Jóvenes de la UTU de Toledo construyeron el primer simulador de choques operativo del departamento de Canelones con el objetivo de sensibilizar a la comunidad sobre la seguridad vial.
El proyecto forma parte del programa Aprender Todos de Ceibal que busca que los estudiantes propongan ideas relacionadas con su localidad.
Un chasis, un cinturón de seguridad, un asiento de un auto y el resto de los materiales comprados gracias a la ayuda económica del alcalde de Toledo, Álvaro Gómez. Todo esto conforma el simulador. “Empezamos a juntar fierros para ver cómo lo hacíamos, ya que no había mucha información al respecto”, explicó Martín Campiglia, profesor de Mecánica. Cortar esos fierros y soldarlos fue la tarea de los jóvenes para poner en marcha el proyecto en tan solo seis meses.
También se tuvo que trabajar en el torno y resolver la parte electrotécnica en el tablero de electricidad. La base por donde se desliza el asiento de automóvil está ubicada sobre el chasis en un soporte de hierro con una pendiente descendiente. Una vez que la persona se sube al simulador y se coloca el cinturón de seguridad, con una cuerda los jóvenes tiran el asiento para atrás.
“Por la gravedad la silla recorre toda la base en forma descendente a ocho kilómetros por hora y cuando llega al final para en un golpe seco”, explicó Silvera. Y agregó que si el golpe a ocho kilómetros es notorio, el objetivo del grupo es que las personas puedan imaginarse lo que sería el golpe a una velocidad mayor para tomar conciencia en la calle.
La ayuda del profesor de física también fue muy importante ya que, para lograr los efectos que se buscaban, el simulador necesitaba tener una cierta inclinación para que al deslizarse pudiera lograr la velocidad de los ocho kilómetros por hora.
Tras el armado, “el acierto y el error se fue dando en la UTU”, explicó Campiglia. Los jóvenes probaron el simulador antes de presentarlo en la Feria de Educación que se llevó a cabo en la plaza de Toledo y donde cientos de personas se sentaron para probar el impacto. “La reacción de la gente era que no podía creer como a ocho kilómetros el impacto era grande”, añadió Silvera.
El simulador quedará en Toledo para que el resto de la comunidad pueda seguir probándolo y continuar con el proceso de concientización sobre la seguridad vial. En tanto, Silvera destacó la alegría de haber cumplido con la meta propuesta por la clase que era crear el simulador y presentarlo ante la sociedad. “Fue un proceso largo pero lo importante fue todo lo que aprendimos”, concluyó Silvera.
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