El maíz paraguayo invade el país para darle de comer al ganado

Por Blasina y Asociados, especial para El Observador

La ganadería lucha por hacer frente a las consecuencias de la sequía del verano y, al tiempo que apostó fuerte a la siembra de pasturas, compra granos a toda velocidad intentando que el invierno no pase factura por lo escaso de los granos y el forraje producido entre diciembre y febrero. Y para compensar se ha importado la mayor cantidad de maíz de la historia para los cuatro primeros meses del año.

La escasez de granos forrajeros, como maíz y sorgo, para la alimentación del ganado será el gran desafío para los productores en este invierno. Falta maíz en todo el Mercosur, los mercados observan una posible guerra comercial entre China y Estados Unidos y justamente los estadounidenses, principales exportadores de maíz del mundo por lejos, están empezando su siembra más importante de los últimos tiempos, ya que arranca con cierto atraso. De modo que se compra mucho, aunque el precio sea mayor que el de los dos años anteriores.

Aunque todavía no hay cifras ni está todo cosechado, ya se sabe que la cosecha uruguaya será pobre e insuficiente y por lo tanto se está apostando fuerte a la compra desde el exterior. El volumen importado de maíz en el primer cuatrimestre del año fue el mayor de la historia. Superó las 137 mil toneladas, más del triple de las 44 mil toneladas de igual período del año pasado. El 60% de las importaciones de maíz son de Paraguay y el 30% de Brasil.

En los últimos 12 meses las compras de maíz en el exterior suman 350 mil toneladas, cifra inédita para un año en la historia.

Un reflejo del mayor consumo de granos forrajeros de los tambos son las mayores importaciones de Productores de Leche SA (Prolesa), que abastece a los productores vinculados a Conaprole y Olam (New Zeland Farming) que en el primer cuatrimestre elevaron 12 y siete veces, respectivamente, lo que habían comprado el año pasado.

Los precios de los granos forrajeros no ceden a nivel local ni regional con un componente claro de menor oferta y también especulativo, sobre lo que puede pasar más adelante.

Los operadores del mercado forrajero están a la espera de lluvias en los estados de Paraná y Mato Grosso do Sul en Brasil y también en Paraguay. Y es que con la baja producción en Argentina y Uruguay, las expectativas están en el ingreso a partir de junio-julio de la principal producción de maíz de ambos países. Si estas lluvias no se concretan, será menor la oferta que entre al mercado para cubrir las necesidades en el segundo semestre del año.

"Se está acelerando el ritmo de importación"

Arturo Pardié, importador de maíz, dijo que "se está acelerando el ritmo de importación, se espera que en mayo sean aún mayores los volúmenes debido a la escasez de maíz nacional. El volumen disponible localmente es muy reducido porque los rendimientos son bajos en la mayoría de los casos, excepto en chacras en las que se aplicó riego, que son las menos. En sorgo la situación es similar, de bajos rendimientos y escasa área cosechada".

"Se hicieron negocios con Paraguay –de la safrinha– principalmente con entrega en mayo y junio. El precio de un maíz paraguayo puesto en Montevideo es cercano a US$ 250 la tonelada. Por el momento hay disponibilidad de maíz en Paraguay. En Argentina hay mayor faltante. Y se concretó un importante negocio de importación de maíz de Brasil en abril", dijo.

Ya antes de la sequía, el anuario de Opypa (ver en la página 6) proyectaba que el consumo de granos forrajeros tendría un leve aumento, por la mayor demanda de los corrales y tambos. Es lo habitual que la producción local no cubra la totalidad de la demanda. En aquel entonces estimaba una demanda genérica de granos forrajeros (maíz, sorgo) de 1,23 millones de toneladas, 2% superior a los 1,2 millones de toneladas de la zafra anterior. Esa proyección quedará superada por la realidad, porque además tanto la producción ganadera de carne como la de leche se han afirmado.

La mayoría de los productores, a pesar de los enojos que puedan haber, no están dispuestos a rendirse ni a producir menos. El directivo de Conaprole Alejandro Pérez Viazzi anticipó al programa Tiempo de Cambio un alza en la recepción de leche de 19% en abril respecto a la del año anterior. Es decir, un salto espectacular que no se quiere dejar caer. Si no pasa nada extraño, la producción de la próxima primavera será la más alta de la historia.

