China atraviesa una fase complicada en la que se mezclan la crisis inmobiliaria, las tensiones geopolíticas con Estados Unidos y una tardía salida del covid-19. La suma de esos factores generó un desequilibrio de la demanda que tuvo repercusiones en sus compras externas. Eso se evidenció en una caída de las exportaciones de bienes uruguayos al país asiático, golpeadas además por el impacto de la sequía. La interrogante es qué pasara con su economía y cuál será el impacto a nivel local.
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