Por Alexandra Stevenson y Cao Li
The New York Times
El distrito financiero de Yujiapu, en Tianjin, China se promociona a sí mismo como la Manhattan de China, pero tal vez termine siendo un monumento dedicado a la descomposición del modelo de crecimiento chino. Cuatro quintas partes del espacio en las oficinas está vacío y la construcción en algunos edificios se detuvo. Un centro comercial de gran extensión tiene pocos compradores; una tienda de mascotas no tiene animales y todavía no aparecen los negocios ni los residentes que esperaban atraer los funcionarios locales.
La Escuela Juilliard, de música, la única institución de Occidente que se arriesgó a este distrito, abrirá sus puertas el próximo otoño. Son 150 los pianos Steinway están a la espera de ser enviados desde un puerto en Alemania. El aire en Tianjin es tan seco que los pianos requerirán habitaciones con control de temperatura, esto casi duplicará el costo del campus a US$ 225 millones. El dinero adicional no proviene de Juilliard, el gobierno local está pagando la cuenta. Esto podría ser un problema para los funcionarios, que están batallando con la deuda después de una épica racha de compras para desarrollar desde cero un nuevo centro comercial.
El panorama solitario se ha traducido en un buen negocio para los inquilinos comerciales: los nuevos arrendatarios obtienen todo un año de renta gratis.Según los registros oficiales, lasdeudas de los gobiernos locales de China suman US$ 4,5 billones. De acuerdo con estimados no oficiales, esa cifra podría ser de hasta US$ 10 billones. Nadie sabe la razón por la que casi no se divulgan muchos de los préstamos para proyectos como el campus de Juilliard.
Desde hace tiempo, China ha pedido prestadas grandes sumas para construir y después ha contado con el crecimiento económico vertiginoso para pagar su deuda. El guión: vender inmensas cantidades de terrenos a desarrolladores, pedir prestado para subsidiar la construcción, y esto dará como resultado trabajos y nuevas ciudades. Este modelo sirvió para que China construyera rascacielos y vías para trenes de alta velocidad, y dio lugar a una era de prosperidad. Sin embargo, China no está creciendo tan rápido como solía hacerlo y no queda claro si el modelo de “construye y vendrán” salvará a Yujiapu y otros lugares con grandes deudas. El gobierno nacional debe encontrar otros mecanismos para estimular el crecimiento sin empeorar el problema de la deuda.
“La economía de China ha dependido de la construcción para el futuro, pero hay señales considerables de que han construido de más”, comentó Logan Wright, director de investigación en China de la consultora Rhodium Group. Dijo también que la deuda y el exceso de capacidad podían contener el crecimiento. “Esto quiere decir que probablemente habrá un crecimiento económico mucho más lento en la siguiente década en comparación con el desempeño reciente de China”, opinó.
Tianjin tenía una de las tasas de crecimiento más altas de China. Los funcionarios locales dieron el crédito del éxito al “espíritu, la velocidad y los beneficios de Tianjin”. Después, la economía se desaceleró, y los funcionarios locales de la Nueva Área de Binhai, una zona económica especial de Tianjin que incluye a Yujiapu, admitieron que sobreestimaron el crecimiento. Recortaron de tajo US$ 50.000 millones de su cifra original para 2016 y la derrama económica quedó en US$ 100.000 millones. En la actualidad, Tianjin es una de las regiones de más lento crecimiento en China y una de las que tiene más problemas financieros.
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