En la ganadería de carne lo atractivo de los precios sigue también impulsando a cuidar a los novillos, las vacas y los terneros, los que se quedan y los que se van en barco rumbo a Turquía.

Así las cosas, la suba del maíz es tal que ha impulsado a la del trigo, que al estar más barato se va incorporando a las raciones.

El trigo alcanzó la semana pasada en el mercado local su máximo precio desde enero de 2016, US$ 220 la tonelada, valor que no lograba desde enero de 2015. Fue 20% superior a los US$ 185 de la misma semana del año anterior, luego de haber tocado un piso en enero de 2016 de US$ 150 la tonelada. Es una buena oportunidad para el productor que tiene trigo sin vender. El maíz está en US$ 260 la tonelada, logrando el mejor valor desde diciembre de 2013 y un precio 46% superior que el año anterior. Y comparativamente al maíz, el trigo resulta relativamente barato. Además, por la mala cosecha de trigo en Brasil y Uruguay, la industria molinera brasileña se anima tras mucho tiempo a hacer alguna compra en Uruguay.

Argentina, en cuatro meses, colocó más de la mitad de su saldo exportable de trigo. En Brasil –al igual que en Uruguay– la cosecha de trigo fue mala y Paraguay sigue sufriendo una caída sostenida de su área sembrada y, como resultado, de la producción.

Las perspectivas comerciales para el trigo son positivas, el favorable contexto del mercado local y regional, además, será acompañado por una caída de stocks a nivel global. Estados Unidos está afectado por una sequía en las zonas trigueras y va en camino a tener una mala cosecha.
Los precios del trigo posición diciembre en Chicago se han sostenido en torno a los US$ 200, y son la referencia con la que se paga la cebada que, como el trigo, está por sembrarse en Uruguay.

La ganadería recurre cada vez más a complementar las pasturas con grano y empieza a traccionar como nunca sobre el sector agrícola, que espera ansioso que las lluvias paren este fin de semana para ver durante la semana próxima cuánto quedó para cosechar de la zafra de verano y apostar a una revancha con los cultivos invernales. Una apuesta siempre difícil luego de las pérdidas anteriores, sembrando con trigo y cebada cuyo margen suele ser escaso, pero al mismo tiempo, como toda siembra, siempre cargada de ilusiones, en el marco de una combinación de precio de granos firmes y dólar subiendo que hace mucho no se daba.

Una baja esperada desde antes de la sequía

El anuario de la Oficina de Planificación y Política Agropecuaria (Opypa) del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) –previo a la reciente sequía– estimaba que la producción de maíz para la zafra 2017/18 sería de aproximadamente 370 mil toneladas, 21% menor que las 471 mil de la zafra anterior, que había sido privilegiada con lluvias casi perfectas. Este descenso está dado por un menor rendimiento por hectárea (5.800 kg/ha contra 7.136 kg/ha) y una leve baja en el área de siembra (66 mil ha contra 64 mil ha). Todavía es temprano para evaluar cuánto será la producción de grano, pero seguramente el rendimiento quede debajo de 5.800 kilos que se esperaban en diciembre de 2017. Además, parte del área no pudo ser cosechada como grano, por lo tanto la producción puede llegar a ser aún menor y consolidarse como la más baja de los últimos 10 años.

Para el sorgo grano, prevén que la producción en la zafra 2017/18 sea menor que las 214 mil de la zafra anterior. El descenso está explicado por una caída de los rendimientos y por una disminución en el área sembrada –en el tercer año consecutivo de retracción– de 15%, a 40 mil hectáreas.

Según los datos de importación de semillas del Instituto Nacional de Semillas (Inase), la superficie de sorgo grano húmedo se acerca a las 90 mil hectáreas, un 5% menos que en la zafra anterior. Lo que hace un total de 130 mil hectáreas de sorgo, 12 mil menos que la zafra pasada.

La próxima semana empezarán las primeras cosechas significativas de sorgo grano, que por ahora no cotiza en el mercado interno por falta de volumen disponible. En el caso del maíz, es muy factible que por primera vez en la historia Uruguay importe más maíz del que produce.