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La maestra de Rocha que se capacitará con Jane Goodall en el castillo de Windsor

Alicia Martínez viajará a Inglaterra gracias a su proyecto "Tras las huellas del venado", que apuesta al cuidado del medioambiente mediante la participación, la integración y el rescate de los valores humanos
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18 de junio de 2019 a las 05:01

Hace algunos años en una clase de primer año de una escuela pública de Rocha, la maestra María Alicia Martínez pidió a sus alumnos que nombraran animales. Elefante, jirafa, vaca y caballo fueron algunos de los elegidos, pero en ninguna de las voces se incluyó alguna especie nativa. Solo una niña que vivía en la zona rural contó que en su campo andaba un animal misterioso del que solo se veían sus huellas y su “caquita” y que sus padres le decían que se trataba de un venado de campo. Entonces, ante el desconocimiento general sobre la fauna autóctona y la anécdota de aquella alumna, la maestra comenzó junto con los niños una investigación.

Tras las huellas del venado se llamó desde sus orígenes (2014) el trabajo de la docente que empezó abarcando el estudio del venado de campo y su situación en Uruguay, pero que luego expandió sus horizontes hasta lo que es hoy: un proyecto que llevan adelante Martínez con niños y sus familias para poner sobre el tapete diversas problemáticas ambientales y conocer distintos ecosistemas del país y la región. Y es con ese mismo proyecto que su gestora irá en julio al castillo de Windsor para realizar una capacitación junto a la destacada primatóloga, etóloga y antropóloga Jane Goodall.

La idea inicial se originó en un aula, pero en 2015 pasó al ámbito de la educación no formal. A partir de ese momento, la maestra trabaja en una propuesta que es abierta para niños y adolescentes que estén interesados en investigar, problematizar y generar campañas de difusión y sensibilización sobre cuestiones ambientales. El grupo se reúne en el Centro Cultural María Élida Marquizo en Rocha. Los primeros tiempos, el interés de Tras las huellas del venado era la conservación del emblemático animal autóctono, pero con el tiempo el abanico de acciones se amplió.

Una de las claves para que los niños y la maestra lograran trascender fronteras fue el vínculo con el bioparque bonaerense Temaikén. Casi desde sus comienzos Martínez presentó el proyecto y la invitaron a formar parte de un programa que desarrollan allí que se llama ConCiencia Activa. Gracias a ese contacto, los rochenses comenzaron a viajar y a pertenecer a una red de grupos latinoamericanos que persiguen el mismo objetivo de conocer y cuidar la naturaleza, creando hábitos de convivencia que persigan un mundo mejor.

Algunas de las temáticas que han ido trabajando “los venaditos” –como cuenta Martínez que las personas que conocen su trabajo los apodaron– son el cambio climático, las energías renovables, el impacto de la basura oceánica, la no utilización de plásticos de un solo uso y las formas de generar cambios importantes desde lo cotidiano. Las propuestas comienzan siempre desde la lista de intereses que plantean los niños. Una de las experiencias que realizaron luego de investigar sobre el pasado de la región y la vinculación que el hombre y la naturaleza mantuvieron a través del tiempo fue visitar una comunidad guaraní en la provincia argentina de Misiones. “Los niños tuvieron la posibilidad de intercambiar vivencias muy fuertes”, recordó la maestra.

Comunidad Mbya Guaraní Pindoty-I

Represa de Itaipú (Brasil)

“Se trata de experimentar los vínculos y el contacto con la naturaleza. El lema del proyecto es ‘conocer para amar’. Nadie puede amar lo que no conoce y luego, al amar, puedo proteger y conservar. Es una construcción colectiva que no tiene techo de crecimiento, el objetivo común es vivir mejor y construir un mundo mejor”, explicó la docente sobre cuál es el fundamento de Tras las huellas del venado.

