Entrena en régimen de cuádruple horario, percibe por tener rango militar un sueldo mensual de $ 17 mil, dirige una escuelita de karate y el año pasado ganó una medalla a nivel panamericano con una lesión de ligamentos de rodilla. A los 26 años, Maximiliano Larrosa es uno de los deportistas uruguayos más competitivos y este domingo viajó a Dubái para empezar a sumar puntos que lo lleven a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.
“No paré en todo el verano, estuve metiendo triples y cuádruples horario con trabajos físicos de mañana, fisioterapia al mediodía, físico a media tarde y todas las noches karate”, contó Larrosa a Referí antes de partir.
Larrosa, oro en los Juegos Odesur de Cochabamba 2018 en la categoría -60 kilos, se rompió los ligamentos cruzados de la rodilla en junio del año pasado y se operó en julio.
“Fue en el Campeonato Panamericano de Santiago, en cuartos de final, en el combate contra el venezolano Giovanni Martínez. Hice la semi contra el brasilero Edimilson Dos Santos roto y se la gané, pero no pude pelear la final porque me revisaron y me dijeron que podría tener distendido el cruzado. Al final estaba roto”, recordó.
“Fue dos semanas después de ganar el oro de los Odesur. Venía notable, pero sentí un dolor terrible, lo más fuerte que sentí. Pensé que se me había salido la rodilla pero me paré, caminé un poco me revisó el médico y pude seguir. Cuando arranqué la semi me di cuenta que estaba roto. La gané con actitud. En la pelea fui acomodando toda mi estructura de guardia y mi forma de pelear, pero se me fue como cinco veces la rodilla. Arranqué perdiendo, pasé a ganarle, me empató y me iba a ganar por haber marcado el primer punto. Entonces me mantuve 50 segundos sin recibir puntos y faltando cinco segundos marqué con puño el punto de la victoria”, agregó.
“Al principio fue muy tediosa la recuperación, pero siempre hice foco en volver fuerte. Iba a hacer un proceso largo pero hasta a mí me sorprendió la evolución. Desde que me operé, nunca salteé ninguna sesión de fisioterapia ni física”, expresó.
En Dubái, de viernes a domingo, disputará una de las seis etapas de Premier League.Este viaje se lo costeó con fondos propios.
“A mí todos los pesitos que me entran los junto para invertir en mi carrera. Lo que gano en la escuelita con mis alumnos y lo que percibo por la vacante militar que me da la Unidad de Deportes del Ministerio de Defensa desde diciembre de 2017. Ese apoyo cambió mi carrera porque me permitió recortar horas de la escuelita para descansar y entrenar más”, explicó.
El Comité Olímpico Uruguayo y la Secretaría Nacional del Deporte le darán el apoyo más fuerte de su campaña para competir en abril en la etapa de Marruecos de la Premier League, un torneo Serie A en Turquía, otra etapa Premier en Shanghái, un campamento en Kazajistán y otra Serie A en Montreal. Con ese fogueo llegará a Lima a disputar los Juegos Panamericanos.
“Estamos prontos para competir, en el karate lo más difícil es agarrar el ritmo de competencia y eso es algo muy personal. A Maxi le gusta sentirse cómodo con la acumulación de peleas por lo que va a ser muy bueno que acumule muchas competencias para Lima”, dijo su entrenador Pino Píriz.
En esos Juegos, Larrosa se jugará su primera chance de clasificar a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 donde el karate se sumará como uno de los nuevos deportes del evento.
Para eso debe ganar la medalla de oro y ser entre los campeones de cada categoría, tanto de hombres como de mujeres, uno de los mejores tres ubicados en su ranking mundial.
Por eso, Larrosa ya salió a sumar puntos y a recuperar los que perdió mientras estuvo lesionado ya que el ranking no contempla protección para esos casos.
Andrés Barrios, quien se encarga de su preparación física desde hace 14 años, explicó algunas particularidades de este deporte: “En la preparación es extremadamente específica la velocidad y la fuerza explosiva porque es una disciplina muy rápida y técnica. Hay que buscar precisión de movimientos y tiempos que le permitan no cometer errores por falta de tiempo o ritmo. En esto podés estar muy fuerte pero no preciso; es muy complejo”.
Si bien los combates duran solo tres minutos todo se desarrolla en una jornada, por lo que también el atleta debe tener la cuota indispensable de resistencia: “Hay muchas peleas en el día y cada vez las peleas son más exigentes. Maxi tiene un temple y capacidad condicional muy buena, ya son 14 años que trabaja en lo físico conmigo, lo trabajo desde los 12, desde su base y eso es importante porque tiene un nivel físico por encima de la media en Uruguay, por eso llegó donde llegó”, comentó Barrios.
En marzo de 2020, en un Preolímpico a disputarse en París, Larrosa puede tener una segunda chance de clasificar a los Juegos Olímpicos, para lo cual debe ser finalista en el certamen.
“Mientras haya una mínima chance, siempre hay que pelearla hasta el final”, le enseña a sus alumnos Píriz. Y Larrosa lo tiene claro. Por eso, en Dubái, buscará empezar a poner a tono su maquinaria, a tonificar su ritmo de competencia y a apuntar a llegar a topa de sus posibilidades a Lima.
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