El mercado laboral moderó su ritmo de deterioro en noviembre. Eso implicó un primer matiz respecto al desempeño de los indicadores de ocupación y desempleo de los meses anteriores, cuando la situación tendía a agravarse, acelerándose el ritmo de destrucción de empleos.
La tasa de ocupación se ubicó en 57,5% de la población en edad de trabajar en el promedio de los últimos tres meses finalizados en noviembre, según los datos divulgados este martes por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Eso implicó un deterioro de seis décimas respecto a igual período del año anterior.
Si bien el porcentaje de ocupados es menor que el del promedio setiembre-noviembre de 2017, la caída se modera. En los tres meses finalizados a octubre, el deterioro interanual era de ocho décimas.
Lo mismo sucede con la tasa de desempleo. Pasó de 7,7% de la población económicamente activa en el trimestre finalizado en noviembre de 2017 a 8,2% en igual período del último año. Con los datos a octubre, la caída era de 1,1 puntos porcentuales.
Los últimos datos trimestralizados implican que en el promedio setiembre-noviembre se perdieron 7.900 puestos de trabajo respecto a igual período del año pasado. De esa manera, el mercado local lleva acumulada la destrucción de 48.400 puestos de trabajo.
A diferencia de la tendencia reciente, la caída del empleo se vio reflejada con creces en los indicadores de desocupación. La población que busca pero no encuentra trabajo aumentó en 9.600 durante el último año. Los datos hasta la primera mitad del año mostraron una tasa de desocupación relativamente estable, que se explicaba porque los nuevos desempleados –en términos netos– no salían a buscar nuevas oportunidades laborales.
Sin embargo, a partir de la segunda mitad del año, el impacto en el desempleo es directo y los datos de noviembre confirman una tasa de desocupación por encima de 8% por cuarto mes consecutivo cuando se analizan los promedios trimestrales.
En análisis de los datos en trimestres móviles y la comparación respecto a igual período del año anterior permite corregir algunos de los principales problemas que tiene aparejada la medición del indicador.
Los datos de ocupación surgen de una encuesta mensual que realiza el INE. Por partir de una muestra y no de un sondeo poblacional, los datos están atados a un margen de error considerable que se manifiesta en una importante volatilidad de los datos a lo largo del año. A su vez, existen efectos estacionales que llevan a que determinados meses del año suelan tener aparejados niveles relativamente altos de empleo en relación a otros, debido al carácter zafral de algunas actividades.
Los datos de noviembre divulgados por el INE ubican en 58,6% de la población en edad de trabajar la tasa de ocupación, y en 7,4% de la población económicamente activa la tasa de desempleo. Para encontrar una tasa de desempleo mensual tan baja hay que remontarse a diciembre de 2017 cuando cerró en 6,9%.
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