El cine se vuelve a ir al espacio

El cine vuelve a mirar al espacio. Nunca dejó de hacerlo, pero desde hace algún tiempo las estaciones espaciales, naves y planetas extraños se han convertido en algunos de los escenarios predilectos para las superproducciones de Hollywood.

El séptimo arte ha viajado a las estrellas de forma recurrente desde los años de 1950, cuando la fascinación por el espacio se disparó gracias a la carrera espacial entre Estados Unidos y la Unión Soviética. Incluso cuando la realidad comenzó a igualar a la ficción con la llegada del hombre al espacio y luego a la Luna, el cine nunca dejó de imaginar viajes a los confines del universo, galaxias lejanas o visitas a la Tierra de alienígenas, tanto pacíficos como belicosos.

Ahora se abre una nueva era de deslumbramiento por el espacio; entre lo que queda de 2016 y 2017 se estrenan al menos siete películas sobre el tema (aunque se desarrollen en la Tierra o apenas algunos kilómetros sobre su atmósfera), algunas con la simple intención de entretener, mientras que otras pueden apuntar a llevarse alguna estatuilla en las próximas ceremonias de premios.

Uno de los planos más famosos de la historia del cine muestra a la Luna, con ojos y boca, mirando a la cámara, con una bala ensartada en su ojo derecho. Dentro de la bala hay un grupo de viajeros terrícolas. La secuencia pertenece a Viaje a la Luna, de George Méliès, que fue lanzada en 1902 y se convirtió la película más larga (14 minutos, 12 segundos) y con un costo de 10.000 francos, una pequeña fortuna para la época. También fue considerada (y aún lo es) uno de los ejercicios más innovadores de esta industria artística.

Desde entonces, el espacio ha sido uno de los campos favoritos del cine para mostrar sus avances tecnológicos. Star Wars permitió desarrollar efectos visuales hasta ese momento (1977) nunca antes vistos y 2001: Odisea del espacio, es considerada una obra maestra no solo por su profundidad temática, sino también por la calidad de los efectos especiales creados por Stanley Kubrick.

La evolución de los efectos digitales en las últimas décadas permitió dar otro salto de calidad en las películas espaciales. El quiebre moderno puede marcarse en Gravedad, una de las propulsoras de la camada actual de películas espaciales. La película de Alfonso Cuarón ganó siete premios Oscar, fue un rotundo éxito de taquilla (US$ 732 millones) y fue aclamada por sus efectos visuales, que son pieza fundamental del relato de la doctora Ryan Stone (Sandra Bullock) y su lucha por regresar a la Tierra, luego de que un accidente con desechos espaciales destruyera el transbordador en el que viajó a reparar el telescopio Hubble.

Luego de Gravedad siguieron otras dos destacadas películas, como Interestelar, descollante a nivel visual y narrativo; y la entretenida Misión rescate, dirigida por Ridley Scott, nominada al Oscar como Mejor película.

Misión rescate transcurre en la década de 2030, cuando la humanidad, gracias a la NASA, envía frecuentes misiones de exploración a Marte. El protagonista de la película, Mark Watney (Matt Damon), queda varado en el planeta vecino luego de una tormenta, y debe ser rescatado por sus compañeros, pero mientras tanto deberá sobrevivir, para lo que llega incluso a cultivar papas dentro de una especie de invernadero que construye en el desértico planeta.

Entre los futuros estrenos se cuenta Life, que plantea la existencia de vida (asesina) en el planeta rojo. En televisión, Marte también marca presencia (ver nota inferior).

Este interés no solo se debe a la cercanía relativa del planeta, sino también a un tema que desvela a la ciencia en los últimos tiempos. La necesidad de encontrar un lugar adónde escapar en caso de que las condiciones de vida en la Tierra se hagan insostenibles, ya sea por el calentamiento global, la superpoblación o la guerra. Sin especificar razones, los protagonistas de Pasajeros son tripulantes de una nave con más de 5.000 colonos que se dirigen a un nuevo planeta.

Una nota publicada por el diario inglés The Guardian destaca que varias de estas películas, así como otras de los últimos años, también mencionadas aquí, son parte de una nueva camada de obras de ciencia ficción que combinan la fantasía con ciencia realista e historias humanas, de amor, sobre el destino de la humanidad y el futuro. Incluso franquicias masivas como Star Wars o las películas de Marvel, más allá de que su función principal sea entretener, incluyen tramas vinculadas con la familia y la esperanza.

De todos modos, estas películas tienen en el fondo un punto de contacto: el concepto de que el espacio es un lugar en el que correr aventuras y descubrir mundos nuevos, algo que se refleja en el espíritu de los primeros exploradores espaciales, y la sensación de maravilla de los primeros viajes fuera del planeta. Una sensación que define en una frase Cooper, el personaje de Matthew McConaughey en Interestelar: "Nuestro destino yace encima de nosotros".

Un grupo de naves espaciales llega a la Tierra y aterriza en diversos puntos del planeta. La humanidad no sabe qué hacer; algunos países optan por atacar y otros intentan contactar con los visitantes. Una lingüista (Amy Adams) y un matemático (Jeremy Renner) son convocados por el ejército estadounidense para intentar descifrar el lenguaje de los extraterrestres, y averiguar así cuáles son sus intenciones para con el planeta.

La Avalon viaja por el espacio, en un trayecto de 120 años entre la Tierra y un nuevo planeta al que unos 5.000 humanos viajan con la intención de colonizar. Cuando aún faltan 90 años del recorrido, dos de los viajeros, una periodista (Jennifer Lawrence) y un mecánico de Denver (Chris Pratt), despiertan de su sueño criogénico y se encuentran con que son los dos únicos pasajeros conscientes allí, y los únicos que pueden resolver los problemas que enfrenta la nave.

Fecha de estreno:

prevista para 2017

Los seis tripulantes de la Estación Espacial Internacional investigan una muestra del terreno de Marte, que puede guardar la clave para descubrir la existencia de vida extraterrestre. Sin embargo, los astronautas pronto descubren que ese pequeño ente es más inteligente de lo que aparenta ser. La acción transcurrirá completamente en gravedad cero, y sus primeros avances muestran algunos puntos de contacto con Alien.

La tercera película de la serie antológica Cloverfield supervisada por JJ Abrams transcurre en una estación espacial. Sus tripulantes sufren un accidente que provoca la caída de un satélite, lo que por una parte los deja incomunicados y a la deriva, y por otra desencadena los hechos de la película Cloverfield: Monstruo. Los exploradores espaciales ven cómo una nave se aproxima a su estación, y deberán resolver si se trata de aliados o enemigos.

La próxima película del universo cinematográfico de Marvel también viaja al espacio para continuar las aventuras del grupo de antihéroes encabezados por Peter Quill (Pratt). En esta ocasión, el equipo incorporará nuevos miembros, a la vez que busca obtener mayores pistas sobre el padre de Quill, un nuevo personaje llamado Ego, encarnado por Kurt Russell.

Mientras que el episodio VIII continuará la historia de Rey, Poe Dameron y Finn, los nuevos héroes de la saga, el estreno más inminente es el de Rogue One, la primera de tres historias previstas por Disney para cada año en que no haya un episodio de la saga principal. Rogue One se ubica entre los episodios III y IV, y narra la historia de un grupo de comandos de la Alianza Rebelde que intentan robar los planos de la Estrella de la Muerte.