Copa América > EN RÍO DE JANEIRO

Los uruguayos fueron visitantes en Maracaná, pero dejaron la garganta

Una vez más, los hinchas celestes fueron minoría en el mítico estadio carioca, pero se hicieron sentir para apoyar al equipo
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24 de junio de 2019 a las 21:35

Enviado a Río de Janeiro

Entrar al Maracaná, subir el ascensor hasta el quinto piso, caminar por un pasillo junto a los espectadores, doblar y ver el césped y sus tribunas, por primera vez, es un momento conmovedor, impactante, por la magnitud arquitectónica del escenario y, sin dudas mucho más, por lo que significa estar en uno de los templos del fútbol mundial en el que Uruguay logró su máxima gloria y una de las principales hazañas del deporte.

Hay que tomarse un vaso de agua fría para intentar desarmar el nudo en la garganta y salir del shock lo antes posible.

Esta vez en Maracaná, a diferencia de lo que había pasado en Porto Alegre, los hinchas uruguayos fueron minoría en un estadio que lentamente se fue tiñendo de rojo.

Por la tarde, antes del partido, el presidente de la Asociación Uruguaya de Fútbol, Ignacio Alonso, había indicado a Referí que se vendieron unos 7.000 boletos para uruguayos, 35.000 para chilenos y se estimaban 50.000 personas en total en el gigante de Río de Janeiro.

Y así fue. Pero eso no fue impedimento para que los celestes se hicieran sentir en los momentos en que el equipo necesitó el apoyo.

Desde el pasado viernes, cuando Referí llegó a Río de Janeiro, se vislumbraba que los trasandinos iban a ser mayoría, pero los uruguayos dijeron “aquí estamos” con el banderazo que realizaron la noche previa al partido en la rambla de Copacabana.

El día del partido tuvo mucha playa para los hinchas celestes que aprovecharon los más de 25°C para poner los pies en la arena y disfrutar al máximo antes de regresar al invierno rioplatense. Prueba de ello fue que en el hotel de la selección hubo muy pocos hinchas en la mañana y la tarde, muy diferente a lo que había sido el aguante final en Belo Horizonte y Porto Alegre. Incluso, los familiares de los jugadores dejaron el lobby y cruzaron la rambla para tomar sol.

Por las diferentes ramblas de Río, en Barra de Tijuca, Ipanema y Copacabana, se vieron grupos de hinchas con la celeste puesta, como también banderas colgadas de las palmeras, en los bares y también en las ventanas de los edificios.

Llegando al estadio, luego de pasar una zona de caos vehicular que demoró el tránsito varios minutos, se notó la marea roja, con algunos uruguayos que caminaban entre ellos en un clima de tranquilidad.Pero cuando se juntaron, como en la zona del acceso 10, los celestes calentaron la garganta y recordaron a los rivales de turno las 15 copas ganadas ante las dos de ellos.

En las inmediaciones del estadio se vieron banderas celestes que llegaron desde Manga, Tarariras, Juan Lacaze y varias ciudades más. También hubo trapos referentes a Maracaná y a las 15, y no faltaron varias camisetas con la 5 de Obdulio, esas no podían faltar.

Ya dentro del gigante, los hinchas se fueron ubicando en las tribunas y comenzó la habitual fiesta previa al partido con la música a todo volumen, la canción de la Copa América, que cada vez se va metiendo más en la mente y clásicos de Queen. Esta vez el karaoke fue con “Despacito” en vez de “Corazón partío”, que había sido la elegida en los anteriores encuentros.

El duelo de hinchadas comenzó cuando por las pantallas gigantes comenzaron a mostrar a hinchas de uno y de otro equipo, lo que fue respondido con silbidos desde ambas tribunas, donde se mezclaron simpatizantes de ambos equipos.

Cuando los arqueros, primero, y el resto del equipo, después, salieron al campo de juego a calentar, nuevamente se cruzaron los silbidos. Lo mismo cuando fueron presentadas las alineaciones de los equipos.

Los hinchas uruguayos se hicieron sentir fuerte cuando fueron presentados sus jugadores, con Luis Suárez, Giorgian De Arrascaata –“local” en cancha de Flamengo–, y Edinson Cavani como los más aplaudidos, este último fue el más ovacionado. También subió el aplausómetro cuando Óscar Tabárez fue anunciado.

La fiesta continuó en las tribunas.  Los uruguayos cantaron el “volveremos, volveremos” y el “soy celeste”; los chilenos enloquecieron cuando vieron a Iván Zamorano en la tribuna.

Los himnos se respetaron mutuamente, con los trasandinos que siguieron cantando una vez finalizada la música y los uruguayos quemando la garganta para hacerse sentir y darle el último aliento al equipo antes de que la celeste volviera a decir presente en el césped Maracaná.

 

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