Leí el 'manifiesto tecnooptimista' de Andreessen para que tú no tengas que hacerlo

Después de todo, el ensayo de unas 5,000 palabras, publicado el lunes en el sitio web de su fondo de capital de riesgo a16z, contiene frases como: “El amor no se escala, así que sigamos con el dinero”; "Creemos en el romance de la tecnología"; y, quizás lo más sorprendente: "Creemos que cualquier desaceleración de la IA [inteligencia artificial] costará vidas. Las muertes evitables por la IA que no se previnieron por evitar usar la IA es una forma de asesinato".

Sin embargo, muchos tipos de Silicon Valley que han leído el discurso de Andreessen (que básicamente sostiene que “no hay problema material que no pueda resolverse con más tecnología”) parecen creer que en realidad es la obra de un genio.

“Éste es el camino hacia el progreso”, dijo entusiasmado Brian Armstrong, fundador del intercambio de criptomonedas Coinbase, en un tuit en X. Armstrong denuncia a las elites cuestionadoras y a los llamados “decels”, es decir, desaceleracionistas que quieren frenar el progreso tecnológico, y apoya el “aceleracionismo efectivo (e/acc)", la idea de que no sólo se debe permitir que el desarrollo de la tecnología y la inteligencia artificial continúe sin restricciones, sino que se debe acelerar.

"Creemos que somos, hemos sido y siempre seremos los maestros de la tecnología, no dominados por la tecnología", escribe Andreessen. "La mentalidad de víctima es una maldición en todos los ámbitos de la vida, incluyendo nuestra relación con la tecnología; es tanto innecesaria como contraproducente. No somos víctimas, somos conquistadores”.

En un podcast reciente de Making Sense (Tener sentido) with Sam Harris, Andreessen planteó un argumento similar: “La razón por la que la inteligencia artificial general (AGI) funciona es que nos cargamos en ella, como el espejo más grande y mejor detallado del mundo". Cuando Harris, considerablemente menos optimista, le señaló a Andreessen que si AGI es un reflejo de la humanidad, entonces también reflejaría lo malo de los humanos, la respuesta de Andreessen fue simplemente: "¿Pero cuál es la moraleja de cada historia? La moraleja de cada historia es que los buenos ganan".

No sé si me considerarían una “decel”; No estoy segura de que detener el desarrollo de la IA sería útil o posible, sobre todo teniendo en cuenta que no son sólo los países occidentales los que están trabajando en ello. Pero de lo que estoy segura es de que la fe ciega de Andreessen en toda la tecnología es peligrosa.

Por supuesto, también es profundamente egoísta. Volviendo al tuit de Armstrong: cabría preguntarse cómo un hombre que ha amasado una fortuna estimada en US$3.3 mil millones cobrando una comisión cada vez que alguien comercia con una de las 242 criptomonedas esencialmente inútiles que ofrece en su plataforma puede hablar en serio con un hombre que supuestamente vale US$1.8 mil millones, denunciando a las “élites” de esta manera. Pero éste es precisamente el tipo de retórica tecnopopulista que los criptobros han estado impulsando durante años, mientras se llenan los bolsillos.

Dada la dirección que han tomado las criptomonedas desde que a16z lanzó su fondo de criptomonedas de US$4.5 mil millones el año pasado, tal vez no sea sorprendente que Andreessen no mencione ni una sola vez las criptomonedas o “Web3” (¿recuerdas eso?) en su sermón tecno-utópico. Sin embargo, sí lanza la frase clásica de que si bien “la descentralización aprovecha la complejidad en beneficio de todos; la centralización te matará de hambre". Es difícil tomar en serio esta frase del director de un fondo de capital riesgo con US$35 mil millones en activos bajo gestión.

Ante el espectáculo moralmente arruinado de las criptomonedas, también es difícil aceptar la idea de que la tecnología es totalmente positiva y que debemos dejar que se acelere indefinidamente. Pero hay muchas otras áreas, además de la inteligencia artificial y las criptomonedas, en las que la tecnología causa enormes daños; los teléfonos inteligentes y las redes sociales, por ejemplo, han tenido efectos devastadores en la salud mental de niños y adolescentes.

Simplemente tener más no es la respuesta a nuestros problemas más graves. Sólo las cosas que no pueden “escalarse” son las que realmente pueden ayudar: la compasión, la bondad, la empatía y, sí, el amor.