Selección > ANÁLISIS

El doble 5 aguerrido, poco fútbol y la ausencia de Suárez

Las claves de la derrota de la selección que ofensivamente dejó poco para rescatar
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12 de octubre de 2018 a las 11:44

Volvió a jugar la celeste (aunque frente a Corea del Sur vistió de blanco) y solo eso merece el madrugón, aunque después en la cancha la selección no tuvo un buen rendimiento. Con las bajas de José María Giménez (lesionado) y de Luis Suárez (Tabárez le dio descanso porque será padre por tercera vez en estos días), el entrenador incluyó a Sebastián Coates en el fondo y a Cristhian Stuani, de gran momento en la liga española, junto a Edinson Cavani.

El 4-4-2 con que comenzó el encuentro en Seúl tuvo a un doble cinco como el de las primeras épocas de Tabárez al frente de Uruguay, luchador, aguerrido, jugadores que no dan una pelota por perdida, aunque a la hora de entregarla no suelen caracterizarse por la precisión. Así, Lucas Torreira y Nahitan Nández hicieron recordar los tiempos en que Diego Pérez y Egidio Arévalo Ríos eran los pulmones de la mitad de la cancha, sin la fantasía (y también el orden, por cierto) que pueden darle Federico Valverde y Rodrigo Bentancur o Matías Vecino, volantes que Tabárez utilizó juntos desde el último tramo de las Eliminatorias pasadas y que alentaron a una nueva forma de jugar de la celeste. 

En esta oportunidad, Bentancur y Vecino ocuparon las bandas, pero Uruguay careció de profundidad y fue evidente el divorcio con los delanteros Stuani y Cavani. Después de zafar de la presión de los coreanos en los primeros minutos, le costó a la selección progresar con la pelota bien jugada y llegar hasta el arco rival. Faltó claridad en el último pase. Bentancur prácticamente no tocó la pelota en el primer tiempo. Las dos llegadas de Uruguay se dieron por desbordes de Laxalt.

Tabárez reacomodó las piezas para el segundo tiempo con Gastón Silva en el lateral izquierdo, adelantando unos metros a Laxalt. Salió del equipo Nández, que además tenía tarjeta amarilla y no tuvo un buen desempeño. El esquema por momentos fue 4-3-1-2, con Bentancur o Vecino apareciendo como enganche. El Maestro intentó de esa forma abastecer a los puntas con llegadas por los extremos y con un volante más técnico por el medio. Un remate del jugador de Juventus que rebotó en el travesaño anunció un cambio de hábito en el ataque celeste, que en el primer tiempo había contado con dos remates de Nández bastante desviados.

Corea cerró muy bien los caminos y le costó entrar a Uruguay. El gol de Vecino, que fue el empate transitorio, nació en un error del fondo coreano, tomó forma con una corrida de Torreira que jamás se da por vencido y un toque atrás para la aparición del volante del Inter de Milan. En esa jugada, más allá del falló rival, el nuevo guión del Maestro dio resultado porque Vecino apareció en el área por la zona central. Pero no volvió a repetirse.

De todas formas faltó la agresividad futbolística de Luis Suárez en el área y se notó. Stuani es un goleador espectacular, pero no tiene la fortaleza física ni anímica del delantero de Barcelona y goleador histórico de la celeste. Tampoco ayudó mucho Cavani en esta oportunidad; prácticamente no contó con oportunidades y cuando encontró una pelota adelante suyo, eludió al golero pero se le fue larga.

Los goles de Corea fueron de pelota quieta y especialmente en el segundo, donde hubo dos aspectos a  tener en cuenta: primero la desconcentración en la marca y segundo la suerte que tuvo Uijo Hwang porque la pelota le quedó servida en la línea tras rebotar en Cavani. En el primero también faltó reacción de los zagueros, porque después que Muslera le atajó el penal al capitán Heungwin Son, apareció solo Wooyoung Jung para definir. Es indudable que la coordinación que tienen los centrales Godín y Giménez por jugar juntos también en Atlético de Madrid, no se consigue en partidos esporádicos de la selección y por eso por momentos se notó esa falta.

Para destacar, la dinámica de Torreira que cada vez se impone más en el mediocampo de la selección, la ductilidad que brinda Laxalt por la banda izquierda (también debutó Marcelo Saracchi por ese sector) y las posibilidades que ofrecen Vecino y Bentancur para cambiar la táctica en caso de necesidad, como pasó este viernes. Lo negativo es que aún no aparece un centrodelantero que haga olvidar (aunque sea por un partido) la ausencia de Suárez.

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