Andra Day homenajea a Nina Simone

Espectáculos y Cultura > COLUMNA/EDUARDO ESPINA

Es solo rock & roll, pero es más

El Salón de la Fama en Cleveland tiene seis nuevos integrantes
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21 de abril de 2018 a las 05:00
Para un músico, ser aceptado en el Rock and Roll Hall of Fame es como para un escritor ganar el Premio Nobel de Literatura. Es el reconocimiento a los logros de una trayectoria, de una vida. A diferencia de los Grammy, que galardonan a un músico por un disco o una canción asociada al año de la premiación, la entrada al Rock and Roll Hall of Fame implica la permanencia, el inquilinato eterno en la memoria colectiva. De cierta forma, es decirle a un grupo o solista que su trabajo y creación a lo largo del tiempo no fue en vano y que la genialidad puesta en acción ha sido reconocida con la permanencia definitiva en el parnaso de la música que definió a la era moderna.

Establecido en 1983 y situado en la ciudad de Cleveland, Ohio, considerada la ciudad donde el rock tuvo su puntapié inicial, el Rock and Roll Hall of Fame solo acepta como parte de su patrimonio a grupos y solistas que hayan hecho una contribución innovadora a la historia de ese tipo de música, por lo que no resulta nada fácil ser incluido en ese exclusivo club, el cual en cierta manera garantiza a un músico su inmortalidad. Por lo menos, puede decirle a sus nietos que está en el principal museo de la música que definió al siglo XX y que aún es protagonista activa del siglo actual.

El año 2018 quedará en la historia del Rock and Roll Hall of Fame por la excelente camada de músicos que han sido aceptados. La lista, que no presenta altibajos, incluye a Nina Simone, The Moody Blues, The Cars, Dire Straits, Bon Jovi y Sister Rosetta Tharpe, reconocida por la influencia que tuvo en los comienzos del rock and roll. Como ya es común en este tipo de ceremonia, la noche no transcurrió del todo tranquila, pues uno de los invitados principales faltó a la cita sin explicar los motivos de su ausencia. Así como Jean Paul Sartre rechazó el premio Nobel de Literatura que le concedieron en 1964, y George C. Scott le dijo no a la Academia de Artes y Ciencias cuando le otorgó el Oscar como Mejor actor en el año 1971, Mark Knopfler faltó a la ceremonia de inducción de Dire Straits al Salón de la Fama, sin siquiera avisar que no iba a estar presente. Otro de los fundadores de la banda, el bajista John Illsley, intentó disimular el desaire de Knopfler diciendo: "Sé que ha habido mucha especulación sobre por qué Mark no está aquí. Pero les aseguro que es algo personal. Él tiene sus razones. Dejémoslo así".

Además de Mark, estuvieron ausentes su hermano David Knopfler y el baterista del grupo, Pick Withers. Como si las ausencias fueran poco, por primera vez en la historia de la ceremonia Dire Straits no tuvo a ningún artista que hablara sobre su inducción al Salón, uno de los momentos más tradicionales de la gala. Acompañado por los tecladistas del grupo, Alan Clark y Guy Fletcher, fue el propio Illsley quien tuvo que decir unas palabras una vez proyectado el tradicional video que acompaña la previa a la presentación de un nuevo miembro: "Como integrante del grupo me di cuenta de que podría ser el más calificado para hacer esto. Es un poco raro, pero la vida es extraña. Sé que es un poco extraño, pero es un honor recibir a Dire Straits en el Salón de la Fama". Dire Straits merecía una mejor y menos deslucida entrada al Rock and Roll Hall of Fame pero, tal como Illsley lo dijo, "la vida es extraña".

Pero, más allá del "extraño" (por decir poco) momento creado en torno a Dire Straits, la noche fue espectacular por donde se la mire. La presentación de Bon Jovi estuvo a cargo del conductor radial y televisivo Howard Stern. Emocionados por la importancia del momento, los integrantes de la banda tocaron a toda máquina tres de sus canciones emblemáticas, You Give Love a Bad Name, It's My Life y Livin' on a Prayer, además de su más reciente tema, When We Were Us, con todos los integrantes originales a bordo, pues el set también contó con la presencia del guitarrista Richie Sambora, uno de los fundadores, y del bajista original Alec John Such, que regresaron para la especial noche. Por tanto tiempo criticada por quienes la consideraban una banda de rock "liviano", Bon Jovi demostró por qué su inclusión en el Salón está totalmente justificada. El abrazo final entre todos los miembros del grupo originario de New Jersey después del intenso momento, aplaudido hasta rabiar, destaca que en ocasiones, a diferencia de lo que pasó esa noche con Dire Straits, la música cura heridas, sana almas.

