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Los Teros golpearon la mesa del rugby mundial con una victoria épica: acá estamos

Le ganaron por primera vez en a la historia a Estados Unidos de visitante por 32-25, otra muestra de su impresionante crecimiento mientras algunos quieren transformar el rugby internacional en un club cerrado
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03 de marzo de 2019 a las 04:08

Curioso el destino: tenía preparado este batacazo, el de la victoria de Uruguay ante Estados Unidos en 32-25 en Seattle por la Américas Rugby Championship, justo en el final una de las más traumáticas para el rugby mundial, en la que se discutió pasionalmente sobre la posibilidad de crear un club cerrado de 12 países que jueguen todos los años ante ellos. Uruguay, el pequeño Uruguay, dio una muestra más que, lejísimos de grandes millones, tiene lo más importante: corazón, talento, arrojo, y sobre todo, compromiso. Y que eso le ha permitido hacer su propia revolución en los últimos años, hasta colarse entre equipos que pocos años antes ni siquiera hubiera soñado. Una lección para muchos: para los de arriba, que no se duerman, y para los de abajo, de que se puede. Siempre se puede.
 
Uno llegaba como 13º del mundo, el otro como 17º. Uno recibió a varias de las potencias en los últimos años, atraídos por los millones de ese mercado. El otro pelea año a año por tener amistosos relevantes. Uno tiene mayoría de profesionales en Europa, el otro logró meter por primera vez a nueve jugadores precisamente en la liga de Estados Unidos, de menor nivel que las europeas. Uno tiene varios jugadores europeos o oceánicos importados. El otro está 100% integrado por uruguayos. 

¿Ya se va ubicando en las diferencias de escala? Uno nunca había ganado en tierras estadounidenses. Pero todo termina un día, y por eso hoy Uruguay disfruta el segundo lugar de la tabla (la semana que viene cierra con Brasil), y además, el lunes aparecerá en el puesto 16 del ranking mundial, por encima de Samoa. Y lo hizo jugando con uno menos los últimos 10 minutos.

El encuentro

Fue un partido  memorable de Uruguay. No fue perfecto, porque si lo hubiese sido no hubiese terminado con el corazón en la boca, aguantando la pelota en la última jugada. Fue casi perfecto en ataque, porque Meneses sorprendió cuando se podía esperar un planteo un poco más cerrado, sobre todo teniendo en cuenta el equipo no se venía encontrando con pelota y porque enfrente había un rival con más tamaño.

Los 41 minutos que corrieron hasta el try de Favaro en el arranque del segundo tiempo, fueron una lección de ataque. Parecido a aquel partido ante Canadá en febrero de 2017 durante la eliminatoria, aunque incluso más evolucionado. Porque Los Teros apostaron a jugar de forma vertical, a que cada portador tomara la pelota lanzado y ganara su duelo, a que la pelota saliera liberada rápidamente para seguir construyendo esa inercia ofensiva que sorprendía  Estados Unidos.
 
Así llegó a los 4' el primer try de Mateo Sanguinetti, al que Estados Unidos respondió enseguida con try de Taufete desde un maul. Y esa fue la historia del primer tiempo, que fue golpe por golpe. La posesión era uruguaya, que apostaba a jugar y a dominar físicamente a Estados Unidos en base a esa inercia, y llegaba a otros dos tries, de Favaro tras una recuperación de pelota de Vilaseca tras kick arriba de Mieres, y de Cat, que cada vez se afianza más como apertura, y que jugó con lo que tenía adelante –dos forwards- una vez que le llegó una pelota rápida desde el ruck, para correr hacia el ingoal.

Pero si lo de Uruguay era cercano a la perfección en ataque, en defensa no completaba, al revés de lo que venía pasando hasta ahora. Primero fue una pelota perdida de Dotti en ataque para un kick rival y que Favaro pateara afuera arrinconado: maul, y nuevo try de Taufete, al que se sumó un penal luego de un tappng a Cat en una salida. Así, entre el acierto de ataque y los errores que se pagaban caro en defensa, el primer tiempo se iba 19-13 a favor de los celestes. Habían ganado la batalla física, pero además, habían acaparado la posesión, sin dejar a Estados Unidos largar su potencia y velocidad. Para eso fue fundamental la recuperación del line: tras dos malos partidos ante Chile y Argentina XV, la hilera dio absoluta seguridad (6 de 7 en pelotas propias, y encima, dos de tres robadas al rival).

Uruguay repitió esa fórmula de juego veloz, vertical y penetrante en el arranque del segundo tiempo para llegar a un lindo try de Favaro que puso el 24-13. Pero a partir de ahí, todo fue de Estados Unidos.

Las Águilas identificaron que podían hacer daño con el juego con el pie, y empezaron a recuperar pelotas por allí, y a forzar knock ons uruguayos. La posesión se dio vuelta y ahora sí Estados Unidos empezó a largar su juego veloz y de tres cuartos.
 
Llegaron al tercer try de Taufete, otra vez desde el maul, para el 24-18. Esa formación fue prácticamente la única forma en la que pudieron quebrar a la defensa celeste, pero herramienta válida al final, para ponerse a tiro de try.
 
Pero el destino quería que fuera la noche de Uruguay, que encontró un try cuando estaba contra las cuerdas: kick largo de EEUU, contraataque de Mieres (especiamente picante esta noche), pase a Prada y éste a Freitas, para que el de Carrasco Polo se fuera derecho al ingoal y pusiera las distancias nuevamente lejos, 29-18.

 EEUU quemó cartuchos y siguió lastimando con el maul, hasta encontrar una amarilla a Gaminara por repetición de penales. Apostó a mover la pelota y por fin pudo encontrar un try desde el juego abierto para el 29-25,
 
Había que resistir. Había que aguantar. Y se hizo lejos del ingoal, manejando la pelota durante una sucesión interminable de fases hasta encontrar un penal que Vilaseca transformó en el 32-25 final.

 
Lo de Los Teros es un golpe sobre la mesa. Porque hay una parte del mundo del rugby que no quiere saber nada con competir con nuevas naciones. Quieren el club cerrado de siempre, y  proponen que, como mucho, se sumen los que tienen muchos millones para poner sobre la mesa, como EEUU o Japón.
 
Esta noche Los Teros se encargaron de demostrar que antes que los millones está el convencimiento. Ese convencimiento que los ha transformado en un equipo que no para de conseguir hitos, de alcanzar primeras veces.

Esta noche fue la primera victoria en EEUU. Pero ya llegarán otras. Porque si algo tienen Lo Teros es hambre de seguir haciendo historia.

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