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La ciudad de tres culturas está en España

Toledo, un lugar ideal para visitar en Semana Santa, tiene una riqueza histórica singular que se puede apreciar en su medieval casco histórico que está muy bien preservado
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14 de abril de 2019 a las 05:00

Es uno de los destinos más importantes para conocer la historia medieval de España. Fue capital del país, lo que se evidencia en la majestuosidad de sus edificaciones. Fue sede principal de la corte de Carlos I y la llaman “ciudad de las tres culturas” por haber estado poblada (e influida en todos los aspectos) por cristianos, judíos y musulmanes. Su casco histórico –Patrimonio de la Humanidad por la Unesco– se conserva con el plano exacto que tenía en la Edad Media. Desde la capital española, a unos 70 kilómetros de distancia, se accede vía tren o bus, con frecuencias durante todo el día. Es la capital de la provincia homónima y de la comunidad de Castilla-La Mancha.

La antigua ciudad de Toledo

El Museo de Santa Cruz es un exconvento (el de Santa Fe) y un exhospital (el de Santa Cruz) convertidos en museo y espacio cultural. Este es uno de los puntos obligados a visitar en Toledo, con su colección de arqueología romana, visigoda, árabe y mudéjar; de pintura toledana de los siglos XVI-XVII, con obras de El Greco; y artes industriales, con ejemplos de cultura popular y tradición artesana local. Imponente, protegiendo la ciudad, se encuentra el alcázar de Toledo, la enorme fortificación construida en la zona más alta de la ciudad, creada con fines de defensa. Se puede visitar por dentro y apreciar tesoros como una antigua cisterna de más de 2.000 años; o las murallas del Alcázar árabe, que luego fue reemplazado en el siglo XVI por una versión renacentista. Allí se puede visitar el Museo Nacional del Ejército Español, donde encontrar objetos militares de diferentes épocas; la colección de armaduras es una de las atracciones predilectas, además la oficina del Moscardo, que se conserva de la guerra civil española. Y como broche de oro, las maravillosas vistas de la ciudad desde la altura. Desde el Alcázar, muy cerca se encuentra la catedral, donde visitar la capilla de los Reyes, la custodia de oro, y los domingos, durante la misa mayor, se puede escuchar el gran órgano de este magnífico templo; también admirar la ventana Clear, de mármol, bronce y alabastro, y las obras de El Greco, Velázquez, Goya y Caravaggio. 

A continuación, la Plaza del Ayuntamiento que reúne varios edificios importantes, como el Palacio Arzobispal y, por supuesto, el Ayuntamiento, una construcción del siglo XVI digna de admirar y recorrer. Por la travesía de la Cuesta de la Ciudad se llega a la iglesia de los jesuitas (San Ildefonso), en la plaza Padre Juan de Mariana, el punto más alto de la ciudad. 

Para la tarde

Si dividimos el día en dos partes, luego de un merecido almuerzo, el reinicio del itinerario debe comenzar en el barrio de la Judería. Se llega a la plaza del Salvador donde ver el Archivo Municipal, resultante de los trabajos de la antigua iglesia de San Marcos. Algo interesante de este edificio es que en su estructura aparecen integrados los restos arqueológicos que se descubrieron durante las obras. De la plaza nace la calle de Santo Tomé, donde se sitúa la iglesia del mismo nombre, construida sobre el solar de una antigua mezquita del siglo XI, parada obligatoria donde admirar El entierro del conde de Orgaz, el gigante óleo sobre lienzo de El Greco. Se sigue hacia la Sinagoga del Tránsito, también sede del Museo Sefardí, donde conocer la tradición judía en España. Otro de los templos importantes es la sinagoga de Santa María la Blanca, famosa por la belleza de sus filigranas y la decoración de sus capiteles, construida en el siglo XII como sinagoga y unos 200 años más tarde transformada en un templo católico. Más adelante, el monasterio de San Juan de los Reyes, y la iglesia Cristo de la Luz –antes había sido una mezquita–, una de las mejores conservadas de la ciudad. Deben visitarse el puente medieval de San Martín, cuya visión por la noche cuando se ilumina es maravillosa; y la puerta del Cambrón o puerta de los Judíos, declarada bien de interés cultural. Este barrio es el ideal para despuntar el vicio de las compras de artesanías, y donde se puede ver el trabajo de los artesanos en sus talleres de cerámica, cuero u otros materiales. Y en el número 19 de la calle Ciudad, muy cerca de la catedral, se encuentra la fábrica de Mariano Zamorano, uno de los últimos maestros espaderos que quedan. 

Por el Paseo de la Virgen de Gracia la próxima parada obligada es el barrio de los conventos, una zona tranquila y silenciosa donde dar un paseo. Estos lugares tan misteriosos que son los conventos de clausura se pueden visitar durante Semana Santa con visitas guiadas, el resto del año se pueden apreciar por fuera, y en algunos casos hasta comprar dulces artesanales que elaboran las religiosas, como por ejemplo en el convento de San Antonio, el de San Clemente o el de las Agustinas Calzadas. Durante esa misma semana festiva se puede realizar la Ruta de los Pasos, que permite conocer las tradiciones de esta celebración visitando distintas hermandades y cofradías de la ciudad. Cerca de allí se encuentra otra de los puntos importantes de Toledo: la Plaza de Zocodover, escenario de corridas de toros, ejecuciones, y mercado de venta de animales en pie. Hoy es una de las principales atracciones turísticas de la ciudad, donde ver conciertos y todo tipo de eventos. Y de ahí a un taxi de distancia se puede visitar un clásico: el Parador de Turismo, situado en un cerro,  es el lugar ideal desde donde ver el atardecer tomando y comiendo algo, mientras se disfruta de increíbles puestas del sol con toda la ciudad delante. 

Baño turco
Durante siglos, Toledo vivió bajo el influjo de la cultura árabe, y uno de los usos y costumbres que se instalaron en la ciudad fue el de los baños públicos o hammam (a la vez tomados de la tradición romana), conocidos popularmente como baños turcos. Ideal para quienes quieren caminar y conocer, pero también tomarse un buen descanso. Hay piscinas de aguas templadas, frías o calientes, té moruno y, para completar la experiencia, se puede disfrutar de masajes de relajación o terapéuticos.

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