Mucho antes de que los celulares convirtieran a cualquier persona en gamer, sin importar su edad ni su género, hubo un aparato que dio el primer paso en ese camino. El 21 de abril de 1989 se lanzó en Japón la Game Boy, una consola de Nintendo que en pocos años consiguió universalizar dos cosas: la idea de que el videojuego podía estar, literalmente, en la mano, y Pokemon.
Y, aunque no fue la primera consola portátil de videojuegos, fue la que consiguió mayor éxito internacional. Uno de las claves del impacto estuvo en que utilizaba cartuchos que se le insertaban, con lo que los jugadores podían cambiar de juego a voluntad. Un par de décadas después, esos cartuchos, que venían en cajas de cartón y con hojas con instrucciones, se convirtieron en piezas de colección. El otro de los factores fue que Nintendo le puso una batería que duraba mucho más que las de otras consolas portátiles, en parte porque la pequeña pantalla de 8 bits en blanco y negro consumía muy poco y no emitía luz propia.
“Todavía conservo esa Game Boy y la tengo en el estudio como reliquia. Un par de pilas AA y vuelve a la vida. Lástima que ya no le da la batería interna para guardar mi avance en el Pokemon”, contó Rodrigo Alem Fernández, desarrollador uruguayo de videojuegos e integrante del estudio ARF.
“Vuelvo a orbitar de nuevo en Pokemon: era el boom del momento y fue fuente de horas de entretenimiento con mi grupo de amigos. Luchando e intercambiando ya sea con el cable para conectar las consolas entre sí con el Link Cable o directamente pasar a tus pokemones al 3D gracias al Transfer Pack que venía para el Nintendo 64, que permitía poner el cartucho de Game Boy en el control de la consola”, agregó. El cable al que hace referencia era una de las novedades que traía la Game Boy, ya que permitía a dos usuarios participar del mismo juego.
Para Laia Eguren, de Pincer Games, ese mismo juego fue la causa de una revolución a varios niveles. “La primera vez que escuché acerca de la Game Boy fue porque en mi grupo de amigos varios tenían una para poder jugar Pokemon”, explicó. “Ahora la mundialmente conocida fiebre de este juego está al alcance de nuestros celulares, pero fue la Game Boy la que cimentó el boom y mantuvo tanto a Nintendo como a la misma consola vivas por más tiempo. Moldeó el mercado de la primera ola de jugadores de consolas portátiles; porque jugar mientras te trasladás a tu trabajo o estudio es la idea en la que se basa uno de los mercados más importantes de videojuegos de hoy”, añadió.
“Te diría –comentó Alem– que no habría tanto juego móvil de los que son para iOS y Android, de no ser por el legado de las Game Boys”.
De acuerdo a la edición especial del libro los Records Guinness dedicada a videojuegos este año, la Game Boy aparece dos veces en la lista de las 10 consolas más vendidas de la historia. La Game Boy original está en el puesto 3, con más de 118 millones de copias. La Game Boy Advance, de 2001, está en el puesto 9, con poco más de 81 millones de copias vendidas. Nintendo recién se superó a sí misma (aunque nunca le ganó a la PlayStation de Sony) con la consola DS, de 2004, que está en el puesto 2 de la lista Guinness.
“Hace unos siete años hubo un boom del retrogaming y del coleccionismo. Ahí me atacó la nostalgia cuando agarré un juego de Nintendo 64 y resolví que los quería tener todos”, relató Gabriel Dittrich, propietario de la cadena de locales XUruguay. “Pero hoy en día es más difícil coleccionar porque muchos no se consiguen más. Es lógico que se dé el coleccionismo, porque en el mundo moderno siempre hubo colecciones, desde las estampillas a cualquier otra cosa”, dijo a Cromo.
Nintendo es una de las marcas más atractivas para los coleccionistas, aunque la Game Boy no estaría entre las consolas más buscadas. En Uruguay hay por lo menos dos grandes coleccionistas, pero mantienen un perfil bajo. En la experiencia de Dittrich una de las consolas más buscadas es la Super Nintendo, de 1990, que curiosamente fue menos vendida que la Game Boy. La otra más valorada según él es la Nintendo 64, “porque tiene juegos como el Zelda, Ocarina of time y el Smash, que son clásicos, además del Mario 64”.
