Espectáculos y Cultura > Maxi Guerra - Gastropolítica

"La gastronomía está muy subexplotada narrativamente; el fenómeno de The Bear habla de un vacío que esa serie llenó"

Antes de llevarlo a su versión en vivo, Maxi Guerra habla sobre el éxito de Gastropolítica, un podcast uruguayo que cruzó fronteras
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03 de abril de 2024 a las 05:04

Para pegarla en el universo del podcast no hay muchas fórmulas preestablecidas. Algunas plataformas que los alojan, como Spotify, suelen esbozar algunas marcas de éxito probable, pero no infalibles: que dure aproximadamente entre 30 y 40 minutos, que toque determinados temas, que trabaje en función de la serialidad, que fidelice a sus escuchas. Pero no todo es tan simple. A pesar de que tiene más de una década, el formato todavía es “nuevo”. Y actúa de maneras misteriosas. 

Pero Maxi Guerra, 38 años, periodista, librero y hombre de radio, hizo un podcast y la pegó. Sí: a Gastropolítica se lo puede mencionar en esos términos. Un producto pequeño, que grababa en su casa cuando su hija se dormía y la calle bajaba la efervescencia, una serie hecha a medida de sus gustos e intereses.

El podcast, que presentó su primera y hasta ahora única temporada en 2022 –con la excepción de Dietario disperso, una suerte de spin-off—, plantea en ocho episodios de entre quince y veinte minutos diferentes historias que vinculan a la gastronomía con la cultura y la política. Desde la cafetera Bialetti y su conexión con el fascismo italiano, hasta el lugar de la comida en las mesas de las familias mafiosas italianas, la voz sosegada de Guerra marca el camino hacia el descubrimiento de un costado más antropológico de la comida. Una exploración del lugar de los alimentos en la construcción de las civilizaciones.

Dos años después del estreno oficial de Gastropolítica, Guerra —que forma actualmente parte de La mesa de los galanes en Del Sol FM— vuelve a recuperar su podcast en esta charla con El Observador por dos motivos: está escribiendo la segunda temporada y porque, de abril a junio, impulsará una serie de encuentros en el local de Magma Futura donde, a partir de ese impulso por las conexiones gastronómicas, conectará al café y al vino a partir de su origen, el color y lo natural (ver recuadro).

¿Te acordás qué tenías en mente, a nivel estructural, cuando pensabas en Gastropolítica?

Siento que el podcast, al menos los que me interesan, tienen más que ver con el monólogo interior que con la charla de amigos. Entiendo al podcast como la música del pensamiento. Es algo más cercano a lo que pasa cuando voy en bicicleta y asocio ideas, conecto con canciones o imágenes de películas, que con lo que te puedo contar en una charla. Buscaba eso y llegar me costó, me llevó meses de pruebas con mi voz, con el montaje, con otras voces. Entrar en el podcast es entrar a otro espacio, muy lejano a la radio más allá de que se los tiende a igualar. Con Gastropolítica me volví a encontrar con el placer de la narración a partir del montaje, que eso en la radio no lo tenés.

El podcast estuvo entre lo más escuchado en varios países, en su categoría fue el más escuchado de Latinoamérica, lo recomendaron en la región y en medios españoles. ¿Cómo evaluás ese crecimiento?

Gastropolítica ha tenido una llegada brutal en distintos países y espacios, y es muy satisfactorio descubrir que funciona muy bien en gente que escucha podcast regularmente, pero también entre quienes componen el universo gastronómico. Encuentro que funciona en áreas que siempre me interesaron y que entendía por separado. Para un podcast que habla de relacionar ideas, eso está muy bueno. De todos modos, no hay algo buscado para llegar a determinado público. En realidad, la búsqueda siempre fue tratar de contar lo mejor posible estas historias. Cuando lancé el podcast fue como tirar una botella al mar: me podían escuchar los que ya me escuchaban en la radio, que para nuestro medio es un número bastante grande, pero no tenía idea qué podía pasar más allá de eso. Gastropolítica se entró a mover solo y orgánicamente. Lo peculiar de los formatos actuales es que uno tiene una trazabilidad para ver cómo crecen, algo que también puede ser asesino en cuanto a estar pendiente todo el tiempo, pero yo me suelo acercar desde la curiosidad. De un día para el otro noté que se escuchaba mucho y traté de entender qué pasó. Y eso me llevó a lugares muy llamativos. Por ejemplo, el año pasado veo que en un momento da un salto muy grande, de diez o quince veces más de escuchas, veo que pasa a liderar su categoría y se convierte en el más escuchado de Latinoamérica. Y descubrí que el impulso se dio por TikTok, que es un medio que desconozco absolutamente. Fue en Colombia, recomendaron varios podcast en un TikTok, y explotó.

¿Al margen de ese tipo de casos, es una prueba de que la gastronomía es un terreno fértil para contar historias? ¿De que hay espacio para ellas?

