Una multitud –de aproximadamente dos millones de personas– exigió este domingo en Hong Kong que se retire el proyecto de ley para autorizar extradiciones a China, forzando a la jefa de gobierno pro-Pekín a pedir “disculpas” por haber provocado “conflictos y disputas”.
Pocos en la ciudad podrán recordar una manifestación como esta en la que miles de ciudadanos continuaron sumándose a los cientos de miles que habían comenzado a marchar a primera hora de la tarde.
Nadie parecía querer perderse la protesta: jóvenes, adultos, ancianos, familias con niños pequeños y bebés, discapacitados en sillas de ruedas, profesores, estudiantes, trabajadores, todos iban desembocando como un torrente en las principales avenidas del centro de Hong Kong.
Acusada de autoritarismo, Carrie Lam tuvo que pedir “disculpas”
La inmensa mayoría de ellos vestidos de negro, en señal de duelo por la pérdida de libertades que, a su juicio, está viviendo la ciudad en los últimos años y que ha terminado por concretarse en el proyecto de ley de extradición impulsado por la jefa del gobierno local, Carrie Lam.
“Fuera Lam, no a la ley de extradición a China”, gritaban en cantonés los manifestantes que enarbolaban también carteles como “Libre Hong Kong” o “No a la brutalidad policial”, mientras caminaban pacíficamente entre los grandes rascacielos de la isla que alberga el centro de la ciudad.
Al concluir la manifestación a medianoche, diez horas después de su inicio, los organizadores del Frente Civil de Derechos Humanos cifraban la asistencia en “casi dos millones de personas”, lo que equivaldría a un 30% de los habitantes de la ciudad y el doble de los estimados el domingo anterior.
La Policía local habló, por su parte, de 338.000 asistentes, aunque reconoció que no habían contado a la gente en las calles adyacentes.
Una protesta que esta vez el gobierno local no podía disolver con antidisturbios como hizo el pasado miércoles, algo que a ojos vista ha soliviantado todavía más los ánimos de la población como quedó patente hoy.
Mucha gente, especialmente la de más edad, aseguraba haber acudido a la marcha por la indignación que le causaron las imágenes de las cargas policiales del miércoles, pocas veces vistas en la ciudad.
A las seis horas del arranque de la manifestación y ante su gigantesca amplitud, Lam emitió un comunicado en el que pidió disculpas a los residentes de Hong Kong y prometió “sincera y humildemente aceptar todas las críticas”, aunque no habló en ningún momento de su renuncia.
En cualquier caso, se trató de la mayor manifestación registrada en Hong Kong desde hace décadas, al menos desde el traspaso a China de la soberanía británica en 1997.
Se trató de la mayor manifestación registrada desde hace décadas.
El sábado, Lam, una dirigente política apoyada por Pekín, retrasó indefinidamente el proyecto de ley de extradición que podría enviar a personas a China continental para ser juzgadas, expresando su “profunda tristeza y pesar”.
“Carrie Lam se negó a disculparse ayer. Es inaceptable”, dijo Catherine Cheung, una estudiante de 16 años. “Es una líder terrible (...) Creo que sólo está retrasando el proyecto de ley para que nos calmemos”.
Acusada de autoritarismo, Lam tuvo que pedir “disculpas” este domingo, y reconoció que “deficiencias en la labor del gobierno llevaron a muchos conflictos y disputas en la sociedad de Hong Kong y decepcionaron y angustiaron a muchos ciudadanos”.
Lam justificó la represión del pasado miércoles alegando actos de violencia por parte de manifestantes, pero la oposición afirma que se trató de una ínfima minoría en el conjunto de las protestas, que en su mayor parte fueron pacíficas.
En Washington, el presidente estadounidense Donald Trump afirmó que tiene la intención de hablar sobre las manifestaciones en Hong Kong con su homólogo chino Xi Jinping durante la cumbre del G20 a fines de junio en Japón, según el secretario de Estado, Mike Pompeo.
Un portavoz del gobierno dijo que la mala elaboración del proyecto de ley ha ocasionado “graves disputas en la sociedad, causando desilusión y dolor”.
Lam “pidió disculpas al pueblo de Hong Kong por ello y se comprometió a adoptar la actitud más honesta y humilde para aceptar las críticas”.
Los críticos dicen que la ley de extradición podría poner en peligro la autonomía administrativa de Hong Kong y su reputación internacional como un centro financiero asiático. Algunos magnates de Hong Kong ya han comenzado a trasladar sus bienes al extranjero.
La agitación llega en un momento difícil para Pekín, que lidia con la guerra comercial de Estados Unidos, los problemas de su economía y las tensiones en el mar de la China Meridional.
Los censores chinos han estado trabajando duro para borrar o bloquear las noticias sobre las protestas en Hong Kong, temerosos de que cualquier gran manifestación pública pudiera inspirar protestas a nivel continental.
Para los analistas, las manifestaciones y la presión sobre Lam continuará.
“Los grupos pro-democracia no van a detenerse allí. Desean aprovechar la dinámica contra Carrie Lam”, dijo el analista Willy Lam.
“Desean continuar con la presión y mantener el impulso”.
Fuente: Agencias
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