La goleada de Nueva Zelanda ante Italia avivó debates

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¿La muerte del rugby? El crudo debate que se abre en el Mundial tras las goleadas de más de 80 puntos

Las goleadas sufridas por Italia, Namibia y Rumania abrieron un fuerte debate sobre la responsabilidad de World Rugby para expandir el juego y recortar las diferencias entre los países: ¿se debe ampliar o achicar la competencia?
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02 de octubre de 2023 a las 05:03

El Mundial de Rugby Francia 2023 está llegando a su ecuador: pasaron tres semanas de competencia y queda poco más de un mes hasta la final del 28 de octubre en el Stade de France. Esta semana será la última de la fase de grupos, y con ella se irán 12 equipos: cuatro tendrán el premio de la clasificación directa a Australia 2027, y otros 8 deberán iniciar otra vez el camino de las eliminatorias.

Pero afuera de la cancha son tiempos de conversaciones, de lobby. Puertas adentro, los diferentes resultados han disparado debates sobre el estado del rugby, y sirven de impulso a las conversaciones políticas de cara las elecciones de 2024.

De un lado, los buenos partidos de equipos Tier 2 ante Tier 1 (la victoria de Fiji ante Australia, los buenos partidos de Portugal ante Gales o Australia, o de Uruguay ante Francia), le han servido de argumento a quienes piden más competencia entre Tier 2 y Tier 1, algo que parece poco probable en momentos en que las 10 potencias están a punto de cerrar un torneo cerrado (de 12 equipos, posiblemente con Japón y Fiji de invitados) sin  ascensos ni descensos desde 2026 a 2030.

Por el otro, los 96 puntos sufridos por Namibia, y los más de 80 promedio en tres partidos que recibió Rumania, elevan críticas a la idea de mayor competencia entre las potencias y los países menores, y hasta piden bajar la lista de entrada a 16, como en los viejos tiempos, bajo el argumento de que la primera ronda está llena de partidos aburridos en los que ya se conoce el resultado final.

El 0-96 de Italia ante los All Blacks divide aún más las aguas. ¿Es un argumento para ampliar, porque hasta algunos Tier1 van a ser goleados? ¿O debe ser una barrera de entrada, bajo el razonamiento de que si eso le pasa a Italia, a Canadá o a Hong Kong le puede pasar algo mucho peor?

Pero las goleadas no generan sólo reacciones de quienes quieren menos partidos “inter tiers” sino también de vocales defensores de la expansión del deporte ovalado. El excandidato a la presidencia de World Rugby, Agustín Pichot, viene escribiendo una serie de duros tuits contra la actual administración del organismo.

“Dije 24 países hace un tiempo, ahora el gran abogado dice 24. ¿ Por qué? Necesitan fechas, les importa cero el juego global. Qué pasará con Georgia, Rumania, Namibia y Tonga (cambiaron las reglas a cambio de votos y no mejoraron), Chile, Uruguay, Canadá, Estados Unidos (que no está en la copa!) #GlobalGame, Boys Club”, escribió en aparente referencia a las declaraciones del CEO de World Rugby Alan Gilpin, quien se mostró a favor de elevar la cantidad de equipos para el Mundial 2027. Antes también había hablado de las declaraciones de Pablo Lemoine post derrota 71-0 de Chile ante Inglaterra, cuando el uruguayo dijo que los países chicos eran los “payasos, y los grandes los “dueños del circo”: “80…70…60; después de la fase de grupos nadie se va a acordar. Pablo Lemoine Lemoine tiene razón: payasos en el “boys club’”, escribió Pichot con el hashtag #GlobalGame.

El presidente de Sudamérica Rugby, Sebastián Piñeyrúa, aliado político de Pichot, elevó la apuesta tras el 84-0 de Escocia a Rumania “El rugby se muere.... 80 puntos de diferencia en 3 partidos en las últimas 24 horas. No es mi opinión. es un hecho. El #GlobalCalendar y el grupo cerrado de 12 equipos serán el último y fatal golpe”, escribió en su cuenta de Twitter.

Detrás de eso hay un trasfondo político claro: la intención de ambos de mostrar que bajo el segundo mandato del inglés Bill Beaumonmt, las diferencias han crecido por una falta de liderazgo de World Rugby de impulsar mayor acceso a competencias “inter tiers”, en momentos en que las potencias, sobre todo Nueva Zelanda, parece aliarse con el Norte en su defensa del torneo cerrado de 12 equipos. Lo dijo explícitamente Piñeyrúa en entrevista con El Observador: “Pareció que en un momento Sanzaar (el organismo que reúne a Nueva Zelanda, Australia, Sudáfrica y Argentina) estaba muy unido y con ganas de abrir el rugby globalmente, incorporar a una cantidad de uniones, pero después fue solamente un amague y las últimas decisiones que han tomado y las últimas cuestiones que han ocurrido en World Rugby, y la gente que está liderando esos Uniones hoy, no parecen estar tan desalineados con el establishment para no generar algunos cambios”.

World Rugby se ha defendido a través de notas de prensa. En la revista oficial del torneo asegura que invirtió 22 millones de libras en los últimos cuatro años en los países del Tier 2, en competencias como el Super Rugby Américas o en franquicias del Super Rugby del Pacífico, como Fijian Drua o Moana Pasifika. Pero eso apenas es un año de prespuesto de Italia, un país del piso del Tier 1. 

En un informe de  L’Equipe, un portavoz no identificado de World Rugby fue un poco más allá y expresó que en Sudamérica invirtieron 4.3 millones en el Super Rugby Américas. Según supo El Observador, las cifras son de 1 millón de inversión fueron 1 millón de euros de inversión en 2021 y 2021, y 2,7 millones en 2023, por todo concepto, incluidos los presupuestos de las franquicias argentinas y la de Estados Unidos, y no a la preparación de Uruguay y Chile.

Efectivamente los números no son buenos: como informó el periodista Juan Couselo, en este Mundial el número de partidos en los que un equipo llego a 70 puntos ya está en 7, ya igualado con el anterior récord de 8 en 2003, aunque ese torneo tuvo goleadas más amplias que este: el 142-0 de Australia a Namibia o el 111-13 de Inglaterra a Uruguay. Y que el muy mal Mundial de Rumania y de Namibia tiene explicaciones que exceden a la actual coyuntura: los europeos vienen en decadencia hace tiempo, trataron de maquillarlo con jugadores isleños nacionalizados, pero en el último año se derrumbaron por problemas internos que derivaron en la denuncia de su entrenador y varios referentes. Namibia es una isla en África, sin competencia de calidad, sin rivales que lo exijan y sin fondos suficientes para armar un buen plan de alto rendimiento.

Es cierto: la Liga Mundial complicará aún más las posibilidades de los equipos chicos de acercarse a los grandes, y que lo lógico sería que la brecha se agrande. En el fondo, el debate es si a las potencias les interesa un deporte global, o si se van a conformar con un circuito cerrado en el que jueguen los mismos de siempre.

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