En la jornada Forrajeras Calvase 2021 se puso el foco en las biopasturas como herramienta para ir hacia una sustentabilidad productiva y económica. El gerente de Calvase, José Ignacio Otegui, fue quien dio la bienvenida a más de 250 personas que concurrieron al establecimiento La Madrugada –próximo a Lascano, en Rocha–, de Estancia Gaucho, sede de la jornada de campo. Y allí destacó que el propósito era “pensar las pasturas desde el suelo”.
Entre los asistentes hubo un variado perfil de productores: por ejemplo, tamberos de Florida y Colonia, agricultores de Soriano, Paysandú y departamentos del este y ganaderos de Artigas, Salto y Rocha. Muchos destacaron la posibilidad de volver a encontrarse en actividades que aportan conocimientos e intercambios.
Otegui destacó a El Observador “la calidad” del público: “Vinieron productores de punta de todos lados, chicos y grandes, de diferentes rubro, hubo mucho interés en la actividad. El tema pega mucho y las pasturas entran por los ojos por la calidad, además vimos muchas especies, no las típicas a las que estamos acostumbrados”, sostuvo.
La jornada de campo comenzó en una parcela de cuatro hectáreas en la que había 450 vaquillonas pastando, que se acercaron al bebedero cerca de donde se hizo la primera charla de la jornada. Los productores pudieron ver el suelo, las raíces de las pasturas, consultar dudas e intercambiar información sobre cómo trabajan en sus campos, en los que, dependiendo la zona del país en la que se encuentran, tienen diferentes realidades.
En esta primera parada escucharon con atención al gerente general de Estancia Gaucho, Héctor Olano, la ingeniera e integrante de La Madrugada, Elizabeth Ibarra, y al ingeniero brasileño Ademir Calegari, quienes explicaron cómo funciona el sistema de biopastoreo y sus múltiples beneficios.
Calegari habló sobre los beneficios de utilizar diferentes especies que se incluyen en las pasturas y dijo que “el mundo está pasando por una revolución, una revolución biológica”, que se da por la diversificación de especies que aumentan la biodiversidad.
En La Madrugada se hace recría en 7.000 hectáreas que fueron divididas, primero en parcelas de 25 hectáreas y luego de a cuatro, para trabajar con un rodeo de 15.000 animales de forma anual.
Olano contó a El Observador que hace más de cinco años el establecimiento desarrolló un proyecto de abastecimiento de agua, poniendo un bebedero en cada potrero. Luego se mejoraron los sistemas de drenaje para las pasturas y finalmente se implantaron pasturas multiespecies, a lo que se le sumó la inoculación de las semillas con microorganismos beneficiosos y bioestimulantes. Con este proyecto se llegó a ganar 700 gramos por día por cada animal, en promedio.
“Lo importante es que pudimos lograr el objetivo de tener altas producciones sin descuidar el suelo que se debe mantener por muchas generaciones”, dijo, y añadió que “no solo con un mix de semillas se resuelven todas las situaciones, fue un compendio de cosas lo que nos hizo llegar a este nivel de productividad”. Según destacó, una de las cosas que se tuvo en cuenta fue que los costos fueran los mismos que los que se podían tener con “pasturas estándar”, para no tener sobrecostos, lo que ha dejado a todo el equipo muy satisfecho con los resultados.
En la segunda parada del recorrido se mostró una parcela con otras especies de pasturas. Allí Martín Lage, integrante de la firma Lage – Lallemand, que trabaja con Calvase en el tratamiento biológico de las semillas de gramíneas y forrajeras, habló sobre la implementación de productos biológicos en la producción forrajera y resaltó que lo importante es “permitir que haya más actividad microbiana en el suelo y a nivel aéreo de las plantas”.
Explicó que algunos de los objetivos de tratar las semillas con productos biológicos es protegerlas frente a patógenos y plagas, suministrarles nutrientes, “aumentar su vigor inicial” y mejorar sus características físicas con microorganismos que sean beneficiosos.
Mostró resultados de ensayos en los que se utilizaron productos biológicos sobre semillas y destacó que la producción aumentó, así como la eficiencia de los recursos productivos.
Para finalizar la jornada de campo los ingenieros de Calvase Alfonso Pereira e Ignacio Quintans hablaron sobre las mezclas prolíficas con agregados biológicos y pusieron hincapié en que con ellas se puede mejorar la cobertura orgánica de los suelos y se puede hacer una siembra con un rango mayor de especies.
“Todos estamos preocupados porque nuestros sistemas sean sustentables ambiental y económicamente, porque es la forma de producir y dejar campos productivos a las futuras generaciones”, sostuvo Pereira, quien mencionó: “Tenemos que ver cuáles son las especies más adecuadas para la producción”, para lo que, según mencionó, hace falta hacer un buen diagnóstico del suelo para tener pasturas productivas.
Por su parte, Quintans anunció que Calvase estrenará una nueva máquina para mezclar semillas y que en 2022 lanzará nuevos materiales. “Hablar de Calvase es hablar de calidad”, remarcó.
La recorrida de campo se hizo en la mañana, en un día casi de verano, con una sensación térmica de casi 35 °C y un clima que todos los presentes destacaron como positivo. Por la tarde se realizó una actividad en la planta industrial de Calvase –en José Pedro Varela, Lavalleja–.
Tras el almuerzo hubo una mesa redonda en la que referentes del sector hablaron sobre la inversión en pasturas y la importancia de las mismas para la industria cárnica y lechera.
El consultor Eduardo Blasina moderó la conversación en la que participaron el director de Marfrig, Marcelo Secco; el tambero Horacio Rodríguez; y el senador Sebastián Da Silva.
Al final de la jornada, Otegui resaltó que hablar sobre el tratamiento biológico de las semillas es importante porque, actualmente, por el valor de los commodities, los productores agropecuarios “quieren aprovechar el momento y también cuidar el suelo, los recursos y el pasto”.
“No es solo cosechar lo mejor, sino también tener un suelo más saludable a largo plazo. Se habló mucho de la sustentabilidad que tiene que ser ambiental y económica”, expresó.
Añadió que la jornada fue muy buena, y concluyó: “El testimonio más fuerte fue el del productor, el dueño de casa que a escala pone a producir todo ese mundo de hectáreas de pasturas con muy buenos resultados. Cuando se ve algo bueno, creíble y distinto, llama la atención. Todo estuvo muy a la altura del eslogan de Calvase, que es la ‘excelencia en semillas’. Sin dudas fue una actividad muy positiva”.
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