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La visita de Nacional a Melo: una mezcla de emociones

Cerro Largo vivió el momento más esperado del año y lució con orgullo que jamás vendió su localía ante los grandes
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14 de abril de 2019 a las 23:53

ENVIADO

Con mucha calma, los hinchas van caminando rumbo al Ubilla por las calles de Melo. Cae el sol, se viene la noche y los aficionados de ambos equipos se acercan al estadio que ya tiene las luces prendidas y su resplandor se puede ver a lo lejos.

El ómnibus llega a la terminal. Por las ventanas se ven las motos, con sus ocupantes sin cascos, lo que en este departamento no es obligación, y con las camisetas de Nacional y de Cerro Largo.

Todo está tranquilo en los alrededores del estadio. No hay perímetro de seguridad y solo se ve una camioneta de la Policía al llegar al predio del estadio.

Adentro, la tribuna principal, locataria, ya está colmada. Juega la Tercera de Cerro Largo ante la tricolor y hay que alentarla. “Vine a las 18:30”, cuenta a Referí Mirta Nelly González Santos, una hincha de 78 años que tiene su butaca en el palco principal y que destaca que a estos partidos hay que venir con tiempo. “Mirá aquel es Conde”, le cuenta a una compañera. “Y allá está Iván Alonso”, señala, indicando una butaca muy cerca de la que ocupa ella, a una fila por debajo.

Por la tribuna principal del Ubilla siguen entrando hinchas locales con la camiseta del equipo. Muchas familias, muchos jóvenes, muchos niños y muchas mujeres.

La parrilla está encendida desde hace rato en una esquina del estadio. Además, atrás de la zona de vestuarios y el acceso al sector de prensa hay una cantina que no para de atender gente, la que puede elegir entre los panchos a $ 50 o los choripanes a $ 70, entre otras opciones y refrescos.

En ese sector también se pudo ver al intendente Sergio Botana, quien ofició de anfitrión y saludó y habló con quienes se les acercaron. En declaraciones a Referí destacó que el club nunca vendió la localía ante los grandes porque recibirlos es una fiesta para el pueblo.

Los periodistas locales también dialogan con sus colegas más mediáticos de la capital y les piden información del equipo. “Cualquier cosa a las órdenes”, dice el “Peta” Jorge, de la FM local.
Los niños, y no tan niños, le piden una foto a los relatores que miran por TV y estos aceptan sin problemas.

Se acerca el partido de fondo y sigue ingresando gente el Ubilla. Una mujer llegó desde Minas con su hija en silla de ruedas y pregunta cómo puede hacer para sacarse una foto junto a los jugadores de Nacional, los que antes habían estado observando el juego preliminar desde dentro de la cancha. Finalmente, le indicaron que ni bien terminara el partido fuera a la zona de camarines para estar en la salida de los futbolistas.

Una foto con los jugadores tricolores es la misión para muchos chiquilines que los observan desde el otro lado del tejido, y que tendrán que esperar a que termine el partido para ver si tienen suerte.

Otros ocho niños podrán ver el partido desde adentro de la cancha. Son los alcanzapelotas, los que antes de entrar recibieron las indicaciones de una señora: las fotos con los futbolistas las pueden sacar solo cuando termine el partido y después que finalice deben devolver los chalecos.

De a poco, los hinchas de Nacional van ingresando lentamente a la tribuna Eulogio Machado y comienzan a hacer sonar su percusión. 

Se viene el fútbol y cuando sale Cerro Largo a la cancha explota la tribuna local, que hace sentir la localía.

Albar De Souza, el socio número 0001 del club, quien cuenta que lo inscribieron ni bien se fundó la institución y salieron a la calle a buscar socios, vibra con su equipo. Aplaude, se para, alienta a sus jugadores, pide al árbitro que haga el curso de nuevo, y disfruta con el gol del 1-0. “Solo falté a dos partidos”, señaló el hincha que cedió uno de sus asientos al periodista de Referí, ya que en el estadio arachán no hubo lugar para prensa escrita.

El intendente Botana aplaude un quite de Juan Acosta. “Muy bueno”, dice. Iván Alonso mira preocupado. Mirta, muy amable, invita con una galletita. Albar pide otro gol antes del primer tiempo. El resultado fue lo de menos porque la visita de Nacional al Ubilla de Melo se transformó en una noche fútbol en estado puro, para el recuerdo de los arachanes y de quienes llegaron a Melo.

 

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