Agobiada por sus colegas conservadores, la primera ministra británica, Theresa May, enfrenta una dolorosa cuenta regresiva hacia su salida del poder, impulsada por la incapacidad de consensuar un plan que haga efectiva la salida de Europa. La fragilidad de su posición, que se arrastra desde hace meses, se evidenció este jueves cuando el Ejecutivo rechazó su intención de presentar el viernes ante el Parlamento el polémico proyecto de ley para concretar el divorcio con Bruselas, con el que ella esperaba destrabar el proceso.
Mark Spencer, uno de los responsables de disciplina del Gobierno, indicó este jueves al anunciar la agenda oficial ante la Cámara de los Comunes que el Ejecutivo informará sobre la tramitación de esta ley en la semana del 3 de junio, con la esperanza de que se vote el día 7. Spencer compareció en lugar de Andrea Leadsom, hasta ahora líder conservadora en los Comunes, que dimitió anoche por desacuerdos con el texto, criticado por todos los partidos y que ha motivado nuevos llamamientos de los "tories" para que May dimita al frente del Gobierno y de su formación.
Varios ministros británicos condenaron también el proyecto legislativo de May. Particularmente, miraron mal la posibilidad de convocar un segundo referéndum popular -anatema para muchos conservadores. Con la legislación actualmente en suspenso, la mandataria se reunirá este viernes con sus diputados, que le exigen que deje el cargo antes del 10 de junio o de lo contrario podrían cambiar la normativa interna para forzar su salida con una nueva moción.
La odisea de May recuerda a la sufrida por su antecesora Margaret Thatcher (1925-2013), la primera mujer que gobernó en el Reino Unido (1979-90) y en Europa, que, en un proceso más corto y al final de su mandato, fue también arrinconada por su partido.
La prensa británica especula con que May podría dimitir tras conocerse el lunes los resultados de las elecciones comunitarias o después de la visita de Estado del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, programada del 3 al 5 de junio.
El Gobierno británico ha confirmado hoy que esta visita, que será recibida en el país con manifestaciones de protesta -otro reto para May-, se mantiene en pie, sea ella la jefa del Gobierno o solo primera ministra en funciones.
FUENTE: EFE
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