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El día que se le desarmó la estantería a Tabárez
Tabárez viajó a Brasil con un equipo armado. Lo había moldeado en los siete partidos que jugó desde octubre. Había probado todas las formas, ensayó variantes, y encontró el punto. Lo de Ecuador no fue casualidad. Tenía la oncena y el funcionamiento. Podría caer en su producción, pero tenía lo que quería. Estaba equilibrado y ajustado. Con la concentración del grupo en el tono justo. Pero dos situaciones en 37 minutos de fútbol le desarmaron todo.
Minuto 80 con Ecuador: desgarro de Matías Vecino y salida del torneo.
Minuto 27 con Japón: lesión muscular de Diego Laxalt, con todas las características de desgarro de posterior, y posible final en la Copa América para Brasil 2019.
Lejos de empezar a fortalecer las fragilidades, Tabárez tiene que reconstruir en cuatro días la defensa y el mediocampo para el lunes contra Chile. Con todo lo que cuesta rehacer lo que estaba hecho.
El equipo quedó rengo
El lateral derecho fue uno de los problemas que abordó Tabárez tras el final de Maxi Pereira, que empezó a decaer en 2016. Lo resolvió con Martín Cáceres en ese lugar, después que descubrió a Diego Laxalt en el sector izquierdo.
Ahora, sin el de Milan Uruguay vuelve a quedar rengo.
Para el lateral tiene uno seguro: Cáceres. Puede jugar de los dos lados. Y tiene que completar el lugar con Giovanni González por derecha o Marcelo Saracchi por izquierda.
El de Peñarol debutó en la Copa América ante Japón con el peso que genera esa situación, y no jugó bien. Es razón suficiente para que el lunes le dé la titularidad a Saracchi y mantenga a Cáceres por derecha.
¿Tiene otra opción? Línea de tres, como plan de emergencia, como ya lo hizo en el Mundial de Rusia y como recurrió en otros momentos críticos de estos 13 años de gestión en la AUF. Es un refugio al que suele acudir para salir de los aprietos.
¿Qué hace en el mediocampo?
La zona media le ofrece al técnico una variada expresión futbolística, pero al mismo tiempo un particular problema: no tiene otro Vecino en el plantel.
Así como en su momento tenía el clon para el “Ruso” Pérez con Arévalo Ríos o Gargano, ahora no posee en su plantel un jugador con las mismas características, experiencia y visión de juego.
Torreira, que ingresó por el de Inter, quedó expuesto este jueves en Porto Alegre, no solo por su gestión sino por el rendimiento del equipo.
El de Arsenal no es Vecino, aunque ante Japón las comparaciones lo llevaban a ese punto.
En el final del partido terminó con tres volantes (Valverde, Torreira y Bentancur), y con De Arrascaeta delante de ellos. Esa figura táctica con forma de rombo, la utilizó en muchos partidos como opción para el segundo tiempo, pero nunca como esquema de arranque.
El rendimiento de Uruguay ante Japón y las opciones que tiene a mano van llevando a Tabárez a recurrir a la fórmula Valverde-Bentancur. ¿Serán suficientes para marcar ante Chile?
Este equipo de Uruguay no está para muchos cambios sino para consolidar lo que tiene.
En otro momento, Tabárez cerraría filas. Lo blindaría con más marca. Pero, ¿cómo hace con un equipo que no tiene jugadores en el medio con esa vocación?
¿Lleva a Nandez para el medio y lo saca de la banda? Como emergencia sí, pero no es solución para llegar a la final.
¿Mantiene a Lodeiro? Aunque no anduvo bien este jueves.
Las lesiones le desarmaron el proyecto que había diseñado para ir por la Copa América 16, y el partido con Japón llenó de dudas a Uruguay.