Brittany Howard fue la encargada de presentar la inducción de Rosetta Tharpe. Las versiones que la líder y vocalista del grupo Alabama Shakes hizo de Strange Things Are Happening Every Day, y del clásico de 1938 That's All, fueron extraordinarias. Luego le tocó el turno a Brandon Flowers, de los Killers, quien presentó la inducción de uno de los grupos más influyentes de los últimos 40 años, cuyo inconfundible estilo puede encontrarse replicado en músicos de la actualidad. "The Cars fue la primera banda de la que me enamoré. Y nunca olvidas la primera vez... Lograron la grandeza y dejaron un rastro de cometa detrás de ellos, escribiendo y grabando canciones que se han convertido en clásicos", dijo Flowers sobre el grupo radicado en Boston, antes del momento nostálgico en que los miembros de los Cars recordaron a Benjamin Orr, quien fue bajista y segundo vocalista, muerto de cáncer de páncreas en 2000. Orr era oriundo de la ciudad donde está el Hall of Fame, por lo que el guitarrista del grupo, Elliott Easton, dijo en su discurso: "Cleveland era la ciudad natal de Ben y sé que esté donde esté, él está muy orgulloso de esta ocasión especial y más aún por el hecho de que quienes estamos aquí vinimos de todas partes". Hacía mucho tiempo que los restantes miembros del grupo no tocaban juntos, por lo que la audiencia estalló cuando interpretaron My Best Friend's Girl, You Might Think, Moving In Stereo y Just What I Needed. Fue un regreso mágico a los días dorados de la década de 1980, pero también a un tiempo fuera del tiempo, donde las cosas buenas nunca pierden vigencia.

La cantante Mary J. Blinge fue la encargada de presentar la inducción de Nina Simone, grande entre las grandes, a la cual celebraron el grupo Roots y las cantantes Andra Day y Lauryn Hill interpretando I Wish I Knew How It Would Feel To Be Free, I Put A Spell on You, Ne Me Quitte Pas, Black Is the Color of My True Love's Hair y Feeling Good. La noche estaba caracterizada por la intensidad de un esplendor infrecuente y alcanzó alturas inolvidables cuando llegó el momento de la inducción de los Moody Blues. Ann Wilson, cantante de Heart, dijo al presentarlos: "En 1967, The Moody Blues hizo un disco que cambió el rostro de la música popular e influenció a toda una generación de músicos progresivos, incluidos Yes, Genesis, Electric Light Orchestra y muchos, muchos otros. Por primera vez, el mellotrón fue introducido en el rock and roll tradicional y el rock se casó con la orquesta de música clásica. No fue exhibicionismo progresivo en busca de atención o autocomplaciente improvisación matemática; solo música genial con clase que expandió tu mente, cantó a tu corazón, te llevó hacia adentro y te elevó más". Los Moody Blues, que están ahí con los Beatles y los Rolling Stones entre los grupos más innovadores, influyentes y geniales de todos los tiempos, finalmente pudieron entrar en el Salón de la Fama. Cerraron la noche interpretando cuatro joyas intemporales, de esas que le hacen bien a la felicidad: I'm Just a Singer (In a Rock and Roll Band), Your Wildest Dreams, Nights In White Satin, y Ride My See-Saw.

Durante su intervención, Howard Stern dijo en un momento: "Si puedo ser emotivo por un segundo, sí, músicos de rock & roll, lo que hacen es realmente importante. Me encanta la mayoría de las bandas que son inducidas esta noche. Bandas como Moody Blues, Cars, Dire Straits. Estos muchachos me consolaron durante muchos días de soledad en el liceo y el preparatorio". Los grupos y solistas que desde el sábado pasado forman parte del altar más prestigioso de la música, han sido parte de nuestro ejército favorito, en esos días de guerra contra la soledad y la amargura, en los cuales sus canciones siempre supieron salir victoriosas. (La grabación completa de la ceremonia podrá verse el 5 de mayo por HBO)

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