La región crecerá este año apenas un 1,2% en medio de más incertidumbre y restricciones externas

El organismo estima que todas las subregiones evidenciarían una menor expansión en comparación con 2022. El documento precisa que América del Sur crecerá un 0,6% en comparación con el 3,8% del año pasado, el grupo conformado por Centroamérica y México lo hará un 2% contra el 3,5% y el Caribe –sin incluir Guyana– crecerá un 3,5% frente al 5,8%.

Desglosada por países, la proyección indica que la economía argentina caería un 2% y la chilena un 0,3%; mientras que Brasil crecería un 0,8%, al tiempo que Uruguay, Perú, Bolivia y Ecuador registrarían avances del 2% cada uno.

El análisis subraya que los efectos negativos sobre el nivel de actividad que tendrán las alzas experimentadas por las tasas de interés a nivel mundial y regional, que se agregaron a los colapsos del Silicon Valley Bank, el Signature Bank y el Credit Suisse, acentuará la incertidumbre y la volatilidad de los mercados financieros.

Frente a este escenario, la Cepal señala que “si bien se desaceleraron las presiones inflacionarias, cabe esperar que las tasas de política monetaria permanezcan altas a lo largo del 2023 en las principales economías desarrolladas" para consolidar la baja, y que los países América latina y el Caribe enfrentarán nuevamente en 2023 un espacio limitado para sus políticas fiscales y monetarias.

Al igual que en el resto del mundo, la inflación en la región muestra una tendencia a la baja, y si bien se espera que podría estar próxima la conclusión del proceso de alzas de tasas de interés en varios países, “los efectos de la política restrictiva sobre el consumo privado y la inversión se harán sentir con más fuerza este año”, como consecuencia de los rezagos con que actúa la política monetaria.

En lo fiscal, los analistas de la Cepal pronostican que los gobiernos de la región contarán con escasos márgenes de maniobra, esto último debido a los altos los niveles de la deuda pública, en un contexto de altas demandas para el gasto público, lo que requerirá “medidas para fortalecer la sostenibilidad fiscal y ampliar incluso el espacio fiscal mediante el fortalecimiento de la capacidad recaudatoria y redistributiva de la política tributaria”.

El informe agrega con relación a América del Sur que los países de la zona se verán afectados por la baja en los precios de los productos básicos que exportan y por “las restricciones al espacio que la política doméstica tiene para apuntalar la actividad". Panorama complejo al que se agregará el efecto de la alta inflación, que ya impactó en los ingresos reales de las familias reduciendo el consumo privado y la inversión.

Con relación a América Central y México, la Cepal estima que, si bien el crecimiento de este año representa una desaceleración respecto de 2022, “se dieron en algunos casos revisiones al alza” respecto de lo que el organismo previó a fines de 2022. "Esto debido al crecimiento de los Estados Unidos, principal socio comercial y primera fuente de remesas de sus países”, lo que impactaría en forma favorable “tanto al sector externo como al consumo privado".

Las previsiones de la Cepal están en sintonía con las estimaciones realizadas por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), organismo multilateral que pronostica para la región un 2023 "difícil" y un crecimiento económico de apenas 1% debido a las "incertidumbres" en el escenario global, si no surgen nuevas dificultades, según aclaró su economista jefe, Eric Parrado.

El sombrío Informe Macroeconómico del BID se presentó un día después que el nuevo presidente del organismo, el brasileño Ilan Goldfajn, reiterara que las perspectivas se ven ensombrecidas por "crisis superpuestas", con relación al triple reto de mejorar las condiciones sociales, fortalecer las cuentas fiscales y promover el crecimiento de largo plazo.

Este panorama "despierta el grave espectro del deterioro de la pobreza y la desigualdad", señala el informe del BID, que prevé que en 2024 la región crecería 2%. "Tenemos el escenario base, que es del 1% para 2023, pero también tenemos un escenario más estresado, donde consideramos shocks reales o shocks financieros" que podrían derivar en un 0%, advirtió Parrado.