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La historia detrás de la sorprendente pesca de corvinas de 15 kilos
En La Paloma todo el mundo sabe quién es Andrés Cuello y orgullosos están de sus logros. Fue campeón sudamericano de pesca representando a Uruguay, es fileteador y disfruta enseñando a pescar y acaba de ser protagonista de algo que en su ambiente no sorprende tanto, sí a quienes no están muy al tanto del tema de la pesca con caña: el medio local La Paloma Hoy Noticias informó que en una jornada sacó 17 corvinas negras de gran tamaño, algunas de unos 15 kilos.
Según explicó a El Observador, “es un pescado que pasa por la costa comiendo, en los últimos años se dio pesca de mucha corvina, pero chicas, el otro día eso cambió y hubo buenos tamaños”.
Explicó que deben coincidir diversos factores para que corvinas negras de gran tamaño se aproximen a la zona donde se pesca, por ejemplo que el viento se desde el océano hacia la costa.
“La gente piensa que esto de sacar muchas y grandes es de todos los días, pero no es así, pasa cada tanto y bueno, esta vez hubo suerte y se dio”, dijo.
Suele suceder que la gente se entera que un día hubo una muy buena pesca, entonces se preparan y al otro día van muchos a pescar, pero las condiciones cambiaron y el resultado no es el mismo.
“Hay que ver día a día y estar muy atentos a las condiciones climáticas”, puntualizó.
Andrés, en la tarde y en la noche, en la zona que está frente a la Laguna de Rocha, pescando en aguas del océano Atlántico, logró corvinas de ocho a 10 kilos y un par de 15 kilos.
Se quedó con una, que aún no la ha preparado. Del resto, regaló algunas y otras las vendió, “se fueron todas porque el tamaño daba para que se preparen para una reunión familiar o de amigos, para que con una coman seis personas, por ejemplo”.
De hobby a medio de vida
Contó que la pesca es una pasión que adquirió con un comienzo claro: su abuelo y su padre se dedicaban a la pesca.
Comenzó como un hobby, pero lo atrapó y se hizo fileteador. Ese es su oficio y uno de los ingresos clave al hogar (el otro es la venta de lo que pesca con caña).
Lo que hace, explicó de un modo sencillo, es prestar ese servicio para una empresa que está en La Paloma –un frigorífico de pescado–, que tiene embarcaciones de pesca y procesa lo que se captura, para que llegue al consumidor listo para ser preparado como postas, a la parrilla o al horno, por ejemplo.
“Es un trabajo que me gusta, lo disfruto, solo tiene como algo no tan bueno que no es algo de todos los días, algo fijo, porque de pronto hay trabajo durante 15 días y a veces se para porque como todo en la pesca se depende mucho del tiempo”, contó.
La pesca con caña es más que un entretenimiento. En verano, por ejemplo, saca mucho pejerrey, lo limpia, lo prepara y lo vende a particulares o incluso a algunos restaurantes que aprovechan en la temporada estival un producto de alta calidad, bien fresco: el pescado de la caña, “un pescado que tiene un valor agregado”.
Andrés, además de los conocimientos que tomó en su familia, fue enriqueciendo sus talentos al estar en contacto con gente con mucha experiencia y capacidad, eso lo hizo progresar y ver que podía dedicarse no solo a la pesca para el sustento diario, también como actividad deportiva.
“Me puse a competir, me enteré que había una federación con un fixture, que había una selección uruguaya y fui a tres Sudamericanos, ahí fui primero en uno en Chile en 2012, primero en otro en Uruguay en 2019 y segundo en el tercero en Argentina en 2016”, contó, señalando algunos de sus logros deportivos.
El gusto de Andrés por la pesca tiene otro modo para disfrutarlo: enseña a pescar, por ejemplo hace poco hizo un taller teórico y práctico en el Club Náutico Sudestada, en La Paloma, durante dos fines de semana, con clases para niños y para mayores, “gente que sabía algo, gente que no tenía ni idea, la gente la pasó lindo y yo lo disfruté mucho”.
Algo que lo entusiasma, en tiempos en que los niños están muy arriba de los celulares, es poderles enseñar una actividad que se hace al aire libre, “siempre trasladándoles valores, como devolver los pescados chicos que uno no va a comer, tengo en mente como proyecto poder hacer algo en la escuela pública de acá, un taller de pesca”.
En el cierre de la charla, Andrés contó dos cosas más.
Por un lado, que es muy importante al pescar ser respetuosos de la pesca, que es finita, de modo de proteger el recurso que significa el sustento de mucha gente.
Por otro, que con Nazarena están esperando al primer hijo, que aún no saben el sexo, pero que sí saben que el tema de la pesca le va a tener que gustar, no solo por la actividad de Andrés, también porque Nazarena es bióloga.
