El Observador Te Ve > invasión
El insólito momento de Mon Laferte en Buenos Aires: se lució con su show pero fue picada por los mosquitos
La cantante chileno-mexicana Mon Laferte realizó su esperado concierto en Buenos Aires el jueves por la noche como parte de su gira internacional Autopoiética Tour 2024. Sin embargo, lo que no esperaba era encontrarse con una invasión de mosquitos que afectaba a la ciudad, resultando en picaduras durante su actuación.
El encuentro entre Laferte y su público argentino tuvo lugar en el Movistar Arena, donde ofreció un espectáculo que superó las dos horas y media de duración e incluyó 33 canciones de su repertorio, así como un emotivo homenaje a Mercedes Sosa con la interpretación de un tango. La cantante reveló su admiración por la reconocida artista argentina, compartiendo recuerdos de su infancia y entonando "Los mareados" acompañada del acordeón de un músico local, Gauche, ante la gratamente sorprendida audiencia.
A pesar de que el show abarcó diversos estados de ánimo, desde la euforia festiva hasta la melancolía de "Tu falta de querer", nadie anticipaba la interrupción inesperada que se produciría: la llegada de mosquitos. La invasión de estos insectos, que ha generado preocupación en Buenos Aires y sus alrededores debido a la propagación del dengue, incluso alcanzó el ámbito de los espectáculos en vivo.
Antes de interpretar la conmovedora ranchera "Se me va a quemar el corazón", Laferte, con su guitarra en mano, reveló al público que había sido picada por un mosquito, provocando risas entre los presentes. La molestia causada por la picadura la llevó a interrumpir la canción, ya que le resultaba difícil tocar el instrumento con la mano derecha afectada.
El generoso pedido de Mon Laferte cuando le prestaron repelente
Posteriormente, durante la canción, fue nuevamente picada, esta vez en el hombro izquierdo, solicitando urgentemente repelente a la organización, agradeciendo al equipo por su rápida acción.
Aunque pidió que se distribuyera repelente entre el público, se le informó que el producto no pertenecía al equipo del concierto, sino que había sido prestado por un miembro del auditorio, convirtiendo la situación en una anécdota inolvidable de una noche memorable en Buenos Aires.