Siento que la gastronomía está muy subexplotada narrativamente. El fenómeno de The Bear (El Oso) habla de un vacío que esa serie llenó. La cocina es un espacio alucinante para contar historias, como espacio físico y disparador. Y siempre que se hacen listas de películas gastronómicas aparecen las mismas: El festín de Babette y otras diez películas de los últimos treinta años. Que sean tan pocas impresiona, porque no hay tema más universal que la comida. Todos nos vamos a enfrentar a diario con el dilema de qué comer, al acto de qué comer, a la instancia de compartirlo con alguien. Podés pasar tu día sin música, sin amor, sin hacerte preguntas sobre el amor, pero la comida está siempre. A medida de que me fui metiendo más en este mundo, me di cuenta del poder universal que tiene hablar de ella. Yo soy un tipo introvertido, con grandes problemas para comunicarse con los demás, siempre he sido muy tímido, y en un punto vi que con la comida tenía una conexión inmediata con absolutamente todo el mundo. Sobre los podcast que abordan estos temas, que los hay, creo que en general se acercan más a la tertulia o a lo conversacional, o bien están asociados a marcas. O incluso hay productos muy técnicos que le hablan a sus nichos. A mí, en todo lo que he hecho, siempre me interesaron los vínculos, relacionar ideas y contar una historia. Que eso esté en el centro.

Por su éxito fuera de fronteras ¿Gastropolítica es una excepción en la escena del podcast uruguaya?

A este proyecto le fue bien en cuanto a escuchas, pero sigue siendo algo que no me da dinero directamente, que es lo que uno esperaría de cualquier proyecto creativo al que le dedica un tiempo considerable. Sí me generó la posibilidad de llegar a lugares, y a una financiación indirecta, como dar clases en España, o invitaciones a festivales, u otras cosas. En algún sentido, eso es un palo en la rueda. Si uno compara la escena en España o en Argentina, donde en general si hacés algo puede tener una financiación a corto plazo, es una motivación distinta. Y esa idea del segundo proyecto, que tenés a la par de un trabajo central, conspira justamente contra el segundo proyecto, con la energía que le puedas poner. Y también con su estabilidad en el tiempo. Realmente me cuesta entender las escenas en el podcast compartimentadas por países. Por cómo entiendo que funciona el formato, creo que hay afinidades temáticas o de enfoque, que hace que te conectes automáticamente con otros escuchas y creadores en otros países. Por eso me cuesta pensar en una escena uruguaya en mi propia experiencia: para mí hacer un podcast ha sido compartir y ser escuchado por un montón de gente acá en Uruguay, pero después contactar con gente en el mundo que le interesa o hace cosas similares. Sin dudas es un error pensar llevar la radio al podcast, porque creo que el podcast permite un nivel de experimentación que está subexplotado. Y volvemos a la cocina: es un formato muy joven, que permite la experimentación, y de alguna manera premia eso. Los podcast que más llegan son los que se hacen de lugares más personales. Y productos que hoy pueden ser muy mainstream porque llegaron a diversos públicos, basan eso en sus formas extrañas. Eso en otras plataformas es más difícil de conseguir, porque para llegar a eso en el cine, por ejemplo, necesitás un nivel de presupuesto, de acompañamiento a veces estatal, que el podcast no necesita porque es muy barato. Y a su vez, la distancia entre la idea y el producto final puede ser muy corta.

La experimentación, en este caso, es un espacio seguro para el formato.

Hay podcast que son muy experimentales pero que rápidamente se colocan en el centro de la conversación, como Te busco, de Las Raras. Son cosas que nunca se habían hecho de esa forma, y está perfectamente explotado para el medio y llegó a un montón de gente. Para un formato tan reciente, en el mundo y sobre todo en Uruguay, esa pata experimental es la que más va a funcionar. Además es experimental en el sentido de que te permite, en tu casa, hacer algo de cinco minutos o cinco horas, y nada te garantiza qué puede funcionar y qué no. Es cuestión de ponerse a buscar. En la recepción original de Gastropolítica en Uruguay descolocó mucho el manejo de mi voz o el tono, que era muy distinto al que tengo en las columnas de radio. Muchos amigos me preguntaban porque susurraba. Partía de esa idea de que, para mí, el formato tiene que ver más con el monólogo interior, pero también con que al podcast lo grabo en casa y tenía que esperar a que el barrio se calmara, los ómnibus dejaran de pasar por Bv. Artigas y mi hija se durmiera para grabarlo. Y así encontré un tipo de voz o un tono que creo que le da el clima justo para estas historias. A la hora de narrar, hay que encontrar una voz distinta, no solo la literal sino una que le pueda sacar todo el jugo a ese formato que es alucinante.

Café, Vino & Gastropolítica

A partir de abril, Gastropolítica se reconvierte por unos meses en un evento en vivo que tendrá lugar en tres fechas (seis funciones en total) durante abril, mayo y junio en Magma Futura (Pablo de María 1011). Allí, Guerra y los especialistas Pablo Corrado —de Café Doré— y Líber Pisciottano —de Wine Secret— cruzarán al café y el vino a partir de tres ejes temáticos: Origen, Colores y ¿Qué es natural?
Las fechas de abril están destinadas al Origen y serán el miércoles 10 y el martes 23 a las 20 horas.  Así describe esos primeros encuentros Guerra: "Tiene que ver con la noción de terroir en el vino, y a su vez con cómo el auge del café de especialidad hoy tiene mucho que ver con la trazabilidad, con pasar de tener un café anónimo a un café con determinado origen, con saber que un café etíope tiene determinadas características. Pero también queremos interpelar eso: el valor que en nuestra sociedad muchas veces se le da al origen. A nivel histórico hay diferencias interesantes entre el origen determinista, y lo importante que es culturalmente el tránsito. Italia no tiene café propio, pero no podemos poner en duda el valor cultural que le ha dado ese país al café, por ejemplo."
Las entradas para las fechas del evento se pueden conseguir en la web de Acceso Fácil.

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