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Exdiputado del FA de Rivera: "El partido de gobierno se debe un análisis sincero sobre Brasil"

Rubenson Silva es uruguayo-brasileño y fue diputado por el Frente Amplio durante una década
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26 de octubre de 2018 a las 05:03

Esta nota forma parte de una serie que explora la situación en la frontera Rivera-Livramento en los días que preceden a la elección de Brasil. 

Diputado del Frente Amplio por Rivera durante una década, Rubenson Silva tiene las dos nacionalidades y milita en ambos lados de la frontera. Cree que el PT está pagando muchos errores propios, que el Frente Amplio se debe un análisis sincero sobre Brasil y que la coalición todavía no asume que el “fenómeno Bolsonaro” tendrá repercusiones importantes en Uruguay.

Nació en Livramento, pero fue registrado en Uruguay. Consiguió la ciudadanía brasileña trabajando durante décadas del otro lado de la frontera. A los 13 años tuvo su primer empleo en una sastrería de Livramento. Trabajó hasta que llegó a tener su propia sastrería. Durante 10 años fue edil del Frente Amplio en la Junta de Rivera.

En 2005 llegó al Parlamento, primero como diputado suplente y luego como titular. Permaneció en su banca hasta 2015. Volvió a la frontera y puso una fábrica de pastas en Livramento, pero la crisis económica lo fundió. Votante y militante en Uruguay y en Brasil, Silva tiene una visión autocrítica del ascenso de Bolsonaro. Y dice que el Frente Amplio comete un error al ignorar lo que está ocurriendo.

¿Cómo explica el "fenómeno Bolsonaro"?

Creo que los sociólogos tendrán que estudiarlo a partir del 28. Pero más allá de eso, veo que tras llegar al gobierno en varios países de la región, la izquierda dejó en evidencia mucha falta de experiencia y mucho centralismo: todo se decide en Montevideo o en Brasilia. Se escucha poco a la base y existe un fenómeno de desideologización. Es decir, la izquierda se armó para llegar al gobierno con mucha ideología, organización y estructura, pero todo eso se ha ido perdiendo y más aún en los últimos años.

¿Se agotó el proyecto?

Creo que no es eso. Pero la vorágine del gobierno hizo que cada uno en su lugar se dedicara a querer gobernar y, en el afán de crecer, se trajo mucha gente para adentro, gente que venía con otros intereses, que no estaba comprometida con un proyecto...

En Brasil el PT les pagaba a legisladores de la oposición, los coimeaba para comprar sus votos en el Parlamento. El recordado mensalão.

¡Claro! ¡Claro! Uruguay es más chico y todavía se va salvando, pero no creo que escape mucho a lo que está pasando. No hay vacuna para esto. Hay que estar alerta. Hasta el momento ha faltado mano dura en las direcciones. Se ha contemplado mucha cosa –en Brasil principalmente– que no se debió contemplar.

¿Se refiere a la corrupción?

Sí. Brasil es un país muy grande y se hizo muy difícil controlar todo un sistema. Pero los que participaron de la corrupción eran del riñón. Ese es el tema. En el afán de crecer muchas veces hicieron cosas que no deberían. Y la oposición también hizo su trabajo. No es todo culpa del PT. Pero si vos das pie, luego pagás las consecuencias. Es como el caso Sendic: si vos compras y pagás con la tarjeta, después no te quejes de que te están atacando. Y el PT no supo controlarlo a tiempo. Por supuesto que también hay un trabajo regional de la derecha, que en cada país lo utiliza a su manera, buscando los puntos débiles, y eso pega. Con todos los medios a favor, se amplifica mucho y la gente cree lo que escucha. Ese bombardeo permanente logró permear en la gente y se generó un fuerte sentimiento antigobierno. Y Bolsonaro logró captarlo.

Uruguay es más chico y todavía se va salvando, pero no creo que escape mucho a lo que está pasando. No hay vacuna para esto. Hay que estar alerta

¿El Frente Amplio entendió todo este fenómeno? Después del mensalão, la compra de votos, la corrupción, todos los escándalos de Petrobras, la cantidad de dirigentes y ministros del PT presos, en Montevideo se armó una carpa a favor de Lula y el propio expresidente Mujica fue a hacer discursos por él.

El Frente Amplio tiene un debe, que es hacer un profundo análisis de la región y ver lo que pasó en Brasil, en Argentina, en Venezuela y en toda América Latina. Incluso en Uruguay. Es necesario aprender de los errores de los demás y entender la estrategia de la derecha en la región. ¡Es urgente!

Bolsonaro también se quedó con los votos de esa derecha a la que usted alude.

Sí, porque la oposición tradicional también se vio envuelta en la corrupción, la gente comenzó a ver todo igual, que era muy difícil de separar quién es corrupto. Y al él no le encontraron en principio nada y pasó limpió: logró transmitir esa imagen. Por otro lado, como militar supo captar muy bien la sensación de inseguridad de la gente, con su discurso radical de matar. Gente que yo conozco, que es gente muy bien, está fanatizada e idiotizada por él, porque va a matar al bandido. No tiene un programa de gobierno, pero a la gente no le importa el programa sino votar a alguien que la refleje.

¿Qué tanto influyó el tema de la inseguridad?

Muchísimo. Por poner un ejemplo: los videos que circularon el año pasado de las matanzas dentro de las cárceles fueron muy impactantes. Los presos matándose entre sí de la peor manera. Se degollaban, arrancaban los brazos o las piernas y lo filmaban todo y eso circulaba. Algo totalmente inhumano. El Frente Amplio tiene que sacar muchas lecciones de esto, porque le puede comprometer la elección.

¿Qué Brasil emergerá de estas elecciones?

Uno muy jodido, gane quien gane. Aunque gane Haddad, el odio ya está. Ha permeado una concepción ideológica de extrema derecha que no se va a deshacer de un día para el otro.

¿Qué lección tiene que sacar el Frente Amplio?

El Frente no le está dando la más mínima importancia a lo que ocurre en Brasil y a mí me preocupa mucho. Ha sacado algunas declaraciones, pero ya tendría que estar tomando medidas concretas porque esto va a reflejarse en Uruguay. Principalmente en los departamentos con frontera con Brasil. Esto va a permear. Y es malo para la democracia. La mayoría de la gente que uno ve no está preocupada por si va a funcionar el sistema de partidos, si va a haber democracia, si va a funcionar el Parlamento. Al contrario: quieren que liquiden con todo. Y ese sentimiento es lo peor que le puede pasar a cualquier país. No se trata de una victoria de la derecha, sino de otra concepción.

La izquierda dejó en evidencia mucha falta de experiencia y mucho centralismo: todo se decide en Montevideo o en Brasilia. Se escucha poco a la base y existe un fenómeno de desideologización

¿Qué cosas concretas ocurrirían en Uruguay ante un Brasil gobernado por Bolsonaro?

La relación entre los gobiernos será muy difícil. Muchos brasileños y uruguayos residentes en Brasil vendrán o volverán a Uruguay. Y habría que estar atento a algo que no veíamos en la región: la aparición de grupos fascistas organizados, integrados principalmente por gente joven.

¿Le parece adecuado que, en ese contexto, Sendic sea candidato al Senado?

Puede serlo y creo que lo va a ser. Pero lo que digo es que si vos hacés una acción equivocada, si te equivocás, tenés que asumir la responsabilidad. Y punto.

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