fue tan bondadoso con el ex intendente de Tigre que usó su derecho a réplica al segmento de Massa para atacar a Bullrich y repitiendo, casualmente, los dichos de Massa contra Melconian. Incluso en otro de los cruces Milei despegó a Massa de su propio gobierno sobre el ataque terrorista a Israel con un “valoro su tweet de hoy”. Muy llamativo todo. 

Hablando de los derechos a réplica uno de los peores momentos de la noche fue el sobreactuado intento de defensa feminista de Massa a Milei “hasta acá llegaste” que terminó quedando como un galán fallido de novela mexicana de los años ochenta, capitalizado más tarde por Patricia Bullrich con un “las mujeres nos podemos defender solitas”.

Milei intentó hacer la plancha como en el debate anterior, pero tuvo varias complicaciones se desdijo sobre la libre portación de armas y se trabó en la explicación
Sachiaretti, agrandado tras el primer debate y su tour de noticieros posterior, se mostró mucho más dinámico y solvente que la semana pasada y por suerte dejó de ser el secretario de turismo de Córdoba, para ser el único candidato a presidente del interior del país
 
Volviendo a los cruces, por lejos lo más interesante del debate, hubo un acierto de Bullrich fue enumerar un listado de corrupción Kirchnerista contra Massa una y otra vez usando la frase “ñoquis de la Campora” que él había prometido barrer.  En otro momento Pato le retruca a Milei con su propia plataforma y la venta de órganos, el libertario acusó el golpe e intentó responder con una buena chicana, pero se equivocó al meterse con el Incuai una de las instituciones más respetadas de la argentina. El economista se mostró muy incómodo con todas las preguntas intentó una respuesta macroeconómica a la inseguridad, a tal punto que salió con una historia de los “años 60 en Estados Unidos”. 
Quizá el más picante de todos esos entreveros fue cuando Bullrich le dijo a Milei “vos tenés las listas llenas de chorros” y el libertario lejos de defender la honorabilidad de sus candidatos contestó “Vos también tenés gente que viene de otros lados en las listas” muy nervioso con Patricia se puso a jugar con la lapicera, tartamudeó y le tembló la mano.

En los cierre Bregman repitió su slogan ni sometidos ni cómplices, Bullrich leyó un texto duro y perdió algunos puntos, Milei ya muy nervioso desarticuló unas líneas acartonadas, 
Schairetti le habló a cámara con calma y soltura y Massa cerró con un hiper personalista “quizá este minuto sea el más importante de mi vida” dijo Sergio demostrando donde está su foco.