El desempeño de los remates en este 2024 será “similar” del año pasado

“Se concretó con un muy buen resultado”, indicó sobre ese remate que ofrecía unas fracciones de campo. “Fue un año parejo en materia de remates, en el que todos los meses hubo remates de distinto porte”, asentó.

“También para los colegas se cerró un buen año. Que estuvo también marcado e influenciado por una importante cantidad de remates oficiales de la mano del muy buen trabajo de la Asociación de Rematadores, que asumió la organización y realización” de esas subastas, continuó Stefanoli.

“En lo que a mí respecta, tuve la particularidad de rematar tanto bienes inmuebles como varios remates judiciales y particulares de otro tipo de bienes, como vehículos, repuestos para vehículos y maquinaria agrícola”.

Y este 2024 será “tan bueno o similar” a la temporada que pasó. “Será un año de más trabajo, en el área judicial, más tasaciones y más ventas inmobiliarias. Yo ya tengo proyectado varios remates, tanto para fines de febrero como para principios de marzo”, agregó. En concreto, en los últimos días de este mes desarrollará un remate particular de una importante planta sobre ruta 1 en el departamento de San José.

“Es decir, en la medida que no haya algún cambio sustancial, tanto desde el punto de vista judicial como particular, tanto los remates presenciales cono virtuales”, el rubro vivirá buenos meses, indicó.

Stefanoli cree que la época marcada por la pandemia quedó atrás y que el sector, al igual que el resto de las actividades, se encuentra trabajando con normalidad. “Si bien la pandemia trajo aparejado un enlentecimiento en los remates, aceleró la realización de remates virtuales, por lo menos algo nuevo desde el punto de vista de bienes muebles. Si bien existían, como los remates ganaderos en forma virtual, la pandemia impuso la posibilidad de llevar adelante remates online, lo que también permitió a los rematadores estar en actividad”.

De cualquier modo, en 2023 prefirió hacer “la mayor parte” de las subastas de modo presencial, por la preferencia del contacto físico y visual con el público, “con la persona, con los contactos, que es muy importante al momento de rematar”. “El sistema de remates virtuales tiene una serie de virtudes, pero tiene la contra de no poder estar viendo a quien está ofertando, con lo cual se pierde un poco ese encanto que tiene el poder incentivar al que oferta para que vuelva a hacerlo”, argumentó.

Además de rematador, Stefanoli cuenta con otras “dos profesiones totalmente ligadas al remate”, como vendedor de propiedades y tasador. Con las que también tuvo una interesante dinámica. “Este último año hubo mucha cantidad de tasaciones de bienes inmuebles, lo que indica que hay un movimiento importante en cuanto a la actividad inmobiliaria”, dijo.

Luego de varios años en las directivas de la Anrtci -le dedicó 12 a esta entidad, en diferentes funciones- y de la Aarcib, Stefanoli ahora observa el devenir de cada institución un poco desde afuera. Pero siempre cercano. “Luego de haber dos veces presidente y dos veces secretario general de la Asociación Americana, y cuatro veces presidente de la Asociación Nacional, en la actualidad estoy como asesor de la Americana. O sea que también a mí me da un poco de alivio en cuanto a la presión. Obviamente estoy siempre a la orden porque tanto la Asociación Nacional como la Asociación Americana son dos instituciones a las que quiero mucho y han hecho un muy buen trabajo. Tengo un gran cariño por ambas”, acotó.

“Cuando eres directivo, sobre todo cuando eres presidente, después de haber hecho una buena gestión, la satisfacción se encuentra ahí, por el trabajo realizado. Ahí tienes que centrar el objetivo y el agrado posterior”, prosiguió.

El martillero subrayó que remata desde hace 38 años -empezó con 24 años de edad- y que desde entonces no ha parado. “Indudablemente, si miro el futuro, me veo rematando, tasando y vendiendo propiedades como en la actualidad y como en el pasado. Quiere decir que voy a seguir dándole preponderancia a las tres profesiones”, aclaró. Y añadió con orgullo: “Se acaba de recibir de rematador mi hijo Máximo, de 21 años. Para que continúe el apellido y pueda seguir. Y aparte me da una mano a mí, para trabajar en conjunto”.