República Dominicana solicitó a la Organización de Estados Americanos (OEA) que intervenga para ayudar a solucionar la “conflictiva situación” que vive con Haití, con el que sostiene una crisis fronteriza.
“Le solicitamos a la Secretaría General de la OE actuar con la celeridad que exige esta conflictiva situación”, dijo el canciller dominicano, Roberto Álvarez, ante el Consejo Permanente del organismo panamericano.
Álvarez sostuvo que las acciones tomadas por su país con relación a la construcción en territorio haitiano de un canal para desviar agua del río Masacre hacia la llanura de Maribaroux, motivo del conflicto, muestran la disposición “al diálogo y al uso de las vías diplomáticas”.
El ministro dijo al secretario general de la OEA, Luis Almagro, que “tiene la experiencia para emplear a fondo sus buenos oficios, asistido por los técnicos de la Secretaría y, ojalá, también por los expertos del Banco Interamericano de Desarrollo”.
En la misma sesión del Consejo Permanente, el embajador de Haití ante la OEA, Leon Charles, afirmó que su país no detendrá la construcción del canal sobre el río.
Sostuvo que el tratado suscripto por los dos países en 1929 establece que los cursos de agua deben ser utilizados de manera equitativa por ambos, pero luego de la firma de ese instrumento Dominicana construyó al menos 12 obras de manera unilateral.
Asimismo, Charles deploró el reciente cierre total de la frontera común, dispuesto por Santo Domingo, medida, que entró en vigencia el 15 de septiembre pasado y levantada parcialmente en las últimas 24 horas bajo un “estricto control policial”, con el fin de mantener “corredores comerciales”.
Según los registros oficiales, las importaciones de Haití provienen principalmente de Dominicana (8,4%), después de Estados Unidos (56%), y totalizaron el año pasado US$ 1.040 millones entre alimentos y materiales para la construcción.
Observadores de las agencias internacionales de ayuda humanitaria que trabajan en el territorio haitiano han destacado la posibilidad de que el cierre de la frontera terrestre aumente la cantidad de personas que cruzan ilegalmente, como así también el número de casos de trata de personas y contrabando.
Abinader ha venido presionando para limitar el número de haitianos que migran a Dominicana y ha expulsado a decenas de miles, incluso a los de ascendencia haitiana. Según las organizaciones civiles, sólo en agosto, unos 22.000 haitianos fueron deportados, el doble de la cifra mensual habitual.
La inseguridad y la violencia que generan las bandas armadas en Haití, hace que muchos haitianos busquen refugio o trabajo en Dominicana, país desde el cual el gobierno de Puerto Príncipe importa productos esenciales, como alimentos e insumos médicos, en medio de una aguda crisis humanitaria y sanitaria.
(Con información de agencias)
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