Familias integradas

Una pieza fundamental de la propuesta son los padres, porque la idea es que se generen vivencias integradas entre niños y adultos para que lo aprendido y experimentado sea compartido dentro de una familia. De hecho, en cada salida de campo, acción puntal –por ejemplo, la limpieza de playas– o viaje al exterior, al menos un adulto acompaña a cada niño.

Son los padres quienes autofinancian cada viaje, porque según manifestó Martínez, aunque buscó por diversos ámbitos colaboración económica, no la obtuvo. Es así que tanto la maestra como los adultos, organizan sus licencias para poder destinar algunos días a los paseos de Tras las huellas del venado.

Reducciones jesuísticas San Ignacio Miní (Argentina)

Parque das aves. Foz de Iguazú (Brasil)

En el caso de Martínez, el trabajo que realiza con los niños es totalmente voluntario, fuera de su tiempo laboral donde ejerce como maestra.

En lugar de ahorrar para irse de vacaciones a cualquier destino turístico, niños y adultos financian con rifas y esfuerzo visitas a lugares impactantes como la represa de Itaipú de Brasil y Paraguay y el Puerto Iguazú de Argentina, por ejemplo. También un grupo de los participantes del proyecto asiste anualmente a Temaikén. Este año el destino que tienen como objetivo los venaditos es conocer el Centro de Educación Ambiental Bosque Santiago, en Chile.
 

Tras las huellas del venado está conformado por unas 400 personas, lo que no significa que todas ellas viajen y participen de todas las actividades. La maestra contó que el número de gente va y viene, la idea es que no haya obligatoriedad de asistencia a los talleres semanales en el centro cultural y que la ida a cada viaje dependa de la decisión de cada familia. “La idea es siempre mantenernos con esa chispita de querer ir más allá”, agregó Martínez.

Cataratas del Iguazú

Tecnópolis (Argentina)

Conocer a una referente

El proyecto sale al ámbito voluntario, luego integra un programa más grande dentro de Temaikén y de ahí, un entretejido de intercambios con distintos lugares de Latinoamérica. Ahora bien, ¿cómo llega Tras las huellas del venado a Jane Goodall? ¿Y a Windsor?

A través del programa ConCiencia de Temaikén, Martínez conoció a referentes del Instituto Jane Goodall a quienes les presentó Tras las huellas del venado y obtuvo así una membresía para pertenecer al grupo Roots and Shoots.

Raíces y brotes –en español– es el programa educativo del instituto liderado por la referente británica de 85 años que fomenta el respeto y la empatía por todos los seres vivos y promueve la convivencia entre distintas culturas y creencias. Entre unos 150 países que forman parte de esta propuesta, Tras las huellas del venado se volvió el primer y único proyecto uruguayo, y Martínez, la única líder local.

Del 20 al 27 de julio Goodall capacitará a 28 líderes en el castillo de la realeza británica. Pero ese grupo de personas de distintas partes del mundo que participarán del encuentro en Inglaterra no fueron elegidas aleatoriamente sino que la británica eligió uno por uno, entre todos los líderes de Roots and Shoots a quienes consideraba los más adecuados. Dentro de esa selección, la maestra de Rocha obtuvo un lugar.

“El hecho de ser elegida por Jane (Goodall) que es líder y referente mundial, además de ser un ícono como mujer, y poder trabajar con ella durante una semana es un privilegio. Me siento sumamente honrada y espero poder colmar las expectativas de una instancia así”, expresó Martínez.

Alicia Martínez tiene 45 años y hace 24 ejerce como maestra. “Soy docente vocacional y nunca me imaginé que mi vocación me iba a llevar a esto, ni siquiera cuando empecé con el venado. Tengo la convicción de que como docentes tenemos que lograr cambios de actitudes. Sin duda son muchos los cambios que se han ido logrando en este tiempo, sobre todo, en la proyección del horizonte personal de niños y sus familias, que implica el poder mirar de otra manera la vida”, concluyó. 

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

#traslashuellasdelvenado #rootsandshoots

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