Mundo > Coyuntura

Irán y Arabia Saudita recomponen sus relaciones y abren la esperanza de una tregua en Yemen

Tras el compromiso de Riad y Teherán de reanudar sus vínculos diplomáticos, una delegación suadita negociará esta semana con los rebeldes hutíes respaldados por el gobierno iraní
Tiempo de lectura: -'
10 de abril de 2023 a las 05:00

En un paso diplomático considerado por los observadores internacionales como fundamental para distender las tensiones geopolíticas en Medio Oriente, el Gobierno de Irán anunció el envío de dos las delegaciones a Arabia Saudita tras un movimiento similar de la monarquía saudita. Son pasos previos a la reanudación de las relaciones diplomáticas entre Teherán y Riad cortadas en 2016, proceso que abre la esperanza de una pacificación en Yemen.

El anuncio del Ministerio de Relaciones Exteriores iraní se produjo un día después de una visita a Teherán de una delegación saudí y luego de la histórica reunión concretada en Beijing, bajo el auspicio del Gobierno de China, entre los cancilleres de los dos países del Golfo Pérsico. "Esperamos que una delegación del ministerio visite Arabia Saudita de aquí al viernes”, precisó el viceministro de Relaciones Exteriores iraní, Alireza Enayati.

Después de romper sus vínculos en 2016, Arabia Saudita e Irán, países musulmanes de las ramas sunnita y chiita del Islam, respectivamente, anunciaron en marzo el restablecimiento de relaciones diplomáticas en el marco de la negociación facilitada por China.

Reunidos en Beijing, los cancilleres de las dos naciones árabes se comprometieron a trabajar juntos para aportar "seguridad y estabilidad" a la región. Un anuncio que sorprendió al mundo y puede transformar las relaciones en Medio Oriente.

Irán y Arabia Saudita son dos históricos rivales y en los últimos años se habían intensificado las tensiones debido a que en los conflictos regionales apoyan a bandos opuestos, como en el caso de la guerra en Yemen, conflicto que lleva ya una década y que ha devastado a unos de los países más pobres del mundo.

En ese contexto, y cuando Teherán y Riad comienzan a dar pasos concretos para normalizar su vínculos, una delegación de Arabia Saudita llegó a Saná, la capital yemení, para discutir con los líderes hutíes de la rama chiita, que expulsaron en 2015 al gobierno sunnita yemení, un proceso que pacifique el país, atravesado según Naciones Unidas (ONU) por la “peor catástrofe humanitaria de la actualidad”.

El conflicto entre sunnitas y chiitas comenzó como una guerra insurgente luego del asesinato de varios líderes del movimiento hutí en 2004. Poco después que los hutíes tomaran Saná, Riad declaró la guerra a los hutíes y empezó a bombardear sus posiciones al frente de una coalición de países de la región con el apoyo logístico y de inteligencia de Estados Unidos, Reino Unido y Francia.

El conflicto, según la ONU, ha dejado 380.000 yemeníes muertos por la guerra o por el hambre, entre ellos 85.000 niños, y a cerca del 80% de los 32 millones de habitantes del país dependiendo de la asistencia internacional; además de 4 millones de desplazados.

Aunque hasta el momento Arabia Saudita no confirmó el envío de una delegación para iniciar las negociaciones con los hutíes, algo que tampoco comentó Irán, una foto filtrada y publicada por medios afines a los rebeldes parece mostrar al líder hutí Mohammed Ali Al Huti estrechando la mano de un funcionario saudita, cuyo rostro está oscurecido en la imagen, informó la cadena de noticias árabe Al Jazeera.

Según el comunicado hutí publicado por la agencia oficial de noticias yemení Saba, la delegación saudita tiene previsto reunirse con el presidente del Consejo Político Supremo, el mariscal de campo Mehdi al Mashat, para discutir "el fin de la agresión" de Arabia Suadita, principal potencia sunnita de Medio Oriente.

Dentro de las cuestiones más concretas que abordarán la delegación saudita y el liderazgo hutí se encuentran "el pago de salarios a los funcionarios y los beneficios del petróleo y del gas" yemení, añadió el comunicado de Saba retomado por las agencias de noticias occidentales. Iniciativa que va en paralelo a un proceso que lleva adelante la ONU, y del que resultó en un alto el fuego temporal el año pasado.

Por lo pronto, como prolegómeno a la visita de la delegación, Arabia Saudita liberó a 13 prisioneros de guerra hutíes en un contexto en el que los medios árabes de diferentes orientaciones enfatizan sobre una “nueva tregua” y un “acuerdo de paz integral” entre el Gobierno yemení respaldado por Riad y los hutíes sostenidos por Teherán.

La primera parte de este proceso comenzaría con la declaración de una nueva tregua hasta finales de 2023, de acuerdo con el portal Al Araby al Jadeed, que iría acompañada de una relajación de las restricciones de los vuelos a la capital, la reanudación de las exportaciones de crudo yemení y la reapertura total de las carreteras del país.

En lo inmediato, según las pocas oenegés que trabajan en el terreno, el alto el fuego mediado por la ONU el año pasado contribuyó a un descenso significativo de la violencia durante la mayor parte de 2022. Aunque la tregua no fue prorrogada en octubre, la tensa calma perduró durante los meses siguientes, hasta que un nuevo repunte de las hostilidades en febrero pasado desató el temor a una reactivación del conflicto.

La nueva tregua que se buscaría en las negociaciones con las delegaciones sauditas y de Omán, país que oficia de facilitador, funcionaría como prólogo del acuerdo integral de paz, dijeron fuentes yemeníes al diario Asharq Al Awsat, un periódico en árabe que se publica en varias ciudades del mundo.

El proceso, en principio, estaría también bajo los auspicios de la ONU y supondría una continuación de los aspectos acordados en el alto el fuego de 2022. Sin embargo, incorporaría otros dos factores cruciales: la unificación de las instituciones del dividido país y el intercambio total de prisioneros de guerra entre ambos bandos.

En lo inmediato, y más allá de las negociaciones para pacificar Yemen, el acercamiento entre Irán y Arabia Saudita, que además del compromiso de reabrir las embajadas implica comenzar a cooperar en áreas como seguridad y comercio, podría traer una distensión en un conjunto amplio de cuestiones que, según los especialistas, se traducen en una clave política que hunde sus raíces en las históricas diferencias en el mundo musulmán entre sunitas y chiitas, las dos grandes ramas del islam que se escindieron en el siglo VII luego de la muerte de Mahoma.

 

Comentarios

Registrate gratis y seguí navegando.

¿Ya estás registrado? iniciá sesión aquí.

Pasá de informarte a formar tu opinión.

Suscribite desde US$ 345 / mes

Elegí tu plan

Estás por alcanzar el límite de notas.

Suscribite ahora a

Te quedan 3 notas gratuitas.

Accedé ilimitado desde US$ 345 / mes

Esta es tu última nota gratuita.

Se parte de desde US$ 345 / mes

Alcanzaste el límite de notas gratuitas.

Elegí tu plan y accedé sin límites.

Ver planes

Contenido exclusivo de

Sé parte, pasá de informarte a formar tu opinión.

Si ya sos suscriptor Member, iniciá sesión acá

Cargando...