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Entre gráficas y lapiceras: el análisis de los gestos y los mensajes del debate entre Talvi y Andrade

El contenido del discurso de cada uno, su tono, la lapicera de Andrade y las gráficas de Talvi, fueron foco del análisis de politólogos y expertos en comunicación
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14 de junio de 2019 a las 20:22

Por Rosina De Armas y Agustín Herrero, de la redacción de El Observador.

El abrazo a los empresarios. El país solidario que no paró de incrementar la inversión pública social. La década perdida. El incremento de los cargos de confianza en las intendencias gobernadas por blancos y colorados. Los argumentos y reproches que los precandidatos Óscar Andrade (Frente Amplio) y Ernesto Talvi (Partido Colorado) se lanzaron este jueves, cautivaron a los uruguayos, desacostumbrados al ejercicio democrático del debate. El último había ocurrido en 1994, cuando el colorado Julio María Sanguinetti y el frenteamplista Tabaré Vázquez se disputaban la Presidencia. 

En las redes, los defensores de uno y otro contrincante —Talvi y Andrade— cantaron victoria. Algunos, incluso, hicieron un análisis minucioso de sus exposiciones para explicar por qué. Sin embargo, ¿se puede considerar que efectivamente hubo un vencedor? 

La analista política Victoria Gadea consideró que el intercambio no fue estrictamente un debate, sino que se trató de una exposición pública televisada de los precandidatos. "No existió en ningún momento una repregunta, no se interpelaron. Los dos se enfocaron en dar a conocer sus énfasis programáticos y, en el caso de Andrade, defender al gobierno", dijo. 

En el mismo sentido se expresó la directora ejecutiva de Cifra, Mariana Pomiés, quien señaló que el discurso del precandidato del Partido Comunista tuvo como foco "ayudar al Frente Amplio de cara a las elecciones de octubre", más que captar nuevos votantes para las elecciones internas. Un ejemplo de ello fue que presentara un discurso más moderado, menos radical que de costumbre, agregó. 

Los verdaderos ganadores no fueron los precandidatos, según Gadea, sino que fue la ciudadanía, ansiosa de debates. El principal provecho sacado por Talvi y Andrade fue la visibilidad, ya que ninguno de los dos es favorito en la interna de su partido, agregó. Sin embargo, expresó que esta exposición no necesariamente tendrá por qué verse reflejada en las urnas el 30 de junio. 

Por otra parte, la analista sostuvo que Andrade dirigió su mensaje a los votantes del Frente Amplio y Talvi a los simpatizantes de la oposición. "Incluso en ningún momento (Talvi) eligió al coloradismo como un signo a destacar, sino que más bien se refirió a cambios que necesita el país. Su intención era captar votos por fuera del Partido Colorado", manifestó.

El analista político Federico Irazabal afirmó, en el programa radial En Perspectiva, que las mediciones de audiencias cumplieron con las expectativas generadas y demostraron la necesidad que el público tiene de que se produzcan este tipo de debates. A su vez, dijo que "fue una ganancia absoluta" para ambos precandidatos. "Muy probablemente hubo gente que ayer por primera vez los vio exponer sus ideas fuera de los spots televisivos de campaña o de un informativo", aseguró.

Según Irazabal, Talvi "habló más hacia afuera de su partido" mientras que Andrade se concentró en "el núcleo de votantes del Frente Amplio más a la izquierda de Martínez". De todas formas, se "desectorizaron lo más posible para evitar etiquetas".

Para el sociólogo, el colorado también habló para su propia interna -con apelaciones batllistas- y no solo para todo el frente opositor. 

Entre la lapicera y la gráfica

El experto en semiótica, Richard Danta, también explicó las virtudes de uno y otro en el debate pero desde el punto de vista comunicacional y gestual. En su opinión, "los dos candidatos estaban nerviosos" más por "inexperiencia" que por "no tener claro qué decir".

En cuanto al movimiento de las manos, Danta fue crítico con Andrade, sobre todo en el comienzo del debate. "En Andrade uno podía ver que había como una dificultad como para controlar sus manos. Si bien Talvi también utilizaba mucha gestualidad, cuando arranca el debate, la primera vez que le toca a Andrade hablar, como que las manos estaban difíciles de poder ubicar. Luego, cuando el empieza con el discurso ya es distinto porque ahí las manos, si bien hay mucha grandilocuencia, acompaña lo que está diciendo. Pero al principio las manos lo traicionaron", sostuvo.

Para Danta, el uso de la lapicera también resultó ser un distractor para el comunista. "Era un poco complejo porque manipulaba tanto la lapicera que era difícil no bajar la vista de su rostro a la lapicera", dijo.

En cuanto al perfil que marcó cada uno, el profesor universitario afirmó que se trató de dos discursos contrastantes. Según Danta, mientras Andrade fue más "narrativo" y "simbólico", en Talvi se destacó la "racionalidad" y los "datos".

En el discurso del frenteamplista "importaba la mística de su peripecia personal", según el experto en semiótica. "Era eso de que yo nací en tales condiciones y después desarrollé toda esta actividad y ahora estoy acá queriendo representar a los que siguen viviendo en esa condición", dijo.

Talvi, en cambio, más que un relato presentó "datos", "gráficas", "hipótesis" y "explicaciones" que "corroboraban las hipótesis de diagnóstico que hacía" y "sustentaban las propuestas que el estaba presentando para resolver esos problemas", dijo el especialista.

Estas proyecciones, según Danta, impactan diferente en los diferentes tipos de audiencia. Mientras que a Talvi lo pueden considerar como "frío" a Andrade lo pueden criticar por estar "vaciado de contenido".

El magíster en comunicación también se expresó sobre las gráficas que presentaron los dos precandidatos.

"En el caso de Talvi yo creo que estaban preparadas, no eran cualquier gráficas, eran muy limpias. Normalmente una gráfica tiene muchísimo dato, letra chiquitita. Pero estas eran muy limpias porque importaba que la gente viera que, de repente, la curva era descendente. Era importante que a primera vista se visualizara que las cosas están mal", explicó.

Sin embargo, en el caso del comunista, fue más crítico. "Yo puedo asumir que si el las llevó consigo a la tarima, tal vez estaban preparadas para mostrar, pero no estaban preparadas para ser una herramienta como sí lo eran las de Talvi. En Andrade no resulta natural, no es creíble, sonó como algo forzado".   

Por último, Danta subrayó que el hecho más interesante del debate, más allá de los protagonistas, es que pueda ser el puntapié inicial de "una mayor amplitud de las prácticas políticas de los candidatos".

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