Los videojuegos son los grandes motores para estas consolas, como las estrellas de Hollywood para las películas. En el caso de la Game Boy estuvo Tetris, que, en realidad, ya era conocido desde hacía algunos años en las salas de maquinitas y en otras consolas de videojuegos. Pero la verdadera estrella del lanzamiento de esta consola fue el fontanero Mario, con el juego Super Mario Land, que vendió 18 millones de cartuchos en poco tiempo y salió de la mano con ella.
“Casi en simultáneo con la Game Boy, mis padres me compraron el Super Nintendo, que traía gemas como Super Mario World, y al poco tiempo me regalaron el Street Fighter II. O sea que la Game Boy no podía competir con aquella maravilla tecnológica. Era simplemente la alternativa portátil que existía y nunca lo consideré una versión inferior de las consolas caseras, sino la mejor opción para jugar fuera de mi casa”, recordó el historietista Nicolás Peruzzo.
“Empecé mi colección (de cartuchos de Game Boy) en 1993. Tenía 13 años. Un año antes, Nintendo había desembarcado en Uruguay, y con él toda la oleada promocional: revistas especializadas, clubes, alquiler de juegos, etc.”, agregó Peruzzo. “A través de esas revistas supe de la existencia de la Game Boy, que no solo permitía jugar de modo portátil a juegos similares a los que yo disfrutaba en el Nintendo, sino que tenía juegos exclusivos de franquicias que disfrutaba”, completó.
Desde su punto de vista, los 15 años de vida que tuvo Game Boy, entre su primera versión y la última que salió al mercado, la convierten en algo extraordinario. “Si bien aparecieron otras consolas similares de Sega o la Neo Geo y, un poco después, la PlayStation, la vigencia de la Game Boy demuestra que era una máquina muy bien diseñada, que gracias a su extenso catálogo de juegos fue imbatible durante una gran cantidad de años”, apuntó Peruzzo.
Y añadió: “Para muchos de nosotros, la GameBoy representó una forma distinta de vincularnos con los videojuegos, que hasta ese momento era un tipo de entretenimiento para dentro de casa, como los juegos de mesa. De pronto pudimos jugar a nuestros juegos favoritos arriba de un auto, un ómnibus o un avión e hizo mucho más amenos todos esos viajes y esperas. Fue el precursor de lo que pasa hoy en día respecto a los juegos de celulares, donde es frecuente ver personas jugando con sus teléfonos. En aquellos años no era tan común, pero si veías a alguien con una Game Boy, sabías que te habías cruzado con uno de los tuyos”.
A pesar de que no fue la primera consola portátil, fue la primera que logró éxito en todo el mundo. En palabras de Gabriel Dittrich, “se mantuvo 10 años como líder indiscutido en el mercado. Cuando lanzaron esta consola con cartuchos intercambiables lo hicieron muy bien, sobre todo por el consumo de la batería. El Tetris fue su juego más vendido y fue un icono para esa generación, como el Pokemon. Eso le permitió ser la tercera más vendida de la historia. Una consola 8 bits en el estilo del NES y marcó a esa generación y por eso para mí está entre las tres mejores consolas de la historia”.
Rodrigo Alem entiende que sus limitaciones técnicas no le jugaron en contra frente a las consolas que se conectan a televisores, como la PlayStation y la Xbox. “Creo que era otra cosa. Que no se pudiera conectar al televisor no quiere decir que la experiencia fuese inferior. Tenían otros objetivos, como la jugabilidad y otros factores. Los más exitosos fueron los que supieron tomar a su favor esas diferencias con las consolas de TV. Es comparar juegos concebidos para móvil con juegos concebidos para la PS4 o PC. Son formas de consumo distintas, por lo tanto tipos distintos de juego. De todos modos, esa línea se está borrando con el propio Switch de Nintendo (una consola que es a la vez portátil y adaptable a un televisor)”, comentó.
Nicolás Peruzzo tiene dos Game Boy en su casa, cuidadosamente guardadas y utilizadas, acompañadas por los accesorios de la época, como una lupa y una luz que permitía jugar de noche. En su colección hay unos 15 juegos, que tal vez parezca pequeña pero contiene a los más importantes como el Mario, Donkey Kong y Fifa, todos en sus cajas originales con sus manuales incluidos.
“Para mí la Game Boy representa una época en la preadolescencia en la que estábamos muy metidos con el mundo de los videojuegos caseros, y esta consola nos dio la libertad de seguir disfrutando fuera de casa. Si íbamos a una reunión familiar aburrida, podía llevar mi Game Boy y mientras los adultos charlaban podía sumergirme en mis juegos”, recordó.
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