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La trama de los enemigos de Valdez para sacarlo de la AUF

La fiscal entendió que no hubo extorsión y cerró el caso pero relató los detalles de la maniobra en más de veinte mil páginas de conversaciones de WhatsApp, mensajes y llamadas extraídas de los celulares de Alcántara y Del Campo.
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22 de diciembre de 2018 a las 15:32

El lobista Walter Alcántara, el expresidente de Danubio Arturo del Campo y el presidente de Liverpool, José Luis Palma querían que Wilmar Valdez dejara de ser el presidente de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF). Cada uno de ellos tenía sus propias motivaciones.

En el caso de Alcántara –quien grabó los audios de la polémica-, había un encono personal y ánimos de venganza. Del Campo lo quería desplazar en la carrera electoral hacia el trono de la AUF para ser él presidente y Palma –un “acérrimo opositor” de Valdez según la fiscal Silvia Perez- se alineó a la candidatura del expresidente de Danubio. 

Sin embargo, a pesar de constatar un conjunto de maniobras individuales e “indicios en cuanto a un posible plan concertado en distintas etapas” para presionar a Valdez y de que Palma le dio $10 mil a Alcántara “en un contexto de difícil explicación”, la Fiscalía no encontró “la evidencia fundamental” para concluir que los tres “hayan confluido intencionalmente sus conductas” para que Valdez renunciara. 

Ya sea de forma organizada por obra de una mente brillante externa o fruto del azar, los tres lograron funcionar como una orquesta sin maestro ni partitura. Lograron su objetivo –con algunos daños colaterales- y no quedó rastro alguno de una maniobra colectiva.

En su dictamen, la fiscal aseguró que las conductas de Alcántara, Ríos y Del Campo no configuran delito de violencia privada, teniendo en cuenta que tiene que demostrarse el dolo. El delito de violencia privada supone el empleo de violencia o amenazas a los efectos de obligar a  la víctima a hacer algo, en este caso renunciar a la candidatura a la presidencia de la AUF.

Valdez denunció en agosto que fue víctima de una extorsión que buscaba su salida de la AUF, un hecho que terminó ocurriendo luego que tomara conocimiento de una grabaciones realizadas por Alcántara que lo comprometían. En las grabaciones aparecía Valdez diciendo que la selección de la empresa que terminó suministrando las cámaras de seguridad para el fútbol estuvieron digitadas desde el gobierno. Al conocer esas grabaciones Valdéz hizo oficial su renuncia no solo a la candidatura sino a la presidencia de la AUF en una entrevista televisada con el periodista Ríos. 

En las grabaciones aparecía Valdez diciendo que la selección de la empresa que terminó suministrando las cámaras de seguridad para el fútbol estuvieron digitadas desde el gobierno. 
No obstante, Pablo Galain, abogado de Valdez, afirmó que para él si hay pruebas de delito y y “posiblemente” pida la revisión del caso y agregó que en ese caso debería cambiar la fiscal del caso.


Plan orquestado

Pese a decir que no hubo delito, la fiscal Pérez hizo en su dictamen de 16 páginas un detallado relato del “plan orquestado” por los indagados para cumplir con su objetivo de sacar a Valdez de la AUF. Alcántara reconoció haber grabado encuentros con Váldez desde el año 2016, y ofrecércelos a Del Campo “para que en la campaña electoral  tuviera ´un as en la manga´, animado por el rencor que sentía porque Váldez “no le contestaba ni leía sus mensajes, a pesar de enfermedades familiares y angustias económicas que le relataba”, según declaró.

La fiscal agregó que Del Campo, luego de escuchar algunos audios le dijo que “tenía cosas importantes” y le pidió que le editara los más comprometedores. En ese contexto, Pérez citó  una conversación de Del Campo con uno de sus hermanos en el que hace referencia a “que hay que sacar a Wilmar … gordo de mierda corrupto ... dejáte de joder, nos comprometió a todos”.

En otra de las conversaciones mantenidas por Alcántara con su hija, hablaba de objetivo de que “no gane el enano eso es lo importante, más nada ta!” y relataba que había cobrado los  $10 mil de parte de Palma: “Antes de irse me dijo que si no me ofendía para darme una manito, me daba 10.000 pesos [...], así que nos dejó diez mil pesos quieras o no, ya gané diez mil pesos, algo es algo”.

En otra conversación de Alcántara con su hermano, afirmó que “se está buscando una excusa (entre nosotros también eh!) para que se vaya un poco más limpio, que se vaya como un cagón y no como un corrupto. Me tocó, siempre dije y vos estabas presente, Valdez es presidente hasta el día que yo quiera, anoche a las 9 de la noche decidí que no era más presidente y Palma me dijo ‘está listo’, así que estoy super orgulloso con lo que hice”.

También mencionó que de las palabras de Del Campo surge que su objetivo era “revelar entramados turbios y hacer justicia”,  y lograr el objetivo de bajarlo de la candidatura: “Quédate tranquilo esto lo vamos a hacer, como hay que hacer muy detenidamente y muy cauto, te mando un gran abrazo y confía en mi que la única manera hacer esto es pasito a pasito”. 

No hay delito

La fiscal afirmó que más allá de los “reproches morales” que le pueden caer a Alcántara no cometió delito porque no se probó que incidiera activamente en la voluntad de Valdez para obligarlo a renunciar.  Aún así señaló que “tenía a su disposición el medio para lograrlo”, “se lo proveyó a Del Campo”, “elucubró con Palma sobre el asunto” pero luego el plan  fue conducido “por Ríos y Del Campo”.

También señaló como elementos que eximen de sanción penal a Alcántara que los indagados  no asumieron un compromiso “explícito” o “implícito” de no divulgar los audios, y que los mensajes amenazantes y hasta extorsionantes, jamás fueron escuchados por Valdez, por ende no pudieron nunca surtir algún efecto en la voluntad de aquel.

Con respecto a Palma, si bien se probó que se reunió con Alcántara, mantuvieron distintas charlas sobre los audios y hasta le dio una suma de dinero ($ 10.000.-) en un contexto de difícil explicación; mantuvo contacto con Ríos antes y después de la renuncia de Váldez no surge que haya prestado su conformidad para que Ríos y Del Campo exhibieran los audios. En el caso de los cuatro indagados tuvo en cuenta que son primarios por lo que decidió prescindir “de ejercer la acción pública” por el momento, aclaró.

Cámaras e iluminación en el Franzini

La fiscal Silvia Pérez recogió la versión de Wilmar Valdez sobre dos temas polémicos que surgieron en la investigación. Sobre el presunto pago por la iluminación del estadio Franzini dijo fue “un negocio directo entre Defensor y la empresa constructora, y que no recibió comisión alguna por ello”.

Señaló que Alcántara abusando de su confianza lo llamó para preguntarle si la AUF había pagado a Defensor porque él no había cobrado su comisión. Respecto a las cámaras de identificación facial y si la licitación estaba direccionada “expuso que pudo haber ocurrido que él en confianza le hubiera dicho a Alcántara sobre un rumor de que el Ministerio del Interior quería que dicha licitación la ganara una empresa en particular y que al final le contestaba cualquier cosa “para sacárselo de arriba”. 

 

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