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Este loco loco mundo, en 2023

Este loco loco mundo, en 2023: escribe Carina Novarese
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31 de diciembre de 2023 a las 05:00

Esto de elegir “palabra del año” es mucho más inquietante de lo que podíamos pensar. La de 2023 elegida por la FundéuRAE es Polarización, un término seleccionado por su presencia en los medios de comunicación y por la evolución que ha experimentado su significado. Le ganó a otras 11 candidatas que también dicen mucho sobre los tiempos en que vivimos: Amnistía, ecosilencio, euríbor, FANI, fediverso, fentanilo, guerra, humanitario, macroincendio, seísmo y ultrafalso.

Polarización no es una palabra nueva (está en el diccionario desde 1884) pero en este 2023 nos viene como anillo al dedo. Polarizamos la política, la fe, las ideas, la familia y hasta la ciencia. Tal vez polarizamos casi todo en este planeta porque vivimos un tiempo de picazón extrema, eso que llaman disrupción, pero que prefiero definir como picor, que es molestia, que es dolor, que es, demasiadas veces, muerte.

En este 2023 vimos y otros vivieron 365 días de guerra sin pausa en Ucrania; fuimos testigos de una nueva explosión de odio en Medio Oriente, luego del ataque terrorista que mató a más de un millar de israelíes y que mantiene aún a más de 130 rehenes. Mientras que en los organismos internacionales, los parlamentos y las sobremesas discutimos quién tiene razón (discusión inservible, si las hay), los palestinos intentan sobrevivir, con muy poco éxito, escondiéndose entre las piedras de los destrozos que genera una nueva guerra. Y los israelíes lloran sin consuelo a sus muertos y rezan por el regreso de los que raptaron.

En 2023 polarizamos hasta el clima, como venimos haciendo los humanos desde hace siglos, y lo convertimos en el año más caluroso del que se tenga registro. No es un tema solo de prender el ventilador o de invertir en aires acondicionados; los incendios arrasaron parte de Canadá, otra vez California, otra vez Grecia, y se comieron una ciudad entera en Hawái, dejando 115 muertos. 

Ahora hay inundaciones donde solo había sequía, y hay sequía y sus consecuencias atroces en países como el nuestro, que la sufrió a rabiar en el año que pasó y que la seguirá pagando por mucho tiempo. Ahora hay tormentas tropicales en lugares que nunca las habían experimentado, como el sur de California. Y hay gente que sigue negando el cambio climático, y que seguramente lo seguirá haciendo hasta que se quede bajo agua, o con la lengua reseca por falta de agua.

En 2023 nos enteramos por la BBC que países como Emiratos Árabes Unidos planeaban utilizar su rol como anfitriones de las conversaciones sobre el clima de la ONU, como una oportunidad para cerrar acuerdos sobre petróleo y gas. El equipo negociador solo comentó: "las reuniones privadas son privadas".

Fue en el mismo año en que vimos Oppenheimer en los cines, una película en la que el fuego letal de las bombas atómica usadas por primera vez contra humanos por orden de humanos, se refleja continuamente en los ojos del físico que lideró su creación y que, entre culpa y omnipotencia, se llamó a sí mismo “el destructor de mundos”.

En 2023 explotó un submarino en el que un grupo de millonarios iban a ver los restos del Titanic en el fondo del mar. Cada uno había pagado un pasaje de 250.000 dólares. En el mar, también, se empezaron a reportar ataques directos de orcas a barcos, algunos de los cuales hundieron, en un comportamiento que no es natural en estas ballenas.

En el año que pasó la NASA anunció que volverá a la Luna, como parada obligatoria para intentar llegar a Marte. Tal vez tenga que ver con el calor, con las ballenas, con las inundaciones y con un planeta que se está hartando de nosotros. 

En 2023 un turba de brasileños partidarios del expresidente Bolsonaro entraron a la fuerza y destrozaron edificios de gobierno en Brasilia, poco después de que asumiera el nuevo presidente Lula. Para entonces Bolsonaro ya estaba en Miami, de visita por los pagos de su amigo Donald Trump, que sube en las encuestas aunque las denuncias en su contra por haber instigado otra invasión, la de Capitolio de 2020, comienzan a generar resultados que por ahora le impedirían ser candidato. Pero nadie se lo cree, porque todo lo que es verdadero puede y debe ser falso, y viceversa. 

En 2023 murieron, otra vez, miles de inmigrantes que huyen de la guerra, del hambre, de las sequías, de las inundaciones y de la desesperanza. En junio cientos se ahogaron en aguas territoriales griegas, porque ahora la Unión Europea mira con frecuencia hacia el costado y Grecia en particular, cambió la política e indicó a sus guardacostas que se encarguen de hacer retroceder a los barcos a sus destinos. La embarcación, que se estima transportaba hasta 750 refugiados e inmigrantes paquistaníes, sirios, egipcios y palestinos (104 fueron rescatados), fue remolcada tres veces por las autoridades griegas para hacerla desistir de llegar a las costas de ese país. La tercera vez, se dio vuelta.

Hace poco leí esta frase en alguna página de internet y no recuerdo quién la escribió. Google tampoco me ayudó, pero aún así la comparto: “Se nos pide que amemos la extraordinaria especie que es la humanidad y la mantengamos viva”. Ojalá en 2024 demos algún paso por nuestra propia supervivencia.

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