En las páginas de "El Pelado", cuenta su saga personal, sin respiro, por el mundo de la delincuencia.
Un motín histórico
Yo estaba en Miguelete pero no tenía que estar ahí. Yo ya era mayor. Me ponen en el fondo, veo que no me sacan, que estoy solo y no me contuve. Me corto la panza, le hago la caída a la psiquiatra y le pego una piña a un funcionario. Ahí se arma flor de quilombo. Cierran Miguelete y viene el GEO, que empieza a cagar a palos a todo el mundo.
La directora era Elina Ramos, que después estuvo procesada y todo por ese motín. Le digo: "Usted está haciendo las cosas mal y le están pegando a los gurises palo y palo". Me mira y me grita, me corre, me pega. Empiezan a caer los GEO de pesados, todo mal, y me pegan dos palazos. Mandan sacar todos los colchones y nos dejan a todos desnudos en las celdas. A un pibe que hoy es finado, el finadito Dany, le pegan, le dan tremenda paliza. Éramos 100 gurises y tenías que ver a hombres grandes pegándole a esos niños. Había niños, no había hombres en ese momento. Había niños, ¿ta? Ya no estaba más aquél Chino Pato, ya no existía aquel Negro Urco. Sí estaba Roldán porque lo tenían ahí. Era mayor y siempre estaba ahí. Ya tenía 18 años. Y ese día, al final, estaban todos tirados en el piso y un milico dice: "¿Este es el ejemplo de ustedes?" y me señalan con los palos. Entonces me meten contra el muro. Fue un oficial del grupo GEO, que fue remitido y sumariado. Estaba todo el mundo tirado en el patio y a mí me hicieron arrodillar. "Miren, ¿este es el jefe de ustedes?", gritaba uno del GEO. Y este oficial me dice: "Gritá ¡viva la guardia!". Lo miro y le digo: "Sos un hombre bárbaro ¿eh? Pero, ¿sabés una cosa? Si yo tuviera esa cuerda en la mano te arranco la cabeza. Le estás pegando a todos gurises, ¿no te das cuenta hijo de puta?".
El oficial Suárez me pone el fierro en la boca y me sigue gritando. Yo lo miro y le digo de frente: "Yo si tengo eso en las manos te arranco la cabeza de lugar y vos no tenés los huevos para arrancarme la cabeza". Cuando mandan a todo el mundo para adentro, veo que uno de los de GEO que también fue remitido, un agente de primera, me dice "vos también". Pero cuando dice "vos también", otro dice "ése se queda".
Después de que me dan esa paliza, nos meten a todos desnudos para adentro de la celda. Me vienen a buscar a mí, me dan ropa y me llevan a la comisaría, a la Cuarta. La jueza Zulma Casanova tiene todas las pruebas. En la comisaría dicen que supuestamente yo le había quebrado la mano a uno de los del GEO. ¡Mentira! No había tocado a nadie! El milico se había quebrado dándole palo a un menor. No podía declarar porque los ojos me ardían, no podía ver del gas que me había quemado todo. Me piden la firma. Digo que no voy a firmar porque estoy amarrocado, esposado, pero me hacen poner las huellas a la fuerza.
Cuando entro al despacho, Casanova me dice enojada: "¿Estás de vivo?". Ella estaba como enojada conmigo, pensando que era yo el malo de la película. Entonces le digo: "Discúlpeme, ¿le puedo mostrar como estoy?". Me saqué la camisa, me saqué el pantalón, me saqué el calzoncillo y le digo: "¿Le parece bien cómo estoy?".
(Obser
